En contra de la ciencia, se volverá a matar lobos

Félix Población

Hace unos meses, subiendo a uno de los pueblos altos de la montaña oriental leonesa, tuve oportunidad de encontrarme con un lobo en la carretera, quizá porque un arroyo bajando de las cumbres discurre paralelo al asfalto y el animal había acudido a saciar su sed. No experimenté temor alguno, porque el lobo se emboscó monte arriba al verme y yo sólo lamenté el medio minuto que tuve oportunidad de observarlo a unos veinte metros de distancia. 

No sé lo que ocurrirá con el permiso que han dado los partidos de la derecha nacional, tanto de Cataluña como de Euskadi y el resto de España, para que se vuelva a cazar al lobo al norte del río Duero, pero no puedo olvidar que si los osos y los lobos han sido protegidos en los últimos años, logrando evitar la posible extinción a que condujeron las matanzas indiscriminadas que se hicieron en el pasado, es muy probable que al cabo de un corto tiempo haya que volver a aplacar el ánimo matador de los cazadores. 

La propuesta del Partido Popular, aprobada en el Congreso con el respaldo de Vox, PNV, Junts y UPN, supone la posibilidad de la caza deportiva del lobo ibérico al norte del Duero, al retirar a este animal del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). El Partido Popular justifica la medida "al objeto de controlar el impacto que la especie está produciendo en las explotaciones ganaderas y, con ello, el desperdicio alimentario". 

Para Ecologistas en Acción, el PP y varios de sus gobiernos autonómicos son responsables de la nefasta gestión de este cánido, basada en la matanza de lobos, a la vez que no han querido defender adecuadamente la ganadería extensiva, la más vulnerable a la depredación por el lobo, y vienen mintiendo durante los últimos tres años trasladando datos falsos sobre un inexistente gran incremento de la población de lobos, así como un también inexistente incremento de los daños provocados por el lobo. 

“Con la inclusión del lobo en el LESRPE –dice esta organización– se apostó por primera vez por la coexistencia entre el lobo y la ganadería extensiva, con una importante financiación pública para ayudar a las ganaderías a convivir con el lobo mediante mejoras en el manejo del ganado y a indemnizar de forma adecuada y rápida los daños generados. Pero la unión de las derechas y la extrema derecha ha permitido que esa financiación desaparezca y volvamos a la caza y a las matanzas generalizadas de lobos sin criterio, y sin que esto vaya a favorecer en nada a ganaderas y ganaderos”. 

Es muy probable que ya no vuelva a encontrarme con un ejemplar de lobo ibérico cuando suba a los pueblos altos de la montaña leonesa. Y que no sienta lo que experimenté entonces: la emoción de verlo a unos cuantos metros y el privilegio de vivir en un país que, después de caracterizarse por masacrar a la fauna salvaje –como por desgracia ocurrió en otros–, ha tenido el acierto de proteger a especies tan valiosas como el oso pardo y el lobo ibérico, entre otras, logrando así su recuperación.

La demonización del lobo, como en los tiempos en que se estuvo a punto de acabar de con la especie, le ha podido a la ciencia

Desde el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés) han calificado la aprobación de esta enmienda sobre la caza del lobo como un “gravísimo retroceso en una ley que nada tiene que ver con la especie (se refiere al Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y Desperdicio alimentario) y que abre la veda a las matanzas indiscriminadas de lobos". El partido animalista PACMA considera "indignante" que una decisión de tal envergadura se camufle dentro de una ley que no tiene ninguna relación con la conservación de la fauna, evidenciando la "falta de rigor y transparencia" de quienes han impulsado esta modificación. El Comité Científico creado por la ley de Biodiversidad en febrero de 2020 certificó que la situación del lobo justificaba incluir todas las poblaciones (al norte y al sur del Duero) en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial. 

¿De qué estaremos hablando en unos meses o en unos años, cuando se multipliquen las cacerías deportivas al norte del Duero? ¿Cómo se puede estar pensando en la posibilidad de extender el ámbito territorial de caza deportiva al sur del río cuando lo que acaba de ser aprobado es un auténtico dislate, que puede hacernos retroceder en todo lo avanzado estos años sobre la protección del lobo ibérico? ¿Por qué en este malhadado país nuestro estamos siempre liados entre avances y retrocesos, hasta cuando se trata de preservar la vida salvaje de la que todavía podemos disponer después de haber hecho, con la necesidad de seguir haciendo, lo pertinente para lograr protegerla? 

Volveremos a ver a ufanos cazadores hacer ostentación de sus cacerías porque la demonización del lobo, como en los tiempos en que se estuvo a punto de acabar de con la especie, le ha podido a la ciencia. Todas las derechas de España y la ultraderecha han coincidido en esta incivil regresión.

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Félix Población es escritor y periodista. Su último libro publicado fue 'La risa de vivir y otros cuentos sin cuento' (ed. Círculo Rojo, 2021).

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