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Nuevos desafíos para Bruselas en la décima legislatura del Parlamento Europeo

Francisco Aldecoa

A pesar de los temores que han existido a lo largo de los últimos meses en torno a las posibles consecuencias de los resultados de las elecciones europeas, que se preveían que podían truncar la buena marcha del proyecto europeo a lo largo de la novena legislatura (2019-2024) y a los casi dos meses de funcionamiento de esta décima (2024-2029) iniciada el 9 de junio, se confirma prácticamente lo contrario. Comienza ésta con muy buenas perspectivas de dar continuidad a los avances producidos en la novena.

Quizás, lo más importante del inicio de la legislatura ha sido, por un lado, la designación de los principales cargos de las instituciones con una gran mayoría. En primer lugar, la Presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ha sido elegida por 562 votos a favor, es decir, el 90% de los votantes presentes en la cámara, lo que representa casi el total, salvo la extrema derecha y la extrema izquierda, frente a los 61 de la única candidata alternativa, que era Irene Montero, del grupo de la izquierda. Unos resultados francamente magníficos.

Por otro lado, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha sido elegida el 18 de julio, por 401 votos, cuarenta más de los necesarios para obtener la mayoría absoluta. Hay que recordar, que cinco años antes, únicamente consiguió la mayoría absoluta por nueve votos. Sobre todo, es importante subrayar que gran parte de nuestra opinión pública dudaba de que pudiera tener estos resultados sin contar con la extrema derecha, o que incluso existiera un candidato alternativo impulsado por Meloni, como era el caso de Mario Draghi.

Sin embargo, la presidenta de la Comisión ha defendido en su discurso de investidura un programa equivalente al de hace cinco años, en donde entre otras cosas, como ahora veremos, defiende la necesidad de la reforma de los Tratados, es decir, la profundización federal, y posteriormente o a la vez, la ampliación. Desde luego, continuar con el apoyo completo a Ucrania, sin fisuras. Estos tres temas eran claramente opuestos a las líneas fundamentales que defendía la extrema derecha, especialmente el nuevo partido de los Patriotas Europeos, liderado por Orban y el grupo de Le Pen, que tiene 84 votos.

Por lo tanto, la Presidenta Von der Leyen va a poder dar continuidad a la política realizada en la anterior legislatura, gracias al apoyo de las cuatro formaciones de centro izquierda y centro derecha: Partido Popular Europeo, Partido Socialista, liberales de Renew y Los Verdes, con una composición entre los cuatro algo superior a la que tenían en la legislatura anterior los tres primeros. Es decir, sigue existiendo un programa común bien claro entre estos partidos, que da continuidad del proyecto europeo, y que representan más del 60% de la cámara, frente a la división completa de los partidos de extrema derecha, que suman algo más del 20%, que defienden la soberanía de los Estados miembros.

Como consecuencia, la capacidad de influencia de la extrema derecha en el proceso político 2024-2029 en principio será bastante limitada, y muy distinta a la que se señalaba desde hace unos meses. El nubarrón de esta nueva situación es Orban, que actualmente ejerce la presidencia de turno del Consejo de la UE —hay que recordar que desde nuestro Movimiento Europeo solicitamos que se saltara la misma por no aplicar el Artículo 2 del Tratado de la UE— y que durante este primer mes ha tenido algunas actuaciones divergentes, especialmente en política exterior, respecto a la posición común de los principales partidos y las instituciones lideradas por estos. 

Desde el 1 de julio, Orban hizo una importante visita a Ucrania, donde saludó y apoyó por vez primera a Zelensky frente a Rusia, pero que dos días después fue impugnada esta posición por otro viaje a Moscú, donde tuvo una larga conversación con Putin. Entre esos dos viajes, visitó Nagorno Karabaj y participó en la Cumbre de los Estados Túrquicos, en contra de la posición europea y, por si fuera poco, viajó posteriormente a China, manteniendo posiciones distintas a las de las instituciones europeas. Por último, a mediados de mes, visitó a Trump en Florida, manteniendo un claro acercamiento, en donde incluso el eslogan de su presidencia será “hacer Europa fuerte otra vez”, inspirado por el expresidente estadounidense.

Sin embargo, las instituciones por unanimidad han manifestado que Orban no tenía mandato alguno para realizar estos viajes y representar a la Unión. Concretamente, en respuesta a ello, las cumbres informales que se están realizando en Budapest, no están asistiendo ninguno de los comisarios, como es tradicional, y solamente acuden funcionarios de la Comisión. Por otro lado, es importante resaltar que el 25 de julio, el Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania ha realizado una visita a China, lo cuál nos permite pensar que algo está moviéndose en esta relación.

Las instituciones por unanimidad han manifestado que Orban no tenía mandato alguno para realizar estos viajes y representar a la Unión

En todo caso, hay que recordar que la presidencia de turno de Hungría coincide con un periodo legislativo en el que todavía el proceso político no se va a iniciar prácticamente, ya que este no comienza hasta noviembre o diciembre, cuando ya esté nombrado el colegio de comisarios y el nuevo Presidente del Consejo, que será el socialista portugués Antonio Costa, con lo que se confirma una vez más el acuerdo de los tres grandes partidos. A esto hay que añadir que está ya acordada su designación, en sustitución a Josep Borrell, Alta Representante para la Política Exterior a Kaja Kallas, que es la Primera Ministra de Estonia, del grupo liberal. 

Por todo ello, se confirma que se inicia la décima legislatura con una cierta tranquilidad, ya que, por un lado, hay Presidenta del Parlamento Europeo con un gran apoyo, así como la presidencia de las veinte comisiones parlamentarias, que tendrán nombramientos similares a los de la legislatura anterior; continuará la Presidenta de la Comisión, con un programa común de reformas y con el compromiso de cuatro fuerzas políticas pro europeas; hay acuerdo en el nombramiento del Presidente del Consejo a Costas; y también hay acuerdo para la Alta Representante Kallas.

Por otro lado, no ha habido grandes repercusiones en los Estados miembros, especialmente en Francia, donde habrá una cohabitación de Macron, pero no como se decía con un primer ministro de extrema derecha, sino posiblemente con una primera ministra socialista. También, en contra de lo que se decía, no habrá varios comisarios de extrema derecha, sino los mismos o incluso menos que en la legislatura anterior. Aunque Reino Unido, de momento, no está en la UE, los resultados de las elecciones confirman que el nuevo gobierno tiene un programa muy similar al de los Estados miembros de la Unión.

Por último, la agenda estratégica 2024-2029, aprobada por el Consejo Europeo del 26 y 27 de junio, da continuidad a las conclusiones que se habían mantenido hasta el momento, y el discurso de investidura de la Presidenta de la Comisión también refleja una enorme unanimidad en las fuerzas pro europeas. Por ello, entendemos que se inicia la nueva legislatura con buenas perspectivas para continuar la profundización y ampliación del proyecto europeo con el apoyo completo a Ucrania.

Francisco Aldecoa es presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y catedrático emérito de Relaciones Internacionales en la UCM.

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