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Ana Pontón (Sarria, Lugo, 1977) está de paso por Madrid. La líder del BNG no frecuenta los ambientes políticos de la capital pero esta vez decide hacer una breve incursión para acudir a la presentación de un libro del filósofo gallego Antón Baamonde. La obra, titulada Unha nova Olanda (editorial Galaxia), reflexiona sobre los efectos que tiene en el territorio gallego una capitalidad tan marcada como la madrileña. “Funciona como una especie de aspiradora de recursos y de talento”, explica Pontón. 

Entre ese talento emigrado no incluye a Alberto Núñez Feijóo. La también líder de la oposición gallega conoce bien al nuevo presidente nacional del PP. “Ahora lo vais a descubrir vosotros”, dice sonriendo mientras asiste al azaroso aterrizaje de su contrincante en la política estatal. De la mano de Pontón el BNG pasó en las últimas elecciones de 6 a 19 diputados en el Parlamento de Galicia. Dicen las encuestas que su liderazgo y el proyecto político que encabeza están lo suficientemente consolidados como para ser la principal alternativa de Gobierno en la Xunta. 

Dice Feijóo que se viene a vivir a Madrid en busca de la libertad. ¿Lo tenían ustedes allí encerrado?

Es espectacular que el presidente de la Xunta de Galicia quiera huir del país que preside porque necesita libertad. No sé si es que se sentía atrapado en la Galicia que preside Feijóo. Igual quiso hacerle la pelota a Ayuso pero desde luego lo que le ha hecho es un feo a los gallegos y gallegas. 

¿Cómo asiste a su aterrizaje en la política estatal?

Lo buscaba desde hace mucho tiempo y su alfombra roja ha sido un caso de corrupción en el PP. Y él no ha llegado pidiendo que se investigue sino que se esconda debajo de la alfombra. Es un buen retrato ético de quién es Feijóo. 

En sus primeros días al frente del PP ha encadenado varias declaraciones desafortunadas sobre la violencia machista, el autismo o la salud mental. Usted, que lo conoce bien, igual lo sabe: ¿No le hemos pillado en su mejor semana o no nos han exportado ustedes al gallego con más sensibilidad del mundo?

Lo que me parece más duro es que frivolice con algo tan terrible como que a una madre le maten a sus hijos y diga que eso no es violencia machista. Me parece terrible.

Él mismo se corrigió. 

Sí, aunque sin disculparse. Además él sabe de lo que estamos hablando porque en Galicia, y a propuesta del BNG, aprobamos que la violencia vicaria sea considerada violencia machista en la ley contra la violencia de género con carácter retroactivo. Hay temas con los que no se puede jugar. Ha demostrado una gran insensibilidad con la salud mental o las personas autistas. A mí no me sorprende, ese es Feijóo. Igual que la contabilidad del PP, Feijóo tiene una cara B que estáis descubriendo ahora.

Usted no cree entonces que sean los primeros pasos erráticos de alguien que no está acostumbrado a competir con la extrema derecha, como tiene que hacer ahora. Usted lo que piensa es que Feijóo es así. 

Yo le animo a que venga a alguna sesión de control para ver en acción quién es Feijóo. Estas cosas forman parte de cómo él entiende la política. 

Aquí ahora el debate es si es más de centro o más de derechas. Del uno al diez, ¿cuánto diría usted que es de derechas Feijóo?

Que se defina él. Yo lo que puedo decir es que Feijóo ni es moderado ni es buen gestor. Los datos están ahí. Durante su mandato han emigrado 200.000 gallegos, la mayoría jóvenes. No ha sido capaz de salvar a ninguna industria, hay 14.700 empleos menos en el sector industrial. Ha gobernado para los grandes lobbies económicos. Fíjese en un detalle: cuando accede por primera vez a la presidencia de la Xunta, con el primero que se da un abrazo el día de su investidura es con Ignacio Galán (presidente de Iberdrola).

Si alguien cree que se va a encontrar a un hombre de estado con visión estratégica creo que se va a llevar una decepción terrible

Bueno, me había asustado. Se ha dado abrazos más complicados. 

Sí, su álbum de fotos es una fuente de información objetiva respecto de quién es. Pero él ha gobernado para otros lobbies. Tenemos el menor número de plazas públicas en residencias de todo el estado y ha favorecido un pelotazo a Domus VI, una de las empresas que se ha comportado como habéis contado en infoLibre en lo peor de la pandemia. También nos deja una sanidad pública contra las cuerdas tras un proceso de privatización, que no es una patente exclusiva de Madrid. Si alguien cree que se va a encontrar a un hombre de estado con visión estratégica creo que se va a llevar una decepción terrible. 

Sin embargo, parece que este hombre se podía haber hecho viejo allí ganando elecciones. 

Yo tengo la visión contraria.

Ah, ¿sí?

Sí. Creo que si Feijóo se hubiera vuelto a presentar el escenario hubiese sido muy diferente. 

En cualquier caso, para ustedes es una buena noticia política, imagino, que Feijóo se marche. 

Para nosotros la buena noticia sería que hubiese soluciones para la crisis que se está viviendo en este momento, que no se siga tirando pescado y leche, que la gente joven no tenga que emigrar, que recuperemos la sanidad pública… Esas serían las buenas noticias, pero esas cosas no van a pasar con un gobierno del PP, ni con Feijóo ni sin Feijóo. Nosotros nos centramos en dar esperanzas y alternativas a los gallegos y a las gallegas. 

Objetivamente sí que abre la puerta a que se muevan las cosas y a que ustedes tengan más opciones en las próximas elecciones, ¿no?

El PP está muy nervioso en Galicia porque tiene enfrente una alternativa unida y muy sólida que es el BNG. En las últimas elecciones pasamos de 6 a 19 diputados. Mucha gente nos está mirando con expectativas porque tenemos un proyecto de futuro. 

Hablaba al principio de que Madrid actúa como una especie de aspiradora que lo atrae todo de territorios como Galicia. Gallego es el nuevo líder de la oposición y gallega es la vicepresidenta.

Ya podrían cambiar el reglamento del Congreso para que les dejaran hablar en galego… 

A Yolanda Díaz también la conoce bien, ¿no?

Claro, he estado en el Parlamento con ella. Es una política inteligente que tiene muy claras sus ambiciones. Aunque fue decepcionante su papel en la reforma laboral. No acabamos de entender cómo habiendo una mayoría en el Congreso que permitía una derogación íntegra se decidió bajar el listón.

Convénzame de que el BNG no votó en contra de la reforma laboral por su competencia política con Yolanda Díaz. 

Nosotros estamos aquí para defender los intereses de Galicia y para avanzar en derechos sociales. 

Esa reforma era avanzar en derechos. 

Pero no recuperó todos los derechos arrebatados por el PP. Y nosotros lo que pedíamos era algo muy simple…

O todo o nada. 

No, lo que no entendimos es por qué se impide a los grupos parlamentarios enmendar una ley que va a marcar la legislatura y por qué se bajó el listón de los derechos sociales que había que recuperar. Había una mayoría que permitía la derogación…

Bueno, una mayoría no porque el PSOE no estaba en eso. 

El PSOE firmó un acuerdo que hablaba de derogación. 

¿A ustedes se les quedaba corto el acuerdo entre patronal y sindicatos?

A nosotros no, a los trabajadores. Porque si cuesta lo mismo que me despidan de una empresa con un gobierno del PP que con uno del PSOE y Podemos, algo está fallando…

Lo que pasa es que ahora se despide menos. 

¿Tú crees que no está habiendo despidos?

Bueno, hablo de los datos del paro que se publican cada mes. No me refiero a las cifras récord de creación de empleo sino a la firma de contratos indefinidos, que es seguramente el principal cambio que introduce la reforma laboral. A la gente que tenía contratos temporales de días o semanas ahora se la tiene que hacer indefinida.

Nosotros no dijimos que no hubiera aspectos positivos, lo que dijimos es que se había puesto el listón muy bajo y que había que recuperar todos esos derechos: las indemnizaciones a 40 días, los salarios de tramitación… Lo que no entendemos es cómo un demócrata acepta que al Congreso se le impida poder enmendar una ley tan importante como esa, por mucho que haya sido pactada en el diálogo social. 

El Gobierno ha perdido el pulso social y no es consciente de lo que la gente está viviendo en la calle

Han estado varios días cerradas las lonjas de Galicia y de otros puntos de España por la huelga de transportistas. Galicia es además una comunidad donde la agricultura, la ganadería y la pesca tienen un gran peso. ¿Cómo ha visto la gestión del Gobierno ante el alza de precios y la propia huelga?

Creo que el Gobierno ha perdido el pulso social y no es consciente de lo que la gente está viviendo en la calle. Muchas familias están sufriendo precios desorbitados de gasolina, de la bombona, de la factura de la luz… La situación es crítica para muchos sectores que ya estaban mal. No se le puede decir a los transportistas que tienen que trabajar a pérdidas y no se les puede caricaturizar diciendo que son gente de extrema derecha. Mi hermano trabaja en el transporte y te puedo garantizar que no es de extrema derecha. 

¿Y se ha manifestado estos días?

Ha estado parado, claro. Es muy preocupante que el gobierno de PSOE y Podemos esté generando tanta decepción incluso entre sus propios votantes. Y también me preocupa la gestión de Feijóo, que lo critica todo pero no ha tomado ni una sola medida. 

Hay quien ve con preocupación que ese malestar social pueda ser capitalizado por la extrema derecha. ¿Por qué no hay extrema derecha en Galicia?

Porque los gallegos y gallegas no vamos a aceptar a una fuerza política que es racista, machista y antigallega. A las elecciones se presentaba cargando contra el Parlamento y contra el idioma gallego. 

Pero Vox tiene representación en Cataluña y en Euskadi. 

Pues en Galicia no tienen nada, ni un solo concejal. 

Por eso se lo pregunto. 

Pues eso es mérito de la sociedad gallega, y para mí es un orgullo poder decirlo. 

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Porque Galicia necesita quien la defienda. 

¿Y es independentista?

Yo lo que defiendo es que, cuanto más poder de decisión tengamos, mejor para los gallegos. 

Ana Pontón (Sarria, Lugo, 1977) está de paso por Madrid. La líder del BNG no frecuenta los ambientes políticos de la capital pero esta vez decide hacer una breve incursión para acudir a la presentación de un libro del filósofo gallego Antón Baamonde. La obra, titulada Unha nova Olanda (editorial Galaxia), reflexiona sobre los efectos que tiene en el territorio gallego una capitalidad tan marcada como la madrileña. “Funciona como una especie de aspiradora de recursos y de talento”, explica Pontón. 

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