Sumar pone fin al ciclo del 15M con el adiós a los principales referentes de Podemos

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"No nos representan". Fue el grito de un movimiento que comenzó en la Puerta del Sol de Madrid un 15 de mayo de 2011 con una acampada sin precedentes y que rápidamente tuvo su eco en el resto de ciudades españolas. Esa indignación, fruto del hartazgo con el bipartidismo, se tradujo en reivindicaciones como el fin de la corrupción, el acercamiento de las instituciones a los ciudadanos y el mejor reparto de la riqueza. Podemos surgió tres años después —en las europeas de 2014— al calor del descontento político y, al grito de "Sí se puede", se presentó como el heredero de ese movimiento con el objetivo de "convertir la indignación ciudadana en cambio político".

Más de una década después, la izquierda hija del 15M vive sus peores horas, tal y como reconoció el pasado sábado la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. "En estos nueve años han sido muchas las ocasiones en que esta formación política ha tenido que tomar la decisión más difícil en el momento más complicado: elegir el camino correcto aunque, como ahora, sea el más doloroso. A veces, para ganar hay que saber perder", señaló. Una derrota que supone el fin de una etapa que comenzó en 2015: Podemos ha pasado de ser el partido fuerte del espacio a asumir el rol secundario que jugará en la nueva configuración de la izquierda de cara al 23J.

"A partir de ahora, Podemos asume su papel en esta candidatura. Esta vez no marcaremos la estrategia de la campaña. Nuestro trabajo es ponernos detrás de Yolanda Díaz y estar ahí donde se nos pida", afirmó Belarra. Díaz será la candidata de ese espacio bajo las siglas de Sumar, una coalición que reúne a una quincena de partidos bajo su sino, algunos de los cuales son una escisión del propio Podemos como Más País y Más Madrid. Su objetivo es volver a los orígenes de transversalidad que Unidas Podemos logró en 2016, cuando llegó a liderar las encuestas y cosechó los mejores resultados de la izquierda alternativa desde la Transición.

La líder de Sumar entiende que el ciclo de Podemos se ha agotado y busca articular una alternativa distinta, que va desde la estrategia de campaña a la elaboración de las listas electorales. Unas listas que Sumar ha registrado este lunes y en las que ha sacrificado a algunos de los principales referentes de Podemos, como a su número dos y actual ministra de Igualdad, Irene Montero, o a su portavoz parlamentario, Pablo Echenique, vinculados a la formación desde sus inicios. Esto, unido a la derrota del pasado 28M de algunos de los llamados alcaldes del cambio, supone el adiós de figuras políticas que despuntaron en 2015 y han sido claves estos últimos ocho años.

Irene Montero

La ministra de Igualdad y número dos de Podemos es el mayor "activo electoral" del partido, en palabras de su líder. Sin embargo, desde Sumar consideran que su figura acarrea un importante desgaste por su papel en el Gobierno y las heridas internas con otros actores del espacio. El paso de Montero por el Ministerio de Igualdad ha dejado avances significativos, como la ley trans o la reforma de la ley del aborto, pero también un reguero de polémicas, azuzadas principalmente por la derecha que la han convertido en uno de sus objetivos políticos durante esta legislatura. La principal: la ley del solo sí es sí y el goteo de rebajas de condenas a agresores sexuales. A juicio de Montero, su exclusión de las listas del 23J supone un "veto injusto" por parte de Díaz y la consecuencia directa de "aceptar las reglas de juego de la reacción y la extrema derecha" contra el feminismo.

Alberto Garzón

Alberto Garzón es otro de los nombres que no aparece en las listas de Sumar, pero a diferencia de Montero su marcha es voluntaria. El líder de IU y actual ministro de Consumo llegó al Congreso con 26 años y se convirtió en el diputado más joven en lograr el escaño. Fue la legislatura en la que Mariano Rajoy logró la mayoría absoluta e Izquierda Unida pasó de dos a once diputados, un resultado histórico para la formación de Lara. Sin embargo, la irrupción de Podemos al calor del 15M fue letal para IU. Tras los comicios europeos de 2014, la organización eligió a Garzón como el encargado de dialogar con la formación dirigida por Pablo Iglesias, una coalición que Podemos entonces rechazaba, y meses más tarde el actual líder de IU se postuló como candidato a las generales, que se celebraron un año después y en las que solo obtuvo dos escaños. Pese al mal resultado IU logró sobrevivir a la ola morada, lo que forzó a Iglesias y Garzón a pactar de cara a la repetición electoral de 2016 –el famoso pacto de los botellines– creando, así, la marca Unidos Podemos. En este último año ha sido una de las personas que más ha apoyado a Díaz, pero sin romper amarras con Podemos.

Ada Colau

La exalcaldesa de Barcelona y líder de Barcelona en Comú llegó al consistorio municipal en 2015, impulsada por la ola de los ayuntamientos del cambio tras la aparición de Podemos y fue de las pocas —junto con Joan Ribó (València) y Kichi (Cádiz) — que resistió en 2019. Pese a que inicialmente se comprometió a estar ocho años en el cargo, aspiraba a un tercer y último mandato que, tras los resultados del 28M no ha podido liderar. Tras dar su apoyo a última hora al candidato socialista Jaume Collboni el pasado sábado, su futuro es una incógnita: ha cogido el acta de concejal aunque también ha dado a entender que no la mantendrá hasta 2027. Muchos la han situado como el ticket electoral de Díaz en Madrid, pero su nombre no está en las listas y aunque es una fiel defensora de la líder de Sumar, todo parece indicar que acabará abandonando la política institucional en poco tiempo.

José María González 'Kichi'

José María González, Kichi, ha sido el alcalde de Cádiz durante ocho años. Al igual que Colau, llegó a la alcaldía en mayo de 2015, en plena efervescencia del 15M y tras la irrupción de Podemos en las europeas un año antes, partido con el que acabó rompiendo para formar Adelante Andalucía. Desde su entrada en el consistorio municipal ha defendido, hasta el final, la no profesionalización de la política y por ese motivo no optó a un tercer mandato. Aunque su nombre estará –de forma simbólica – en la papeleta de Adelante Andalucía el próximo 23J, este mismo lunes se ha incorporado a su trabajo como docente. "Hoy vuelvo al tajo en la enseñanza. Mi vocación. Vinimos a la política institucional de forma temporal y nos vamos con lo puesto, con el mismo sueldo y en la misma clase social. Seguiré haciendo política pero sin cobrar de ello. Tras 8 años, mi palabra es mi único patrimonio", ha explicado él mismo a través de su cuenta de Twitter.

Pablo Echenique

Pablo Echenique lo ha sido —casi— todo en Podemos. Se enfrentó a Pablo Iglesias desde la corriente de Anticapitalistas en el primer Vistalegre, fue eurodiputado, secretario general de Podemos en Aragón y número tres del partido. Estuvo en la secretaría de organización hasta junio de 2019 y, con la entrada de los morados en el Ejecutivo de coalición, pasó a ser el portavoz parlamentario, en sustitución de Irene Montero. Un "piloto de combate", como se reivindica a sí mismo en su autobiografía, al servicio del partido y con una habilidad nata para polemizar a través de su cuenta de Twitter. Su estilo combativo contrasta con el de Díaz y es otro de los damnificados tras la coalición con Sumar. "En esta negociación ha habido vetos explícitos con nombre y apellido, como el que se ha perpetrado contra la ministra de Igualdad, pero también ha habido vetos por la vía indirecta", denunció hace una semana, tras revelar que no concurriría como número uno por Zaragoza.

Angela Rodríguez 'Pam'

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Ángela Rodríguez, Pam, ha ejercido como secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género esta legislatura tras la renuncia de Noelia Vera. La número dos de Montero lleva en política desde 2015 y ha pasado por varios cargos: fue secretaria de Coordinación e Igualdad de Podemos Galicia y, apoyada por Íñigo Errejón, trató de disputar la secretaría general del partido en la comunidad a Carmen Santos, que se impuso por un escaso margen. Consiguió acta de diputada en 2016, en la que la que vicepresidenta segunda de la Comisión de Igualdad y portavoz adjunta, pero no en 2019. En estos últimos años sus polémicas declaraciones a cuenta del sí es sí también la han convertido en un perfil incómodo para Díaz, que no la ha incluido en las listas.

Jaume Asens

Otro que no figura en las listas es Jaume Asens, el presidente del grupo de Unidas Podemos en el Congreso esta última legislatura, un cargo al que accedió tras la entrada de Pablo Iglesias en el Ejecutivo de coalición. Entró en política desde el municipalismo de la mano de Ada Colau en 2014 junto a la que creó Guanyem, el primer nombre que tuvieron los comunes antes de presentarse a las elecciones de 2015 en Barcelona. En el primer mandato de Colau fue teniente de alcalde de Derechos de Ciudadanía, Participación y Transparencia y en 2019 encabezó las listas para las generales por Barcelona. Su rol dentro del espacio como miembro de Podemos pero también de los comunes no ha sido fácil y en la última etapa, con la pugna abierta entre los morados y Sumar, se ha acabado distanciando de la dirección de Belarra. De cara al 23J trató de ostentar, de nuevo, la primera plaza por Barcelona pero al comprobar que la candidatura de su compañera Aina Vidal obtenía más apoyos, acabó dando un paso al lado.

Vicky Rosell

Vicky Rosell, actual delegada contra la violencia de género, fue uno de los principales activos electorales de Podemos en sus inicios por su condición de magistrada. Tras obtener escaño en 2015 y a solo un mes de una nueva cita con las urnas tras la repetición electoral, decidió dar un paso atrás y no concurrir en la candidatura por Las Palmas por la querella interpuesta contra ella por el exministro de Industria José Manuel Soria, en ese momento ya fuera del tablero político por su aparición en los papeles de Panamá. Un caso Rosell, difundido a bombo y platillo por determinados medios de comunicación, que no era otra cosa que una operación de lawfare de manual. Sin embargo, y al igual que ha ocurrido con Montero y Pam, su nombre no está en las listas del 23J y, en su defecto, será la hasta ahora consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Canarias, Noemí Santana, quien la sustituya en ese puesto.

"No nos representan". Fue el grito de un movimiento que comenzó en la Puerta del Sol de Madrid un 15 de mayo de 2011 con una acampada sin precedentes y que rápidamente tuvo su eco en el resto de ciudades españolas. Esa indignación, fruto del hartazgo con el bipartidismo, se tradujo en reivindicaciones como el fin de la corrupción, el acercamiento de las instituciones a los ciudadanos y el mejor reparto de la riqueza. Podemos surgió tres años después —en las europeas de 2014— al calor del descontento político y, al grito de "Sí se puede", se presentó como el heredero de ese movimiento con el objetivo de "convertir la indignación ciudadana en cambio político".

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