Oscuridad en la luz

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Gerardo Centeno

Está a punto de cumplirse un año de la publicación de Navidad.es (edit La Librería), mi libro sobre las formas de celebrar la Navidad que tenemos en Madrid. Transcurridos doce meses volverán a nuestras agendas los mismos eventos y tradiciones que vivimos todos los meses de diciembre desde hace décadas. Cenas, inocentadas, aguinaldos, belenes o uvas de la suerte sumarán una muesca más en el calendario. De eso tratan estas fiestas, de repetir una vez tras otra las mismas acciones sin olvidar su sentido, sea el que sea que cada cual quiera otorgarles. 

Si las administraciones no ponen solución, estas serán las cuartas fiestas sin luz para cuatro mil personas

Así, cerca de inaugurar diciembre, los capítulos del libro vuelven a cobrar vigencia para entender o preparar las fiestas. De eso me congratulo como autor. De todos los capítulos menos uno, del que realmente me hubiera gustado tener que plasmar una importante actualización. No es otro que el dedicado a las luces de Madrid. Esos millones de bombillas que harán brillar el centro de la capital pero cuya fuerza no alcanzará para sacar de la oscuridad a una zona de la región ubicada a escasos catorce kilómetros de la Puerta del Sol. Y es que a la Cañada Real no llega la luz eléctrica desde el año 2020. Ni la magia de los Magos de Oriente lo ha conseguido. Si las administraciones no ponen solución, estas serán las cuartas fiestas sin luz para cuatro mil personas. 

La incansable petición de las asociaciones vecinales acompañadas de las formaciones políticas de la oposición en la asamblea y en el consistorio madrileño nos han hecho llegar lo que añoran los niños y niñas para celebrar el fin de año como cualquier vecino de la ciudad.  Y no piden un regalo a los Magos, ni siquiera a presidentas o alcaldes, sino únicamente que sus padres y madres puedan pagar la energía que necesitan sus neveras, lámparas o calefactores. Un suministro legal y abonado como cualquier ciudadano. A continuación, podríamos hablar ya de realojos, legalidad de las construcciones o uso del suelo. Primero la emergencia humanitaria y luego las soluciones legales. 

Y con el invierno llamando a los tejados de chapa, el Comité de Derechos Sociales del Consejo de Europa ha dictado resolución condenando a todas las administraciones territoriales de España por vulnerar derechos básicos como la vivienda, la protección de la salud, la participación social o la infancia.

El golpe sobre la mesa de la institución europea ha tardado en llegar, pero no podía dejar de hacerlo tras la inacción de los poderes públicos ante los riesgos derivados del corte de suministro que ya se habían señalado por el propio Comité, quien exigió al Estado que tomara medidas para su restablecimiento. 

Los compromisos entre las fuerzas políticas e instituciones para resolver el problema estaban, pero nada se ha hecho. Mucha reunión y poca acción. Los meses han pasado y aquí estamos otra vez, con las luces a punto de encenderse allá donde marquen los ayuntamientos y apagadas donde lo exige la autoridad comunitaria. 

Nos queda poco para la Navidad, pero mucho aún para prepararla como deberíamos. 

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Gerardo Centeno es vocal asesor de Más Madrid y autor de la obra 'A Pedales'.

Está a punto de cumplirse un año de la publicación de Navidad.es (edit La Librería), mi libro sobre las formas de celebrar la Navidad que tenemos en Madrid. Transcurridos doce meses volverán a nuestras agendas los mismos eventos y tradiciones que vivimos todos los meses de diciembre desde hace décadas. Cenas, inocentadas, aguinaldos, belenes o uvas de la suerte sumarán una muesca más en el calendario. De eso tratan estas fiestas, de repetir una vez tras otra las mismas acciones sin olvidar su sentido, sea el que sea que cada cual quiera otorgarles. 

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