Si algún elemento diferencial tiene el 8 de marzo con respecto a otras conmemoraciones en España es que cada año marca el pulso de dónde se sitúa la agenda feminista y este año el foco está sobre todo en la agenda abolicionista. En Madrid el Manifiesto 8M denuncia en diez puntos clave el grave retroceso en los derechos de las mujeres y las niñas en los últimos años, la explotación sexual y reproductiva de las mujeres señalando directamente a la práctica de la llamada eufemísticamente “gestación por sustitución” y al sistema prostitucional - España es el tercer país en el mundo en consumo de prostitución y el primero en Europa- y la pornografía, que crece con los intentos del Gobierno “de confundir respecto de sus intenciones en relación al tratamiento que el Estado ha de dar a la prostitución”. Se exigen empleos dignos, estables y seguros para las mujeres recordando que la crisis económica derivada de la pandemia sumada a otras crisis anteriores han situado a las mujeres en una posición más precaria todavía. Y pone el acento en la preocupación por la eliminación del concepto “sexo” en leyes aprobadas tanto por el Gobierno central como en diferentes comunidades autónomas invisibilizando la realidad material del sexo como eje de opresión y base de la discriminación y la violencia que sufrimos las mujeres.
La eliminación de la categoría sexo abre así la puerta a la participación de nacidos varones en competiciones deportivas femeninas dinamitando la igualdad de oportunidades y el juego limpio para las mujeres
Hace pocos días se celebró en Madrid la Iª Conferencia Internacional en Defensa de las Categorías Deportivas Femeninas convocada por Contra el borrado de las mujeres reivindicando “Juego limpio para las mujeres”. Las Olimpiadas de Tokio de 2021 intentaron consolidar y normalizar la participación de varones autoidentificados como “mujeres trans” en competiciones femeninas. La eliminación de la categoría sexo abre así la puerta a la participación de nacidos varones en competiciones deportivas femeninas dinamitando la igualdad de oportunidades y el juego limpio para las mujeres. La reunión fue organizada por entidades de mujeres con una trayectoria indiscutible en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y la defensa de las políticas de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres (Mujeres Juristas Themis, Fundación Mujeres, Federación de Mujeres Progresistas) organizaciones profesionales (Asociación de Mujeres para el Deporte Profesional, Asociación de Futbolistas Españoles, Real Federación Española de Atletismo o la Asociación de Jugadoras de Baloncesto) y organizaciones internacionales (Fair Play for Women o Save Women’s Sports) que desde hace años advierten de la complejidad de esta decisión en detrimento del deporte femenino. Deportistas como Leire Olaberria, Lucila Pascua, Almudena Gallardo, Ruth Beitia, Paula Dapena o Isabel Guerro pusieron sobre la mesa los interrogantes que son imprescindibles abordar y que nada tienen que ver con la solidaridad con los colectivos LGBT. De hecho pudieron escucharse testimonios y la preocupación de históricas activistas lesbianas como la alemana Susanne Bischoff cofundadora en 1988 de la antigua asociación deportiva de mujeres y lesbianas de Berlín.
En el mundo sindical a muchas mujeres y hombres que estamos enfrentándonos sobre el terreno a la elaboración y vigilancia de los Planes de Igualdad en las empresas con herramientas de medición basadas en el sexo nos preocupa la inseguridad jurídica y estadística que se traslada con la lamada “libre autodeterminación de género” (que en verdad es la libre autoderminación del sexo registral). ¿Cómo vamos a traducir los registros salariales, calcular la brecha salarial o identificar la falta de mujeres en puestos de dirección? ¿En función de cómo se autoidentifique y se sienta cada persona en cada momento? Las políticas de igualdad se basan en la diferencia entre ambos sexos, mujeres y hombres. Desaparecido el sexo, desaparecerán las políticas igualdad, pero no la subordiscriminación de las mujeres.
No es una entelequia, en ciudades como Barcelona las bases de datos se han organizado ya con la variable género.
Desde el periodismo crítico que no puede plegarse a las intimidaciones por decir lo obvio toca afrontar estas complejidades con honestidad más allá de lo que se considere políticamente correcto.
Sin las mujeres no hay democracia. El feminismo, más unido que nunca.
Si algún elemento diferencial tiene el 8 de marzo con respecto a otras conmemoraciones en España es que cada año marca el pulso de dónde se sitúa la agenda feminista y este año el foco está sobre todo en la agenda abolicionista. En Madrid el Manifiesto 8M denuncia en diez puntos clave el grave retroceso en los derechos de las mujeres y las niñas en los últimos años, la explotación sexual y reproductiva de las mujeres señalando directamente a la práctica de la llamada eufemísticamente “gestación por sustitución” y al sistema prostitucional - España es el tercer país en el mundo en consumo de prostitución y el primero en Europa- y la pornografía, que crece con los intentos del Gobierno “de confundir respecto de sus intenciones en relación al tratamiento que el Estado ha de dar a la prostitución”. Se exigen empleos dignos, estables y seguros para las mujeres recordando que la crisis económica derivada de la pandemia sumada a otras crisis anteriores han situado a las mujeres en una posición más precaria todavía. Y pone el acento en la preocupación por la eliminación del concepto “sexo” en leyes aprobadas tanto por el Gobierno central como en diferentes comunidades autónomas invisibilizando la realidad material del sexo como eje de opresión y base de la discriminación y la violencia que sufrimos las mujeres.