La abolición de la prostitución: próximo gran reto de país por la igualdad
Hace dos décadas, la violencia de género no era un problema para la sociedad española. Esta violencia, sistemática y profundamente estructural, formaba parte del espacio privado de muchos hogares, es más, podíamos escuchar chistes y refranes sobre ella que resultaban incluso cómicos, como aquello de: “a la mujer como a la burra, de vez en cuando, una buena zurra”. Este tipo de decires recuerdan mucho a los aún habituales: “habló de puta la tacones”.
Los ejemplos expuestos demuestran que el machismo es ideológico; la subordinación y el control de las mujeres forma aún parte de nuestra concepción de la realidad. Por eso, las feministas nos valemos de argumentos políticos, culturales y jurídicos para desmantelarlo como si fuera una matrioska: hace veinte años logramos desenmarañar la violencia de género entendida como una violencia privada para convertirla en una cuestión que exigía un abordaje público, conjunto y muy específico. Más tarde, este mismo esquema se replicó contra la violencia sexual y, ahora, se activa para eliminar la prostitución. En todos los casos, la concienciación de toda la sociedad y la participación de todas las administraciones es fundamental en la lucha contra esta violencia.
Uno de los argumentos que más se repiten para legitimar la existencia de la prostitución es su vis comercial: unos compran porque otras, libremente, deciden vender, porque ¿qué nos importa si una mujer decide hacerlo? ¿Vamos a cercenar su libertad? Sin embargo, estas preguntas están inducidas por lo que creemos que es la prostitución, no por lo que es en realidad. Lo cierto es que el porcentaje de mujeres que deciden hacerlo libremente es residual frente a las más de 40.000 mujeres que se encuentran en situación de prostitución en España según datos del Ministerio del Interior, además, quizás las preguntas deban ser otras, por ejemplo: ¿Por qué la inmensa mayoría de personas prostituídas son mujeres y niñas migrantes? Y, lo más importante: ¿Por qué hay hombres que pagan por sexo? ¿Qué motiva una oferta tan atroz? ¿Cómo se relaciona la prostitución con el concepto de consentimiento? ¿Cómo se relaciona este intercambio sexo-dinero hombre-mujer con el machismo?
Como sucedió hace veinte años con la violencia de género, la prostitución solo podrá combatirse de manera efectiva si todos y todas tomamos parte. Asumamos la abolición de la prostitución como el siguiente gran reto por la igualdad que alcance nuestro país
Precisamente pensando en lo que la prostitución es en realidad, el PSOE plantea al Congreso una propuesta que se vertebra en cuatro ejes fundamentales: el primero es perseguir con mayor contundencia el proxenetismo eliminando el criterio de explotación, es decir, el Código Penal dejará de exigir que, para que un proxeneta sea condenado, deba probarse que la víctima estaba siendo explotada, el mero lucro por parte del tratante será suficiente para condenarlo. El segundo eje busca perseguir a quienes ganen dinero alquilando inmuebles para facilitar esta práctica, y el tercero tiene que ver con tipificar el hecho de recurrir a la prostitución; lo que denominamos consumo. Además, se refuerza la posición de la persona prostituida a través de su inclusión como víctima directa en el Estatuto de la Víctima y permitiéndola acceder a la red de recursos que dispone la Ley de Libertad Sexual. Evidentemente, la prostitución no se eliminará solo mediante una reforma del Código Penal, sino que esta reforma se incluye en toda la batería de medidas en las que trabaja el Gobierno de España como la Ley de Trata, el Plan Camino, medidas educativas específicas o el abordaje de la pornografía en la infancia y la adolescencia.
Cabe una última reflexión a este respecto. Como sucedió hace veinte años con la violencia de género o con la violencia sexual, la prostitución solo podrá combatirse de manera efectiva si todos y todas tomamos parte. Si todos los partidos y grupos políticos se involucran. Si todas las administraciones trabajan por la abolición. Si el Poder Judicial y las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado continúan con su encomiable labor en este campo. Asumamos la abolición de la prostitución como el siguiente gran reto por la igualdad que alcance nuestro país. El PSOE ya ha dado el primer paso.
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Andrea Fernández es diputada del PSOE por León.