Cuando cayó el muro

Francisco Javier López Martín

La era está pariendo un corazón

No puede más, se muere de dolor

Y hay que acudir corriendo

Pues se cae el porvenir

Silvio Rodríguez

Hace décadas, cuando tuve que decidir qué estudios quería emprender al terminar la educación secundaria, dudaba si podría aguantar cinco años de carrera sin aportar recursos económicos a la familia. En aquellos momentos dudaba entre estudiar Magisterio, Historia, Psicología, Filología, Filosofía.

Muchos amigos del barrio habían elegido ya irse a trabajar, ganar dinero y gastarlo en ropa, tabaco, discotecas, o todo a la vez. Otros se habían decantado hacia la Formación Profesional y aprendían un oficio, con el cual después les fue casi siempre bien. Como cualquiera, como la mayoría a esa edad, como muchos jóvenes ahora mismo, tenía la cabeza hecha un lío.

No había orientadores en aquel entonces. Fue mi tutor el que resolvió mis dudas. Un buen día me dijo: "Haz magisterio, son tres años, ponte a trabajar, prepara las oposiciones y luego, ancha es Castilla, estudia una carrera, o no, ya lo verás". Así lo hice. Tres años de magisterio, trabajé un año en la enseñanza privada, luego en la pública y más tarde, terminé estudiando la carrera de Geografía e Historia.

Si hoy tuviera que tomar esas mismas decisiones no lo tendría tan fácil, porque el mundo ha cambiado mucho y todo lo que era sólido, el magnífico título de una hermosa novela de Antonio Muñoz Molina, se ha convertido en líquido.

El sociólogo Zygmunt Bauman, fallecido en 2017 en Leeds, donde fue profesor de Sociología tras ser expulsado de la Universidad de Varsovia y después de un breve paso por Tel Aviv, ha reflexionado mucho sobre ese carácter líquido de la vida, la cultura, la modernidad, el empleo, la política y hasta del amor.

Hace cincuenta años el mundo cambiaba a un ritmo aún comprensible para la mente humana, mientras que hoy un adolescente de 13 años puede considerar viejuno a un joven de 19 que ha perdido el tren de la última red social, o que no sabe manejar las nuevas terminologías de moda.

¿Qué ha pasado en los últimos 40 años, pocos en términos históricos, pero muchos en términos de una vida humana?

Ha ocurrido que la primera crisis del petróleo, la del 73, determinó el final del modelo de sociedad surgido tras la Segunda Guerra Mundial. A lo largo de los años 70 y 80 del siglo pasado, las ideas del libre mercado y de la libertad económica absoluta, se hicieron con las riendas de la economía y de la política.

Hoy un adolescente de 13 años puede considerar viejuno a un joven de 19 que ha perdido el tren de la última red social, o que no sabe manejar las nuevas terminologías de moda

Las bases económicas del llamado neoliberalismo fueron sentadas por economistas como el austriaco Friedrich Von Hayek y el profesor de la Escuela de Chicago Milton Friedman, ganadores del Premio Nobel en Economía en 1974 y 1976, respectivamente.

En política, los grandes impulsores del también llamado ultraliberalismo han sido personajes tan conocidos como Margaret Thatcher, Primera Ministra de Gran Bretaña de 1979 a 1990, o Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos de 1981 a 1989.

El 9 de noviembre de 1989, cayó el muro de Berlín y aquel hecho marcó el principio del fin del Bloque del Este, el inicio de un proceso que terminaría con la descomposición de la antigua Yugoslavia, que daría origen a la guerra de los Balcanes entre 1991 y 2001, o con la disolución de la URSS que se encuentra en la base de numerosos conflictos como el de Ucrania.

Cayó el muro y sus pedazos se convirtieron en souvenirs para turistas, junto a uniformes del ejército rojo, cascos, gorras, medallas o pequeñas estatuillas de los líderes que presidían el santuario soviético. Cayó el muro, cayó el sistema soviético y estalló la economía de mercado. El mundo había cambiado de golpe y por completo.

Aún vivimos las consecuencias de aquellos cambios, de todas aquellas transformaciones que nos han conducido hasta este mundo que parece caminar en todo momento en el filo de una navaja. La política, la sociedad, el empleo, la cultura, el mundo todo, parecen vivir ese momento que Gramsci, aquel comunista italiano muerto entre las garras de la dictadura fascista de Mussolini, nos describió tan magníficamente: "La crisis consiste en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer. En ese interregno aparecen los fenómenos morbosos más variados".

Así vivimos el morboso devenir de los acontecimientos, el renacer de los monstruos, las perturbadoras alucinaciones que acompañan una patológica, enfermiza y siempre doliente desdicha. Así vivimos, cada día, la urgente necesidad de acudir corriendo para apuntalar un porvenir que se nos niega, que nos rehuye.

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Francisco Javier López Martín fue secretario general de CCOO de Madrid entre los años 2000 y 2013.

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