JEFATURA DEL ESTADO
Año clave para Leonor: mayoría de edad, sin fecha para el juramento y de una generación más republicana
“El Príncipe heredero, al alcanzar la mayoría de edad, y el Regente o Regentes al hacerse cargo de sus funciones, prestarán el mismo juramento, así como el de fidelidad al Rey”.
Así consta en el artículo 61.2 de la Constitución Española. Y no es un príncipe, sino una princesa la que este 2023 alcanza la mayoría de edad. Leonor de Borbón y Ortiz llega a los 18 años el próximo 31 de octubre, lo que será un momento de gran calado en su vida y en la institución. Ese juramento tendrá un alto grado simbólico y una trascendencia jurídica ante las Cortes, pero no hay fecha aún cerrada.
Leonor de Borbón acaricia la mayoría de edad con una monarquía que salvó sus momentos más duros con la abdicación del rey Juan Carlos, pero muy lejos de sus grandes momentos de aceptación en las décadas de los ochenta y los noventa. Con la sombra negra de su abuelo azotando todavía la institución desde Abu Dhabi, con las causas archivadas en la Fiscalía pero por sus regularizaciones ante Hacienda, la prescripción de los delitos y su condición de inviolabilidad.
El rey Felipe VI y las principales instituciones han puesto un muro con Juan Carlos I, en su autoexilio, conscientes del daño para la monarquía y con la idea de que perviva la actual casa real. No se quiere rastro tampoco de la infanta Cristina, que fue protagonista del caso Nóos, que llevó a Iñaki Urdangarin a la misma cárcel. Y con distancia pública también con la rama de la infanta Elena, cuyos hijos Froilán y Victoria Federica están en las páginas del corazón y en las de sucesos, por sus desfasadas y violentas noches de fiesta.
La monarquía tiene su presente ahora en Felipe VI y mira al futuro con la princesa Leonor, que hace equipo siempre con su hermana pequeña, Sofía. Y estos 18 años llegan en un momento clave para la España actual en un año trepidante electoralmente (con comicios autonómicos y municipales el 28 de mayo y elecciones generales a final de año). Esto hace que ese cumpleaños pueda coincidir con las Cortes disueltas, a la espera de saber la fecha concreta de apertura de las urnas. Y eso podría hacer que se retrasase ese juramento (con gran trascendencia jurídica y simbólica), pero todavía no hay decisión oficial anunciada.
Qué significa este momento
Xavier Arbos, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, explica que esta mayoría de edad “significa un elemento clave en la institución monárquica, que se caracteriza por la sucesión en la Jefatura del Estado, en el seno de una familia”. “Este acto tiene un valor simbólico fundamental, que estaría vacío si no se ve rodeado por la percepción de la utilidad de la institución”. Todo esto llega, reconoce, “en un tiempo de popularidad baja de la monarquía”.
“Es el momento en el que tiene que hacerse llegar el sentido de la institución y se tiene que intentar justificar eso por parte de quien la encarna”, resume Arbos. Uno de los aspectos que aflora al reflexionar sobre este momento es el “anacronismo”, indica el catedrático, de que la Constitución siga manteniendo la preferencia del varón sobre la mujer para heredar el trono. Él apuesta por buscar ya la fórmula para que eso cambie y no dejarlo más tiempo en el texto. Los partidos no lo hacen, añade, por si esto es utilizado para un debate más amplio sobre si monarquía sí o no.
En estos tiempos, comenta Arbos, el actual rey debería seguir “en la línea apuntada en su propio discurso de Navidad, cuando ha asumido la importancia que tiene la crisis institucional y la falta de renovación de algunos órganos”. Y esgrime que para que la monarquía que hereda Leonor sea mejor que la que heredó su padre debe beneficiar un comportamiento ejemplar (“algo que sí se da en Felipe VI comparado con Juan Carlos I por lo que sabemos”) y que se vea “evidente” la funcionalidad de la casa real.
“Quiero decir que de cara al futuro sería conveniente que el rey diera a entender su disposición a que cambien cosas. Por ejemplo, la inviolabilidad, que debe estar estrictamente referida a sus actos como monarca. No se puede equiparar inviolabilidad con impunidad. Que eso lo hiciera el propio rey significaría que la propia monarquía renuncia a privilegios que hoy parecen difícilmente aceptables”, apostilla el catedrático de Derecho Constitucional.
Él se inclina por intentar que se haga ese juramento el mismo día de su cumpleaños, aunque estén las Cortes Disueltas. Una opción, indica, es que se pueda realizar ante la Diputación Permanente (el órgano que sustituye al Pleno en esos momentos).
El juramento de la Constitución del actual rey se hizo el mismo día de su cumpleaños, el 30 de enero de 1986. En el Congreso le acompañaron en el lugar principal sus padres (los reyes Juan Carlos y Sofía), sus hermanas (las infantas Elena y Cristina), su abuelo (Juan de Borbón), el entonces presidente del Gobierno (Felipe González) y los presidentes del Congreso y del Senado (Gregorio Peces-Barba y José Federico de Carvajal).
La sesión fue declarada abierta por el presidente del Congreso y, a continuación, el letrado mayor de las Cortes procedió a la lectura del escrito del Gobierno en relación con la sesión conjunta de las dos Cámaras. Después hubo un discurso de Peces-Barba, que pidió al finalizar que se pusieran todas sus señorías en pie. Y llegó el momento de las palabras del príncipe de Asturias: "Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al rey".
¿Qué día puede jurar?
El letrado mayor de las Cortes era entonces Luis Cazorla. Él mismo ha hecho un análisis de cómo se organizó y estructuró aquel acto y cómo se debe implementar ahora en el caso de la princesa de Asturias en el discurso que dio con motivo de la apertura del curso de la Real Academia de la Jurisprudencia y Legislación 2021-2022. Sobre la fecha, incidió en que “debe prestarse el mismo día en el que alcance la mayoría de edad”, sin que pueda aplazarse o posponer por “conveniencias de otro tipo, incluidas las políticas”.
Los motivos de esa opinión están en el precedente de 1986 (que se incluiría dentro del ámbito de extensión de la costumbre constitucional), la interpretación literal del artículo 61.2 que habla de “al alcanzar la mayoría de edad”, la trascendencia política, jurídica y social del propio juramento y ante la posibilidad de que la heredera quedase en “una zona gris y velada, desaconsejable desde todos los puntos de vista”.
Sobre esto reflexiona también José María Codes, letrado en las Cortes Generales y que ha publicado, al hilo del discurso de Cazorla, un artículo en la Revista de las Cortes Generales del número correspondiente al primer semestre de 2022 sobre el juramento de la princesa y sus aspectos constitucionales y parlamentarios. Manifiesta que las razones dadas por Cazorla para que sea en el mismo día son “lógicas y sólidas, desde un punto de vista jurídico”. Pero relata: “Sin perjuicio de lo cual, me surgen algunas dudas, analizadas las cuales, me inclino a pensar que, con ciertas precauciones, no habría un impedimento insuperable en que el juramento pudiese retrasarse un tiempo después del 31 de octubre de 2023”.
Explica que, aunque se considere ya costumbre constitucional el juramento del entonces príncipe en 1986, esta puede modificarse si median “poderosas y justificadas razones”. La política de ahora, señala el letrado, dista mucho de la de aquellos tiempos. Y ante la preocupación de un “vacío jurídico”, entiende que esto puede “solucionarse” a través de “una serie de precauciones”.
“Me atrevo a proponer que, en el caso en el que se tuviese la seguridad de que, debido a una disolución anticipada, el día 31 de octubre de 2023, las Cámaras no vayan a estar constituidas, se fije una fecha en la que se tenga la plena certeza de que las nuevas Cámaras estarán constituidas, con sus Mesas elegidas y sus grupos parlamentarios constituidos (todo lo cual tarda pocos días en llevarse a cabo desde las sesiones constitutivas del Congreso de los Diputados y del Senado) para celebrar el acto de juramento de la princesa de Asturias, la cual, si lo estima oportuno, podría manifestar su compromiso de realizar el juramento en la mencionada fecha”, añade el letrado.
Lo que reafirma este letrado es que el acto debe ser ante el Parlamento: “Mientras sigamos viviendo bajo la arquitectura constitucional de 1978, todos los poderes emanan del pueblo, que está representado en las Cortes Generales, por lo que de esto se deduce sin dificultad alguna que la continuidad de nuestra forma de Jefatura de Estado debe garantizarse y comprometerse en sede parlamentaria, y con un protagonismo jurídico y político central del Congreso de los Diputados y del Senado, y es que el compromiso que asumirá doña Leonor se adquiere, insisto, con el pueblo español, allí representado”.
Tanto Cazorla como Codes coinciden en otros aspectos. En el acto de juramento solo debe haber dos partes (la princesa realiza un “acto jurídico de carácter personalísimo y unilateral” y las Cortes actuarán “como receptoras del acto de juramento”). Por lo que el Parlamento no debe emitir ningún tipo de declaración ni adoptar ningún acuerdo ni someter nada a votación (“lo contrario sería un desatino jurídico de enormes proporciones”). Además, Codes apunta que da igual si utiliza la fórmula de “juramento” o la de “promesa” porque significaría lo mismo jurídicamente.
Mayor presencia pública
Este paso tiene trascendencia jurídica y simbólica. La princesa Leonor entra en una nueva fase y tendrá una mayor presencia. Fuentes de la Zarzuela subrayan que “progresivamente” va estando más presente en la vida pública. Lo ha hecho, explican, compatibilizándolo con sus estudios en Gales y todo se irá produciendo “en su orden”. Un ejemplo de ello es que este año la felicitación de Navidad de la casa real tiene como imagen una fotografía sólo de ella y la infanta Sofía en los jardines de palacio.
La princesa de Asturias debe tomar una importante decisión durante estos meses: qué carrera va a estudiar tras su estancia en Gales (donde ha hecho Bachillerato en el UWC Atlantic College con un coste de 67.000 libras esterlinas). Como explica el catedrático Xavier Arbos, se da por hecho que pasará también por las academias militares, ya que se convertirá en la jefa de los ejércitos cuando sea reina. Asimismo, considera que deberá tener “una excelente formación jurídica para cumplir con su papel dentro del orden constitucional”. Pero estaría bien, prosigue, que tuviera experiencias personales colaborando con ONGs y que tenga contacto con todas las capas de la sociedad. Además, señala dos aspectos. Uno es la diversidad linguística (“habla muy bien catalán”, sostiene el profesor) y otro sería una conexión también con la España Vaciada. Y apunta la necesidad de “conocer de primera mano, por ejemplo, la inmigración". "Si sólo va a defender la ultraderecha la monarquía, pues no tendrá mucho futuro”, arguye Arbos.
¿Y en qué momento llega ese juramento para la monarquía? El director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos, José Pablo Ferrándiz, recuerda que los peores tiempos fueron para la casa real durante la gran recesión, que derivó en una crisis institucional y social, con el rey Juan Carlos en el epicentro por sus escándalos. “Se recuperó un poco con el traspaso a Felipe VI, pero hoy por hoy no llega a los niveles históricos que tuvo. Se encuentra en un momento ahora mismo de estabilidad a la baja”, dice.
“La princesa se va a encontrar con un país muy polarizado políticamente e institucionalmente”, sostiene este sociólogo, que hace esta descripción: “Si a su abuelo le tocó vivir el bipartidismo imperfecto y a su padre el multipartidismo, ella tiene el bibloquismo imperfecto”. Y la monarquía “no está en su mejor momento”, añade, poniendo como ejemplo que ahora la diferencia entre partidarios y adversarios de la monarquía es mucho más escasa mientras que hace décadas ganaba por treinta o cuarenta puntos en las encuestas la opción del rey.
Como explica Ferrándiz, uno de los principales retos de Leonor será precisamente que gane credibilidad la casa real entre los de su generación, la del “futuro” y que es la más proclive a la república. Además, está el contexto político, donde la ultraderecha hace la defensa más encendida de la casa real y quiere apoderarse de la figura del monarca. Y esto, a su vez, es utilizado por Podemos, comenta el sociólogo, para su discurso antimonárquico. Lo que le lleva a decir: “Es verdad que hay ciertos apoyos que no te convienen, pero no puede hacer mucho para cambiar la situación”.
Indica también Ferrándiz que “es indudable” que la monarquía tiene que ganarse a la opinión pública y su “respetabilidad” se le atribuye a quien esté al frente: “La corona ya no te sirve de paraguas, es un gran reto para ella no generar, al menos, rechazo”. Además, apunta otro factor: la mayoría de españoles querría un referéndum, según los estudios, “pero no es urgente para la ciudadanía”. “Es una ventaja para ella, no tiene que actuar precipitadamente. Se le concede un tiempo desde la opinión pública, que tiene que aprovechar”.
En el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) aparece la monarquía como el problema número cincuenta de los españoles (sólo citado por el 0,2%). En la última encuesta de IMOP para El Confidencial, publicada en junio de 2022, se recoge que crece el porcentaje de españoles que apoya sustituir la monarquía por una república, pero la idea mayoritaria es que no hay urgencia social en estos momentos. Ahora mismo habría un empate técnico (un 39,1% a favor de la república y un 38,9% al lado de la fórmula actual). El perfil que se hacía es que las cuotas más altas de preferencia por la república se da entre los menores de 45 años, los habitantes de Cataluña y del País Vasco y los votantes de Unidas Podemos y de partidos nacionalistas. Según la encuesta encargada en 2021 por la Plataforma de Medios Independientes, la república ganaría en una consulta (con un 39,4%) frente a la monarquía (un 31%). El barómetro de laSexta hecho público en octubre de 2021 reflejaba que más de la mitad de los españoles (un 50,5%) quiere un referéndum sobre este tema. De celebrarse, ganaría la república por un margen estrecho (45,8% frente a un 44,3%).
Los discursos de Leonor
Esta es la situación demoscópica que se encuentra la princesa en este año clave. Pero, ¿qué piensa ella? ¿Conecta con su generación? ¿Qué le preocupa? Leonor de Borbón no ha dado ninguna entrevista, pero ha deslizado algunas ideas en los discursos que ha hecho en las entregas de los premios Princesa de Asturias y Princesa de Girona, con especial énfasis en los jóvenes.
“Hoy es un día muy importante en mi vida que he esperado con mucha ilusión”, fue el arranque del primer discurso que hizo en los Princesa de Asturias de 2019. En su intervención lanzó un principal mensaje de compromiso: “Es un título que me compromete con la entrega y el esfuerzo de servir a España y a todos los españoles”.
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El de 2020 estuvo marcado por la crisis del coronavirus: “La pandemia que vivimos en España y en el resto del mundo ha alterado nuestra vida en muchos sentidos. Mi recuerdo más respetuoso es siempre para las personas que han fallecido a causa de la covid 19 y para sus familias. Y también para quienes padecen ahora mismo la enfermedad”. Con un guiño para su generación también: “Tengo casi quince años. Sigo muy de cerca, como muchos niños y jóvenes de mi edad, lo que sucede en nuestro país. Y después de haber estado meses sin ir al colegio, la vuelta a clase nos demostró que tenemos que adaptarnos a estas nuevas circunstancias, siempre con la esperanza de que todo mejore”.
En 2021, a partir de la mención de los premiados en Oviedo, también quiso hacer una conexión generacional: “Conoceros, vuestras obras y vuestras vidas, es algo que me ha motivado aún más en mi tarea de formarme y estudiar. Proyectáis sobre nosotros, sobre los más jóvenes, la certeza de que también tenemos mucho que aportar, que podemos ser importantes y mostrarnos responsables para tratar de pensar en un futuro más sostenible, más justo, mejor para todos. Estudiar y observar vuestra obra, queridos premiados, me ilusiona y me llena de fuerza para seguir asumiendo mis responsabilidades y trabajar siempre con el mayor compromiso”.
Con una idea similar en 2022: “Los jóvenes somos conscientes de que la situación actual no es fácil, de que el mundo ha cambiado y sigue cambiando y de que la mejor manera de progresar pasa por mantener el entusiasmo por conocer, equiparnos con responsabilidad y capacidad de esfuerzo, aprender de los que saben, de quienes hacen lo suyo de manera impecable, a menudo en silencio. Por eso, en días como hoy, escuchar, admirar y reconocer la excelencia de nuestros premiados nos hace sentir que las cosas siempre pueden cambiar para bien”.