La educación en España
Más de 12.500 millones de ingresos y casi 400 de beneficios atraen a nuevos inversores al negocio de la escuela privada
Más de 12.500 millones de euros de ingresos en un año. Cerca de 400 millones de beneficios. Y un creciente interés de los inversores. Son los trazos que describen la dimensión económica de la educación privada no universitaria en España. Se trata de un sector poco conocido, resistente a la concentración, donde no sobresale ningún transatlántico empresarial y destaca el papel de la Iglesia. Es una área de actividad distorsionada por esa figura híbrida típicamente española, la educación privada financiada con fondos públicos, la llamada concertada, que compite con reglas distintas en un raro ecosistema mixto, en el que la fuerza del mercado intenta ganar espacio a la planificación de la autoridad educativa.
Detrás de todos los debates políticos vinculados al "sistema mixto" o la "red dual", ¿qué cifras contantes y sonantes componen la realidad económica del negocio de los colegios privados, con más de dos millones y medio de alumnos?
Ingresos
Los datos más recientes los ofrece el Observatorio Sectorial DBK de Informa, filial de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce). El sector de los colegios privados –privados-privados y concertados– en España, que suman en torno a 9.400, tuvo en 2019 unos ingresos de 12.625 millones, un 0,91% más que en 2018. La línea de ingresos es creciente desde 2014, cuando los ingresos fueron de 12.000 millones.
El dato de 2019 es todavía una estimación elaborada a partir de previsiones de las empresas y de resultados presentados durante el primer trimestre de 2020, aclaran desde Informa. No todas las empresas han presentado ya cuentas, por lo que es imposible un dato cerrado. No obstante, en años anteriores la previsión se ha ajustado al resultado final. En 2018, por ejemplo, la estimación de ingresos fue de 12.475 millones y el resultado final de 12.510.
Ha subido un 5,2%. De la cifra global de ingresos de 2019 (12.625 millones), 10.050 millones, un 79,6%, corresponden a la educación concertada, que subió un 0,09% con respecto al ejercicio anterior. Es el tercer año consecutivo en que el negocio de la concertada en España supera los 10.000 millones. Más de la mitad de estos ingresos provienen de fondos públicos. Recorriendo la serie de informes de este observatorio –que se basa en las cuentas empresariales de los centros no universitarios–, consta un sostenido crecimiento interanual de los ingresos de la concertada, en ningún caso desmedido, siempre por debajo del 1%. Entre 2015 y 2018, los ingresos de la educación privada financiada con fondos públicos han pasado de 9.895 a 10.050 millones de euros, una subida total del 1,56%, lenta pero ininterrumpida.
Los ingresos de la privada-privada han pasado de 2.155 millones en 2015 a 2.575 en 2019, un incremento del 19,48%. Una subida mucho más pronunciada.
Beneficios
Para ver los datos de beneficios hay que ir al Instituto Nacional de Estadística (INE). Concretamente, al apartado de resultados corrientes de la Encuesta de Financiación y Gasto de la Enseñanza Privada. Su última edición es de 2014-2015. Ese curso, había en España 9.334 centros educativos no universitarios, una cifra que se ha mantenido bastante estable hasta hoy. Sus beneficios alcanzaron en 2014-2015 los 385,14 millones, de los que 205,64 correspondieron a los concertados y casi 180 a los privados-privados. En este dato entra toda la educación no universitaria: Infantil de primer y segundo ciclo, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. Si sólo nos centramos en Primaria y Secundaria, ambas obligatorias, los beneficios son de 248,96 millones, de los que 136,55 millones son para la concertada.
El resultado de beneficio global no hay que mirarlo a la luz de los ingresos detectados por DBK, sino del propio INE. En 2014-2015, los ingresos de los colegios privados ascendieron según el INE a 10.963,79 millones (más de mil millones menos que los calculados por Informa para 2014 o 2015, cuya estimación es "más alta", aclaran desde la empresa). Unos beneficios de 385,14 millones sobre unos ingresos de 10.963,79 suponen un porcentaje del 3,51. Pero no es homogéneo en los privados-privados y los concertados. Los primeros son mucho más eficientes, atendiendo a la relación entre ingresos y beneficios. Con unos ingresos de 8.518 millones, los concertados obtuvieron en 2014-2015 un resultado positivo de 205,64 millones, el 2,41%, según los datos del INE. En cuanto a la privada-privada, con unos ingresos de 2.445,55 millones, logró un resultado favorable de 179,49 millones, un 7,33%.
La enseñanza privada-privada es más eficiente que la concertada, mirando su rentabilidad. Apunta a la misma conclusión el examen hecho por Informa de las cuentas de pérdidas y ganancias de una treintena de empresas "muy orientadas la mayoría de ellas a la gestión de colegios privados no concertados" y con una facturación anual de 550 millones de euros. Los tres ratios de rentabilidad ofrecen cifras más que aceptables: 10,6% de ROE (Return of Equity, resultado del ejercicio entre patrimonio neto), 8% de ROI (Return on Investment, resultado de explotación más ingresos financieros entre activo total) y 9,6% de ROS (Return on Sales, resultado de explotación entre ventas y otros ingresos de explotación).
Estructura del sector
La línea de los beneficios es descendente, aunque sólo es posible ver una muestra siguiendo los datos del INE, cuya última encuesta es sobre el curso 2014-2015, cuando sumaron a 385,14 millones. En el curso 2009-2010, sólo cuatro ejercicios antes, los beneficios alcanzaron los 490,59 millones. La bajada, de 105,45 millones, se concentró fundamentalmente en la enseñanza concertada, que se dejó 90 millones.
Víctor Núñez, consejero delegado de Éxito Educativo, web de análisis en profundidad del sector, da claves para entender estos datos. "Hay que tener en cuenta que la educación concertada, en su mayor parte, sigue en manos de congregaciones religiosas, que en sí mismas no tienen ánimo de lucro, y de fundaciones", señala Núñez.
El origen de la concertada, la incorporación de facto a la red pública en 1985 de la densa red de centros tejida por la Iglesia desde el siglo XIX para atender un pico de demanda educativa vinculado al boom demográfico y al cambio cultural, condiciona aún la realidad actual del sector. Se trata de congregaciones con una vocación de influencia social, religiosa, ideológica que supedita incluso al fin económico. Conviene recordar que, en paralelo al progreso de la secularización, la Iglesia viene compensando en las aulas su pérdida de influencia en el púlpito. Además, la red de colegios concertados le sirve de cantera para su red universitaria católica, que vive una auténtica primavera económica [ver aquí].
"Es diferente el caso", apunta Núñez, "de la llamada nueva concertada, con origen en cooperativas o empresas privadas, sociedades anónimas o limitadas, donde sí hay un ánimo de lucro, legítimo por otra parte".
La fuerte competencia entre las redes pública, concertada y privada se erige como una posible explicación del retroceso de los beneficios en el ciclo 2009-2015 que desvelan los datos del INE. El consejero delegado de Éxito Educativo es cauto en el análisis, pero recuerda que es un sector exigente. "Los centros han tenido que que hacer inversiones fuertes, acometer la transformación digital, modernizar infraestructuras... No es fácil. Y además, ha habido una caída de la natalidad que los colegios notan, naturalmente", señala. No obstante, Núñez cree que es un sector interesante para un capital en busca de "refugio en tiempo de crisis".
Movimientos y compras
Ese interés está demostrado por los hechos. Víctor Núñez detectó hace casi un año una tendencia creciente. "Hemos visto la compra de los colegios San Patricio por parte de grupos internacionales como Inspired, pero antes entraron otros grupos y fondos internacionales como Providence Equity Partners, que adquirió el grupo Nace Schools; el grupo sueco IES (Internationella Engelska Skolan) con la compra del Grupo Educativo Iale-Elian’s [...]; o antes International School Partnership, con los siete colegios Laude", señala Núñez en su artículo Algo se mueve en el negocio de la educación.
Los movimientos no atañen sólo a la educación privada-privada, sino también a la concertada, "tradicionalmente en manos de la Iglesia", señala Núñez, pero a la que "se han ido sumando otros tipos de titularidad como las cooperativas, centros fundados o comprados por grupos inversores de sectores como la hostelería, la alimentación, la construcción...". "Algunos de ellos, tristemente, han ocupado titulares por estar vinculados en su origen a tramas de corrupción", añade Núñez, en referencia al caso Púnica.
Principales grupos
Informa, en su estudio sobre el curso 2018-2019, detecta también que "en los últimos años se han implantado en el sector grupos educativos y fondos de inversión extranjeros a través de la compra de sociedades gestoras y centros ya operativos, configurando nuevos grupos de cierto tamaño".No obstante, el sector presenta todavía una alta fragmentación, reuniendo los cinco primeros operadores –excluyendo congregaciones religiosas– solo el 2,80% de los ingresos totales generados en 2018 por los centros privados concertados y no concertados.
¿Cuáles son los principales grupos ya implantados? Preguntada por infoLibre, Informa responde con un listado de nueve grupos: Globeducate, que controla los colegios Ágora, comprados en 2017 por el fondo estadounidense Providence Equity; Gredos San Diego, especializado en concertada; Attendis y Fomento de Centros de Enseñanza, ambos vinculados al Opus Dei, que trabaja tanto enseñanza privada como concertada, y cuya posición sobresale en la educación diferenciada por sexos –niños y niñas separados–; Institució Familiar d’Educació, con mucho arraigo en Cataluña e ideario católico; Educación y Sistemas; las cadenas internacionales International School Partnership e Inspired; y la histórica Institución Educativa SEK.
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El punto más delicado del espectro es la concertada, porque forma en la práctica parte de la red pública, al ser pública su financiación, pero se trata de centros privados. La ley Celaá ha puesto la concertada bajo el foco. La ministra de Educación, la socialista Isabel Celaá, insiste en que su objetivo no es alterar la correlación de fuerzas entre la red pública-pública y la red privada financiada con fondos públicos, a pesar de que los datos indican un desequilibrio a favor de esta última [ver aquí y aquí]. Pese a las palabras de Celaá, la supresión de la "demanda social" como eje de la planificación de plazas y las medidas contra la segregación escolar han sido interpretadas por el sector de la concertada como una amenaza a su estatus. Escuelas Católicas –que afirma representar al 60% de los centros concertados–, la Confederación Católica de Padres de Familias (Concapa) y la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) han dado la alerta contra la norma.
A menudo el conflicto es planteado como si sólo hubiera una discrepancia sobre la idea de modelo: más "libertad de elección" para las familias, como defienden estas organizaciones y PP, Cs y Vox, un esquema ensayado en la Comunidad de Madrid y que ahora se empieza a imitar en Andalucía; o más control sobre los procesos de asignación de plazas por parte de la autoridad educativa, el modelo que –con matices– propugnan PSOE y Unidas Podemos. Pero no es sólo eso. Hay intereses detrás. El sector de la educación concertada ingresa más de 10.000 millones de euros euros al año, con un beneficio que ronda los 200 millones.
Más de la mitad de estos ingresos provienen del Estado. El gasto público en conciertos y subvenciones a la educación privada supuso en 2018 un total de 6.342 millones de euros, según datos del Ministerio de Educación. El gasto público en la red concertada viene creciendo a mayor ritmo que el gasto público en la red pública. La primera bate año a año su récord, mientras la segunda sigue por debajo de los niveles de inversión anteriores a la crisis. Este auge de la educación concertada se produce mientras el gasto público educativo en relación con el PIB está en un 4,23%, lejos de su récord de 2009, cuando alcanzó un 5,04%. El gasto público en educación con respecto al total del gasto público (10,13%) también está por debajo de 2009 (10,9%) y 2008 (11,25%).