Cifuentes se presentaba a las elecciones de mayo de 2015 con un programa electoral que arrancaba en primera persona: “Soy lo que parezco, digo lo que pienso y siempre he procurado ser fiel a mí misma. Llevo 25 años trabajando por Madrid y conozco bien nuestra Comunidad”. Es cierto, la Presidenta es lo que parece, una suerte de make-up del Régimen y del PP. Dice lo que piensa y así, en el Congreso del PP de marzo de este año dijo: “te quiero agradecer en nombre de todos tu esfuerzo, dedicación y compromiso del PP de Madrid durante tantos años. Te debemos mucho, Esperanza, gracias de corazón”. Y es fiel a sí misma, por eso mira hacia otro lado ante los distintos escándalos de corrupción que semana tras semana implican al PP madrileño, como si la cosa no fuera con ella.
Pero la cosa sí va con ella, porque tal y como figura en esa presentación, lleva 25 años en esto. Diputada del PP de Madrid, desde 1991. Consejera de organismos como el Canal de Isabel II o Fundescam, epicentros de la Púnica, Gürtel y Lezo. Presidenta de la mesa de contratación de la Asamblea de Madrid que adjudicó contratos al que fuera vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, el generoso donante en las campañas electorales del PP. En resumen, Cifuentes no pasaba por ahí, estuvo siempre ahí.
La agenda judicial madrileña evidencia que vivimos un momento de excepcionalidad democrática que exige una acción firme que corte de raíz el saqueo de lo público, por eso presentamos la moción de censura. Para combatir la corrupción, sí, pero también a los corruptores y los modelos de gobernanza que lo permiten.
Los modelos de gobernanza remiten a programas políticos. El de Cifuentes ya lo conocemos, continuismo de las políticas de sus predecesores, Esperanza Aguirre e Ignacio González, la peor tradición neoliberal y austericida. Podemos Comunidad de Madrid presentó la semana pasada un Programa para un Gobierno del Cambio. No de caras, sino de políticas.
Contrastemos programas políticos: el que presentó Cifuentes en mayo de 2015 y que guía la política del actual gobierno regional y el que presenta Podemos en el marco de la moción. Empezando por la corrupción que asfixia nuestra región. Cifuentes no la menciona en la presentación y en el interior dedica apenas página y media a esbozar algunas medidas claramente insuficientes. Los últimos escándalos de corrupción, imputaciones y dimisiones del entorno de Cifuentes demuestran que la regeneración política en el PP madrileño ni ha llegado, ni se la espera. El acuerdo PP-C’s en materia de corrupción genera incertidumbre y nada hace pensar que el mangoneo de años atrás y del que tenemos ahora noticia no siga siendo hoy una realidad de la que nos enteremos dentro de diez años. En Podemos apostamos por la certidumbre y la persecución implacable de la corrupción. Proponemos una reforma de la Cámara de Cuentas para que tenga capacidad sancionadora efectiva, que fiscalice no sólo a los partidos sino también a sus fundaciones en tanto que “pantallas” vinculadas en los últimos años a corruptelas y financiación ilegal y que detecte y persiga aumentos patrimoniales injustificados de altos cargos. Parece razonable que Cifuentes se oponga a tal reforma, el PP de Madrid quedaría aún más expuesto. Limpiar la ciénaga. PSOE y C’s deben elegir.
Cifuentes afirmaba en su programa político “sé que estáis orgullosos de la sanidad madrileña, de los médicos y todo el personal sanitario, y quiero que sepáis que aún se pueden mejorar las atenciones y cuidados que recibís, porque lo más importante de todo sois vosotros”. Palabras no, datos. El presupuesto de sanidad que se está aplicando en estos momentos en la Comunidad de Madrid destina 3250 millones de €, el 44% del total, a privatizaciones. Además, tomando como referencia el gasto sanitario consolidado, los recortes acumulados en sanidad desde 2011 ascienden a 2800 millones de €. Madrid ocupa el decimoquinto (antepenúltimo) puesto del ranking autonómico en gasto sanitario por habitante. Entre 2009 y 2017 se ha expulsado del sistema a 5500 profesionales sanitarios. Progresivo desmantelamiento de la sanidad pública madrileña, ese es el plan de Cifuentes. La apuesta de Podemos pasa por la reinversión de los recortes y la reversión de los procesos privatizadores en gestión y asistencia sanitaria. PSOE y C’s deben elegir.
Continúa Cifuentes su programa con un “sé como madre que lo mejor que podéis darle a vuestros hijos es una buena educación, y quiero que sepáis que tendrán todas las oportunidades para conseguir sus metas”. Los hijos de Cifuentes no estudiaron en colegios públicos. Palabras no, datos. Tomando como referencia el año 2009 los recortes acumulados en la educación pública ascienden a 2700 millones de euros. Según la Fundación BBVA, Madrid es la región que menos porcentaje del PIB destina a educación de todo el país y la que arroja el menor gasto educativo por habitante. Según los informes de la Federación de Enseñanza de CCOO, la Comunidad de Madrid excede la ratio alumno/aula y alumno/profesor en todos los niveles de la enseñanza no-universitaria. La educación concertada y privada gana año tras año terreno a la educación pública. La apuesta de Cifuentes es clara e inequívoca, liquidar progresivamente y vía austericidio la educación pública en favor de la educación privada y concertada. Las propuestas de Podemos vuelven a ser sencillas, contundentes y de sentido común: reversión y reinversión de los recortes aplicados a la educación pública; evaluación y auditoría de los conciertos educativos y las cesiones de suelo público; incremento de las plazas públicas en escuelas infantiles con rebaja drástica de cuotas como paso previo a la gratuidad en la educación de 0 a 3 años. PSOE y C’s deben elegir.
La estrategia de Cifuentes de asfixia a lo público en sanidad y educación guarda relación no con planteamientos ideológicos y la defensa del falso mito de la mayor eficiencia de la gestión privada, sino con el lucro e intereses privados. Los procesos privatizadores de la sanidad madrileña tienen más que ver con la puerta giratoria de ex-altos cargos del PP (Antonio Burgueño, Manuel Lamela o Juan José Güemes) al gigante de la sanidad privada Quironsalud y sus empresas matriz. La apuesta del PP de Madrid por la educación concertada encuentra sus razones en el sumario judicial de la Púnica que apunta que Francisco Granados se embolsaba 1 millón de € de comisión por cada colegio concertado aprobado. La famiglia del PPfamiglia madrileño no tiene ideología, sólo intereses comunes y privados, que chocan con los de las mayorías sociales en la región.
Nuestra propuesta de reinversión de los recortes aplicados a la sanidad y educación pública, así como la reversión de los procesos privatizadores en ambas esferas es a nuestro juicio tan necesaria como realizable. La Comunidad de Madrid necesita más ingresos. Para ello se debe combatir el modelo tributario del PP que ha convertido nuestra región en un paraíso fiscal. No lo dice Podemos, lo dice la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF), quien concluye en uno de sus últimos informes que fruto de las rebajas fiscales a los que más tienen, el año pasado se dejaron de ingresar 3200 millones de € en la Comunidad de Madrid. En Podemos apostamos por la solidaridad, equidad y redistribución de los recursos. Proponemos un impuesto a la riqueza que acabe con los beneficios fiscales a las grandes fortunas y rentas más altas. Con ello lograríamos recaudar esos 3200 millones de € que apunta la AIREF, con los que reinvertir los recortes acumulados en sanidad y educación, con un excedente anual de 1500 millones de € a destinar a la expansión de las políticas sociales para las mayorías. Nuestro programa cuenta con una memoria económica que especifica cómo hacerlo. Paraíso fiscal o justicia social. PSOE y C’s deben elegir.
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Modelos de gobernanza, proyectos políticos y programas. Cifuentes debe dar la cara y defender su modelo de región este jueves 8 en el debate de la moción de censura en la Comunidad de Madrid. Confrontarán dos modelos antagónicos. PSOE y C’s deben elegir.
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* Víctor Rey es Secretario de Análisis y Programa de Podemos Comunidad de MadridVíctor Rey
Cifuentes se presentaba a las elecciones de mayo de 2015 con un programa electoral que arrancaba en primera persona: “Soy lo que parezco, digo lo que pienso y siempre he procurado ser fiel a mí misma. Llevo 25 años trabajando por Madrid y conozco bien nuestra Comunidad”. Es cierto, la Presidenta es lo que parece, una suerte de make-up del Régimen y del PP. Dice lo que piensa y así, en el Congreso del PP de marzo de este año dijo: “te quiero agradecer en nombre de todos tu esfuerzo, dedicación y compromiso del PP de Madrid durante tantos años. Te debemos mucho, Esperanza, gracias de corazón”. Y es fiel a sí misma, por eso mira hacia otro lado ante los distintos escándalos de corrupción que semana tras semana implican al PP madrileño, como si la cosa no fuera con ella.