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Regeneración democrática: lo no oído el día 17

Angel Viviente Core

Muchos españoles estuvimos pendientes de la presentación del presidente del Gobierno, el pasado día 17 de julio, de las propuestas en referencia a lo que él mismo definió como regeneración democrática.

Una vez escuchadas las propuestas, el Colectivo de Pensamiento y Debate Crítico (Ateneo Republicano), hemos puesto sobre la mesa, discutido y analizado lo que en el Parlamento se ha escuchado.

Como conclusión, vistas las expectativas creadas por este anuncio, observamos que esto no ha respondido a lo que muchos esperaban.

Está bien que se adopten medidas al objeto de ir hacia una prensa libre, controlada por los organismos de control público, en lo referente a su financiación y transparencia de su propiedad, a las subvenciones en función de su audiencia, la lucha contra los bulos, etc, esto está claro. Pero dar la imagen de que la regeneración democrática tan solo se basa en eso queda muy limitado a ojos de gran parte de la ciudadanía. Mucha gente ha quedado con la idea de que al presidente, después de cinco días de reflexión, lo único que le ha preocupado ha sido la cadena de infundios y bulos en lo referente a su esposa y la lucha contra eso. No debió dar esa imagen.

Como dijo el portavoz de ERC Gabriel Rufián, el ir el presidente al Parlamento a anunciar medidas que ya habían sido acordadas en la UE ha quedado muy por debajo de lo que podía esperarse. Para este viaje no se necesitaban estas alforjas, dijimos en el Colectivo. Esta presentación en el Parlamento se debería haber denominado Ley de Medios de Comunicación y poco más.

La prueba del poco interés por lo ocurrido lo demuestra la Cadena SER que ha dedicado al tema escasos minutos en la segunda parte de su informativo de máxima audiencia.

Es cierto el aviso de Pedro Sánchez sobre los peligros que amenazan hoy a la democracia, entendida como un régimen garantista de libertades, derechos, justicia e igualdad que debe velar por el bienestar de la ciudadanía, escuchar su voz y responder a sus demandas. Valores que han sido seña de identidad de la izquierda progresista y que están cuestionados por el auge de una extrema derecha populista, radical y sin más límite que su ambición por imponer un discurso basado en el odio, el fanatismo, la manipulación y la mentira. Ellos representan la cara visible de un movimiento organizado, con una misión clara: imponer un nuevo modelo dictatorial global que dirija el mundo.

Y este punto es en el que la izquierda debe hacer más pronto que tarde una autocrítica profunda. Las gentes que votan a esa derecha populista en su mayoría solo desean mejorar su calidad de vida, bienestar, futuro para sus hijos, salario digno, acceso a la vivienda, etc. Esa es su fuente de votos y a ellos mueve sus mentiras con ideas trasnochadas que ya fueron utilizadas en el pasado y fracasaron.

En este sentido mucho nos tememos que el Plan presentado por Pedro Sánchez no es la respuesta que la ciudadanía esperaba.  La política de espectáculo, más fuegos de artificio que compromisos importantes y reales, benefician al PP y Vox y no contribuyen a reconectar con una sociedad cansada de acumular decepciones y frustraciones. A la izquierda se le debe exigir más y por ello debe redoblar esfuerzos para convencer con hechos y no con promesas que no se cumplen..

En este sentido, el día 17 tan solo se ha mencionado, a parte del tema básico, una ligera modificación de la ley Mordaza y la obligación de debates en la LOREG. Todo el resto del discurso se lo ha llevado el tema único.

Tan solo un esfuerzo por parte de la izquierda, para abordar esos problemas, quitará capacidad a la derecha y ultraderecha para filtrar sus mensajes de odio, misoginia, exclusión y defensa de los poderosos, disfrazado como solución-espejismo a los problemas de la gente

La sociedad actual, para aproximarse a esa regeneración democrática, necesitaría replantearse una serie de temas muy críticos que permanecen en el baúl de los recuerdos desde hace muchos años, sin que nadie, ni siquiera esa izquierda progresista, se haya plantearlo hacerlo.

El día 17 hubiera sido un buen momento para que un gobierno progresista anunciara el avance en temas tales como:

  • Una revisión y actualización de una Constitución que, en muchos aspectos, ha quedado obsoleta.
  • La Justicia, desde el punto del acceso a la carrera judicial, ahora en manos de un sector pudiente de la sociedad, hasta su organización y elección de su gobierno, los medios, su administración, ahora lenta y lejana a los ciudadanos, etc
  • La ley de Vivienda, como elemento clave de la situación de descontento e inquietud, fundamentalmente de los jovenes.
  • La LOREG, como pedestal básico para el funcionamiento en democracia, con la adaptación a la Constitución y para facilitar que la mayor parte de la ciudadanía se vea representada en el Parlamento, en igualdad de condiciones entre unos y otros.
  • La ley Mordaza, con un replanteamiento profundo, como elemento limitador de las libertades de todo tipo.
  • La ley de Secretos Oficiales, como cortapisa a todo avance para el esclarecimiento de la Verdad.

Estos son algunos ejemplos de temas que preocupan a la sociedad, temas de lo que apenas se mencionó algo, en una presentación que iba a servir para dar los primeros pasos e iniciar el avance en esa regeneración democrática.

Mucho nos tememos que, sin estos elementos, lo que se presentó tan solo es un pequeño grano de arena en una playa con miles de obstáculos para llegar a ello.

Tan solo un esfuerzo por parte de la izquierda, para abordar esos problemas, quitará capacidad a la derecha y ultraderecha para filtrar sus mensajes de odio, misoginia, exclusión y defensa de los poderosos, disfrazado como solución-espejismo a los problemas de la gente.

Tan solo un planteamiento riguroso de los problemas reales de la gente y de las propuestas para solucionarlos, devolverán a la izquierda el apoyo que siempre tuvo entre los más desfavorecidos y la clase trabajadora.

No ha sido esta la línea que Pedro Sánchez escogió el día 17 y muchos lo sentimos, porque parece ser que no siempre se aprende de los errores.

Ángel Viviente Core es miembro del Colectivo de Pensamiento y Debate Crítico (Ateneo Republicano) y de la Sociedad de Amigos de infoLibre.

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