Presupuestos Generales Estado
48 horas de prisas, contradicciones y acuerdos 'in extremis': así se pactaron los presupuestos en la coalición
El lunes todo seguían siendo nubarrones. “El PSOE está intentando que se apruebe mañana pero es imposible, es que no hay acuerdo”. El mensaje lo trasladaba a última hora de la noche una fuente de Unidas Podemos bien informada del estado de las negociaciones. Moncloa había trasladado a sus socios de coalición que había que acelerar las conversaciones para cerrar un pacto cuanto antes que permitiese aprobar el borrador esta misma semana en el Consejo de Ministros. Con el impuesto de sociedades al 15% apalabrado, el gran escollo seguía siendo el mismo del año pasado por estas fechas: la ley de vivienda. Para desbloquearlo, Pedro Sánchez puso al frente de las conversaciones a Félix Bolaños, ministro de la presidencia y hombre de su máxima confianza. Pero la fumata blanca no llegaba.
Durante las dos últimas semanas se han multiplicado los encuentros de trabajo entre Bolaños y los equipos negociadores de PSOE y Unidas Podemos, con Ione Belarra a la cabeza de los morados. Pero la piedra en el camino era la intervención en el mercado del alquiler para poder bajar los precios abusivos de las zonas consideradas tensionadas, una exigencia de los de Belarra y Yolanda Díaz. El pasado fin de semana se llegaron a producir algunos avances después de que los morados rebajaran sus expectativas iniciales y aceptaran que las bajadas por ley del alquiler fueran limitadas y solo afectaran a personas jurídicas (empresas o sociedades) con más de diez inmuebles en propiedad. Pero, tras el intercambio de numerosos documentos, todas las partes se fueron a dormir el lunes sin un acuerdo cerrado y, por tanto, sin que los Presupuestos Generales del Estado entraran en el orden del día del Consejo de Ministros del martes.
Ya por la mañana, Ione Belarra y Félix Bolaños volvieron a citarse a las 8 en punto en la Moncloa con la idea de desbloquear definitivamente la negociación antes del comienzo de la reunión ministerial. A ese encuentro también se sumó la ministra de Hacienda. Con la ley de vivienda bloqueada, María Jesús Montero seguía guardándose en la manga el as del impuesto de sociedades, apalabrado pero no firmado. La hora del Consejo de Ministros se acercaba y los alquileres seguían bloqueándolo todo: Unidas Podemos se negaba a aceptar una norma que no incluyera la bajada por ley de los precios. El PSOE intentaba convencer a sus socios de que lo más efectivo eran los incentivos fiscales.
Acuerdo in extremisin extremis
Ante el bloqueo, el presidente del Gobierno citó en su despacho a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Ambos coincideron en la conveniencia de cerrar un acuerdo que ya se estaba alargando más de lo previsto y que empezaba a acumular un retraso que ponía en riesgo el calendario de presupuestos comprometido por Sánchez, empeñado en trasladar un mensaje de estabilidad en la legislatura ante los mensajes apocalípticos de la oposición con unas cuentas presentadas “en tiempo y forma”.
Según fuentes conocedoras de las negociaciones, ese encuentro entre el presidente y la vicepresidenta fue “tenso”, aunque acabaron sellando el acuerdo de Presupuestos incluyendo la reforma del impuesto de sociedades y la ley de vivienda con bajadas legales de precios, las dos exigencias moradas. Ambos líderes invitaron a la reunión a sus equipos negociadores, que terminaron de perfilar los detalles técnicos tras el acuerdo político de sus jefes. Se acordó que las cuentas se aprobarían en un Consejo de Ministros Extraordinario el jueves y que la ley de vivienda quedaba para más adelante, sin concretar.
Carrera de anuncios
Pero no terminaron ahí las prisas. Tras la reunión del Consejo de Ministros, que empezó con retraso por las negociaciones de última hora, el presidente del Gobierno viajó a Sevilla para inaugurar el primer Foro Urbano de Esoala. La rueda de prensa del Consejo en Moncloa también se retrasó para que Sánchez pudiera comparecer antes desde la capital andaluza. Y ahí, adelantándose a todos, soltó su anuncio estrella: “Impulsaremos un bono joven de ayuda al alquiler de 250 euros al mes para todas aquellas personas de entre 18 y 35 años que tengan unos ingresos anuales inferiores a 23.700 euros”, dijo el presidente.
La sorpresa en Unidas Podemos fue mayúscula. “Con nosotros no han negociado esto”, explicaba una fuente morada tras el anuncio de Sánchez. Tras casi un año de negociaciones sobre la política de vivienda en el seno de la coalición, el presidente se adelantaba a sus socios con una medida de la que no tenían conocimiento. “No pasa nada, el presidente está en su derecho de anunciar lo que considere, pero antes de opinar sobre ella me gustaría leerla, porque así suelo trabajar yo”, aseguró Ione Belarra el mismo martes por la noche en una entrevista en la cadena Ser.
En realidad, sobre el bono joven de vivienda no hay muchos más detalles que lo que enunció el presidente. “Quizás hemos pecado de intentar dar toda la información, pero falta su desarrollo normativo”, reconoció la ministra de Hacienda en rueda de prensa tras ser preguntada por los detalles. Las prisas por anunciarlo han llevado a que nadie sepa muy bien, ni siquiera en el propio Gobierno, si esas ayudas se otorgan por inquilino, por contratos de arrendamiento (hay muchos casos de pisos compartidos) o si se tendrá en cuenta el precio del alquiler. De hecho, desde el propio ministerio de Hacienda se llegó a explicar que las ayudas se darían para contratos fijados en un máximo de 600 euros de alquiler al mes para evitar que los propietarios acaben subiendo esas rentas. A los pocos minutos se desmintió.
Desmentidos
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Y no fue el único desmentido. El otro bono joven de la semana, el de la cultura, contemplaba en un primer momento las corridas de toros como una de las actividades en las que los beneficiarios podrían gastar sus 400 euros de ayuda cultural. Pero a las pocas horas, y tras el malestar y la petición expresa de Unidas Podemos, también se rectificó. En este caso de ayudas a la cultura para las personas que cumplan 18 años se produjo incluso una competencia directa entre los socios por la autoría. Pedro Sánchez también hizo el anuncio en una comparecencia pública desde Eslovenia. A los pocos minutos, sus socios de coalición se encargaban de recordar que la iniciativa de ese bono había sido suya.
Algo parecido a un capítulo muy concreto de la ley de vivienda: la prohibición de que parques de vivienda pública destinada al alquiler sean privatizados por parte de las administraciones. Desde Unidas Podemos se felicitaban por una medida que aseguraban que había sido impulsada por ellos. Desde el ministerio de Transportes desmintieron a sus socios para recordar que fue el ministro José Luis Ábalos quien incluso planteó la medida en el Congreso de los Diputados.
En el Gobierno intentan quitarle hierro a las tensiones, contradicciones e incluso codazos por la autoría de algunas de las medidas presentadas y piden que los presupuestos sean tratados “como unas cuentas de todo el Gobierno, no de una parte”. Cuestionados por el posible malestar en Unidas Podemos tras esa batalla comunicativa con el PSOE, desde la vicepresidencia segunda de Yolanda Díaz piden frenar la dinámica en seco: “Son unos presupuestos que van a mejorar la vida de la gente, centrémonos en gestionarlos y, de lo demás, ya está bien”, apuntan. Esta próxima semana, las cuentas llegarán al Congreso y allí vivirán un nuevo capítulo para intentar poner de acuerdo al resto de socios parlamentarios del Gobierno.