La política de sanidad es, desde la óptica socialdemócrata, una de las políticas públicas prioritarias y debe responder de manera irrenunciable a criterios de universalidad y equidad. Es un servicio público que iguala a las personas y, también, el que más contribuye a la cohesión social. La interminable pandemia ha demostrado que es imprescindible una sanidad pública fuerte, poderosa, con músculo.
Los Presupuestos Generales del Estado, recién aprobados en la Cámara Baja, son la ley más importante que pasa por el Congreso de los Diputados. Las del año 2022 son unas grandes cuentas orientadas a consolidar la recuperación económica y social justa que propugna el Gobierno de España. Son unas cuentas diseñadas para reforzar la fortaleza del Sistema Nacional de Salud, adelgazado por los recortes de 7 años de gobiernos del PP; los déficits causados por esos recortes los dejó al descubierto, con toda crudeza, la pandemia. Son unos presupuestos para hacer frente a la pandemia y también a futuros desafíos. El sistema sanitario público es el orgullo de los socialistas españoles; es una herramienta imprescindible, gracias a la cual hoy la pandemia en España no alcanza los niveles del resto de Europa.
Los socialistas sabemos que en materia de salud pública no se puede bajar la guardia. Conocemos el enorme esfuerzo que ha soportado durante todos estos meses el personal sanitario y en especial la enfermería en la vacunación masiva de la ciudadanía, ejemplo ésta de responsabilidad, compromiso y solidaridad. Entre todos, hemos hecho un gran trabajo y así lo destaca la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen, que reconoce públicamente a España como ejemplo de vacunación en Europa. Es así, pero sabemos que no podemos bajar la guardia.
A pesar de los pronósticos catastrofistas de las derechas, nuestro país alcanzó el hito del 70% de la población diana vacunada a finales de verano, tal como había comprometido el presidente Sánchez. La realidad es que España es líder ejemplar en vacunación: superamos el 89% de la población en pauta completa en menos de un año, y estamos comenzando ya a recibir la tercera dosis. La partida de 1.463 millones de euros destinada a continuar comprando vacunas contra el covid-1,9 de los cuales 292,8 millones de euros están destinados a adquirir vacunas solidarias, supone nuevamente invertir en nuestra salud y en nuestra economía. Las vacunas salvan vidas y son la garantía de no volver atrás.
La OMS nos ha marcado el objetivo de vacunar al 70% de la población mundial para mediados de 2022. Conseguiremos, como se comprometió el presidente Pedro Sánchez, un reparto justo y equitativo de 50 millones de dosis de vacunas donadas de aquí a 2022. Porque nadie estará a salvo hasta que la vacunación sea un hecho en todo el mundo. El director general de la OMS, Tedros Adhanom, ha agradecido recientemente el liderazgo y la generosidad de España en la donación de más de 30 millones de vacunas a COVAX.
Los socialistas sabemos que en materia de salud pública no se puede bajar la guardia. Conocemos el enorme esfuerzo que ha soportado durante todos estos meses el personal sanitario y en especial la enfermería
Las grandes cuentas de España para 2022 son una buena noticia. Blindan el Estado del bienestar en materia de sanidad. Garantizan el derecho a la protección de la salud de toda la ciudadanía, con equidad y justicia social en el acceso universal al sistema sanitario. Son un total de 6.606 millones de euros para el conjunto de la política sanitaria, lo que significa un 11% más en inversión en salud, sin incluir la partida para adquirir vacunas. El presupuesto total consolidado del Ministerio asciende a 2.546 millones de euros (es el presupuesto nacional más el destinado a la ejecución de proyectos financiados con fondos europeos)
Es una gran noticia que estas cuentas nos permitirán continuar con el Plan INVEAT, para priorizar la renovación tecnológica. Tal y como dijo la ministra Darias, se han transferido a las comunidades autónomas 400 millones de euros durante 2021, a los que en 2022 se añadirán 396 millones en transferencias de capital. Estos presupuestos permitirán continuar con la dotación de equipamientos del nuevo hospital de Melilla y la construcción del Centro Nacional de Dosimetría. Destacan partidas como la dotada con 44 millones de euros para salud bucodental y la de 28 millones para la protonterapia para mejorar la atención de las personas con cáncer en nuestro país, especialmente la de niños y niñas.
Los presupuestos incluyen un total de 33,7 millones para la consolidación de los fondos de cohesión sanitaria por la asistencia a pacientes de otras CCAA y su atención en los CSUR. El Gobierno liderado por Pedro Sánchez recupera este mecanismo de solidaridad interterritorial que el PP había dejado de incluir en los Presupuestos. Consignan también 176 millones de euros para reforzar la Atención Primaria y Comunitaria, a los que se suman los fondos europeos para la digitalización, para ganar en accesibilidad y continuidad asistencial. El presupuesto para 2022 ascenderá a 165 millones de euros para desarrollar la Estrategia Nacional de Salud Digital y avanzar en la atención preventiva, diagnóstica y terapéutica centrada en el paciente.
Estos presupuestos reflejan la importancia que el Gobierno de Pedro Sánchez da a la salud mental. Son 100 millones para el Plan de Salud Mental y Covid para los próximos tres años. Se consignan 30 millones en estas cuentas de las que 24 millones serán transferidos a las comunidades autónomas y el resto se destinará a un teléfono de atención 24 horas, 7 días a la semana para la prevención y atención de la conducta suicida.
Las grandes cuentas de España para el 2022 demuestran que los socialistas estamos del lado de lo público, de la equidad, de la redistribución y de la igualdad. Del lado de la recuperación de la cobertura sanitaria universal, que el PP rompió. Como señaló la ministra de Sanidad, estas cuentas son las de la recuperación económica y social justa que propugna el Gobierno presidido por Pedro Sánchez.
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Ana Prieto Nieto es diputada por Lugo y portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso de los Diputados
La política de sanidad es, desde la óptica socialdemócrata, una de las políticas públicas prioritarias y debe responder de manera irrenunciable a criterios de universalidad y equidad. Es un servicio público que iguala a las personas y, también, el que más contribuye a la cohesión social. La interminable pandemia ha demostrado que es imprescindible una sanidad pública fuerte, poderosa, con músculo.