Sin fe en la justicia para las víctimas
No creo que quepa posibilidad alguna de ver en TVE el documental 7291 que Juanjo Castro presentó el pasado 4 de diciembre y que versa, como enuncia la cifra, sobre los ancianos fallecidos sin atención hospitalaria en las residencias madrileñas durante los dos primeros meses de la pandemia de covid, tal como dejaron por escrito los llamados protocolos de la vergüenza del gobierno de Isabel Díaz Ayuso.
Tampoco tengo noticia de que en nuestra televisión pública, coincidiendo con la presentación del citado filme, se haya entrevistado en profundidad a la presidenta de la asociación Verdad y Justicia en las Residencias de Mayores, que trata desde hace cuatro años de que se haga justicia sobre un episodio cuya crueldad e inhumanidad debería alarmarnos mucho más de lo que lo hizo en una sociedad que llaman del bienestar pero anda escasa de bien-sentir.
Por suerte, lo que no hacen los medios de comunicación públicos, ni siquiera como anexo necesario a un hecho de actualidad como la presentación del documental mencionado, lo ha hecho Ayme Román, la periodista que desde hace meses viene ofreciendo en su podcast No obstante, producido por Furor TV, unas conversaciones muy interesantes con gente de la cultura y la política.
Ahí hemos podido ver y escuchar a fondo hace un mes a Mercedes Huertas, una madrileña de Vallecas que no deja de creer en que se haga justicia por las 7291 víctimas, entre las que estuvo su padre, Juan Huertas Mateos. Una Comisión Ciudadana creada al efecto denunció con sobrada y precisa documentación que entre marzo y abril de 2020 murieron 9468 residentes madrileños y, de ellos, 7291 (el 77%) lo hicieron sin recibir atención hospitalaria. Estas cifras suponen casi la mitad de los 20000 fallecimientos en todo el país, durante la primera ola de la pandemia, a pesar de que esta Comunidad contaba sólo con el 13,5% de plazas (51908 en Madrid y 384251 en toda España). El 40% de los fallecidos sin atención se podrían haber salvado de haberla tenido.
¿Recuerdan lo de que con la pandemia la sociedad y los servicios públicos deberían mejorar? Pues no sólo no es así sino que va en alarmante regresión, como la propia democracia
Si el informe de esa Comisión Ciudadana, así como el documental de Castro que se viene difundiendo por España, no logran romper el pacto de silencio que parece existir para que la justicia no actúe, transcurridos más de cuatro años, las generaciones venideras sentirán mucha vergüenza al leer esta página de horror nuestra historia, si es que no se van acostumbrando a horrores sucesivos, según va el mundo.
Vergüenza de la justicia, vergüenza de un gobierno autonómico que hizo posible esa masacre con sus brutales protocolos y que fue refrendado después en las urnas con mayoría absoluta, y vergüenza de una presidenta que justificó la fría crueldad de su gestión arguyendo que las víctimas se iban a morir igual porque no había asistencia hospitalaria suficiente.
La nauseabunda excusa dada por Díaz Ayuso nos recuerda una similar argumentada durante la nefasta gestión de la dana en la provincia de Valencia: más de 200 personas se ahogaron no porque esa gestión fuera tardía y nefasta, principalmente por parte del gobierno de la Generalitat, sino porque los servicios de emergencia no estaban preparados para un episodio de tal naturaleza, habiendo eliminado ese mismo gobierno el servicio de emergencias meses antes.
Lo peor es que, no habiendo justicia, no se está en condiciones de que lo ocurrido en las residencias madrileñas, como lo que pasó en las localidades valencianas arrasadas por la riada, no vuelva a ocurrir. En esas estamos: las residencias siguen siendo un negocio más que un servicio público, en el que las empresas que las gestionan subalimentan a los internos y reducen al máximo las plantillas de personal. La sanidad pública no ha mejorado lo más mínimo sino que, en Madrid sobre todo, va a peor, y nada digamos del riesgo que con el cambio climático siguen corriendo, a falta de políticas que lo tengan en cuenta, aquellas edificaciones construidas en zonas de inundación de la costa mediterránea.
¿Recuerdan lo de que, con la pandemia, la sociedad y los servicios públicos deberían mejorar? Pues no sólo no es así sino que va en alarmante regresión, como la propia democracia.
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Félix Población es escritor y periodista, su último libro publicado ha sido 'La risa de vivir y otros cuentos sin cuento' (Punto Rojo, 2021).