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Antonio Maíllo: “No dejaremos de ser lo que somos”

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Antonio Maíllo (Lucena, Córdoba, 1966) fue elegido en junio de 2013 coordinador andaluz de Izquierda Unida, lo que lo convierte en el líder de la federación más numerosa, fuerte y organizada de la coalición. Han pasado casi tres años, "muy poco en tiempo biológico, una eternidad en política", afirma. Llegó con los mejores presagios, con la federación al alza en las encuestas y una imagen fresca de profesor de latín versado, elocuente y moderno, muy alejado del estereotipo del aburrido apparátchik comunista. Pero las cosas se le torcieron muy pronto.

En las andaluzas de 2015 –tras la expulsión de sus consejeros del Gobierno que IU compartía con el PSOE de Susana Díaz–, Maíllo se convirtió en el primer candidato de la coalición en medirse a Podemos tras su fulgurante irrupción en las europeas de 2014. Aunque perdió siete de sus 12 diputados, salvó el grupo parlamentario. En las municipales IU sufrió el desgaste de la pujanza de Podemos, pero aún conservó 69 alcaldías en Andalucía. Y en las generales vio cómo IU se quedaba en dos diputados, ninguno por la gran comunidad del sur, donde tenían fundadas esperanzas de lograr asiento por Sevilla y Málaga.

Maíllo, en tratamiento tras una operación de cáncer de estómago que lo apartó de la campaña de las últimas generales, ve ahora cómo las perspectivas de la coalición mejoran con respecto al 20-D ligadas a una candidatura de confluencia que defiende sin fisuras. Ante las contradicciones, dificultades o problemas que esta unión pueda suponer, Maíllo acude a "lo que nos une", intentando evitar cualquier comentario que debilite el proyecto. "Pan, techo, trabajo y dignidad es un programa por el que merece la pena hacer este esfuerzo", afirma.

Con diferentes tonos y matices, su figura concita un amplio respaldo entre las bases de IU en Andalucía. Maíllo –el gran aliado interno que ha tenido Garzón durante los meses más atribulados de la coalición– se llevó el sábado la satisfacción de que en la asamblea andaluza de IU hubiera una lista única de delegados para el cónclave general, que tendrá lugar los días 4 y 5 de junio. Andalucía enviará una lista 134 delegados, apoyados por el 86% de la asamblea. Maíllo atiende a infoLibre en un descanso de esta asamblea.

PREGUNTA: ¿Qué percibe en la asamblea? ¿Se podría decir que hay unidad con discrepancias?

RESPUESTA: Hay concentración en la política. Entre los militantes y simpatizantes hay una conciencia de que vivimos un momento crucial a raíz de la confluencia. Hay unidad. Por supuesto es unidad con debate político, pero no con discrepancias estratégicas significativas, sino con diversidad de matices. El debate político genuino fortalece.

P: ¿Queda trabajo interno por hacer? ¿Hay que explicar aún el acuerdo?

R: Hemos dado un salto para situarnos en un bloque y tenemos que hacer pedagogía sobre eso. Nunca se hace suficiente pedagogía en política.

P: Le ha dicho a sus compañeros que afinen su "ironía" y su "sentido del humor" para afrontar las críticas que vienen, porque será la mejor forma de combatirlas. ¿Por qué?

R: Lo fundamental es que la organización esté cohesionada para afrontar los ataques del aparato bipartidista. Nada nos debe distraer de nuestro objetivo político, que es ser una alternativa de ilusión para que el día 27 de junio haya un gobierno amigo del pueblo que trabaje para la dignidad de la gente.

P: Si IU en Andalucía no hubiera creído en este proceso de confluencia, ¿hubiera sido imposible?

R: Desde luego hubiera sido muy difícil. Tenemos detrás una organización sólida y arraigada. Hemos aportado mucho, en coherencia con lo que hemos dicho siempre. Sentimos que hemos puesto bastante cordura en el debate, con mucha unidad y cohesión con Alberto Garzón. Estamos satisfechos.

P: Otra vez elecciones... ¿De qué va a ir esta campaña?

R: Si no se hubiera producido la confluencia, estaríamos ante una repetición en decadencia del 20-D. Pero el acuerdo ha hecho saltar todos los paradigmas de lo que se presumía que iban a ser las elecciones. El PSOE se ha autoinmolado como alternativa creíble con su pacto con Ciudadanos. Hablamos de un matrimonio con una fuerza política que es más dura incluso que el PP en derechos laborales. Esa renuncia del PSOE tiene una significación: ahora o gana el PP para seguir desmantelando el país, o gana la confluencia Unidos Podemos.

P: Unidos Podemos. ¿Le gusta el nombre?

R: El nombre no está mal, me siento muy identificado con esa idea de unidad que aportamos nosotros. Y lo más importante: va a haber una campaña en la que todo el mundo va a visibilizar cuáles son sus referentes, va a haber una multirreferencialidad con una única traducción de esos múltiples referentes. Eso multiplica las potencialidades de la izquierda. Nosotros vamos a tener a Alberto Garzón como nuestro referente buscando votos para una candidatura de unidad, en la que Podemos va a buscar los suyos para esa misma candidatura de unidad, las mareas los suyos... Ahí se produce una síntesis formidable. Vamos a convertir lo que nos ha unido en la calle en un poder que lo concentre todo.

P: ¿Le parece relevante que no aparezca la palabra "izquierda" en el nombre?

R: Va a estar en la papeleta, porque va a estar Izquierda Unida en la papeleta. Nos sentimos muy seguros de nuestras ideas. Y muy representados por una papeleta en la que va a estar la marca de IU. Va a haber una expresión de la coalición, Unidos Podemos, más una expresión de las fuerzas que la componemos.

P: En principio, los escollos para la confluencia eran que no tuviera ámbito estatal, que no hubiera una coalición, y que desaparecieran las siglas de la papeleta. Solventado eso, sigue habiendo voces críticas. ¿A qué lo atribuye?

R: Creo que hay compañeros, muy minoritarios como han demostrado las votaciones, que van creando nuevos envoltorios para dar razones contra la confluencia, porque hemos ido desmantelando cada una de las razones... Creo que ese debate está superado, y que de aquí al 26 de junio conseguiremos hacer una concentración de esfuerzos para formar parte de la esperanza de este país.

P: ¿Unidos Podemos es rupturista o reformista?

R: IU no es reformista ni lo va a ser, la sociedad andaluza y española lo sabe. Nosotros defendemos una propuesta que supone una clara ruptura con las políticas del PP... Nuestro programa de síntesis [en Unidos Podemos] plantea desmantelar las políticas destructivas del PP para construir un país más decente. Eso nos une. Luego hay elementos que no coinciden [Podemos e IU], pero cada cual defiende sus posiciones en su ámbito, con todo respeto.

P: ¿En esta confluencia hay amor o es un matrimonio de conveniencia?

R: Lo que une en la política es la convicción. Las pasiones son más vulnerables a vaivenes. Hay un espíritu de servicio público. Ganas de traducir en ilusión electoral las aspiraciones de mucha gente maltratada durante estos cuatro años. Frente a las consideraciones amorosas, entendemos el momento actual y tenemos la convicción política de responder a una demanda de la gente que en la calle nos dice que no quiere elegir entre una u otra papeleta. Desde diferentes proyectos políticos, sabemos que damos respuesta a millones de personas que no van a tener que hacer el esfuerzo de elegir entre dos opciones electorales, sino que van a tener la ilusión de sentirse identificadas con algo lo suficientemente diverso como para que haya multitud de personas que sientan dentro, como no sintieron el 20-D.

P: Es su quinta campaña electoral en dos años. ¿Qué queda nuevo por decir?

R: Después de toda esta subida al Everest, estamos a punto de tocar la cumbre. Eso resume el momento político actual. De las campañas de rutina vamos a una campaña que puede cambiar este país. Hablamos de un aldabonazo, de una sacudida al mapa político que hace de éstas las elecciones definitivas.

P: ¿Ahora o nunca?

R: Ahora o nunca.

P: ¿Esa es su impresión?

R: Sí.

P: Una pregunta de estilo futbolístico. ¿Firmaría el sorpasso? Es decir, ¿daría por bueno convertir a esta coalición en la primera fuerza de la izquierda?sorpasso

R: No. Sólo firmo una victoria. Queremos ganar.

P: No ser segundo....

R: Firmamos sólo una victoria.

P: ¿Y firma que Unidos Podemos sume los votos de Podemos y los de IU?

R: Pensamos que hay un plus.

P: ¿Es extrapolable a las elecciones en Madrid, Barcelona, Zaragoza...?

R: Desde mi punto de vista, lo evidente es que el plus que tenía el PSOE como instrumento de cambio desde el centro izquierda ha desaparecido con esta confluencia. Ahora ese plus es de la confluencia de Podemos e IU.

P: Qué paradoja, que IU se reivindique como el voto útil...

R: Mmm, no, en todo caso, el voto del cambio...

P: ¿Esa fórmula, "voto útil", no la va a utilizar?

R: No. Los votos son todos útiles. De lo que no cabe duda es de que ahora hay una multiplicación de esfuerzos en torno a la confluencia que está para cambiar las políticas, no para satisfacer a una de las partes del bipartidismo [PSOE], que al final se cohesiona con la otra en política exterior y económica.

P: ¿Qué ha cambiado con respecto al 20-D para que ahora sí haya confluencia?

R: Creo que se ha producido un debate honesto que ha constatado que por separado no conseguimos los objetivos políticos que pretende la mayoría social.

P: Eso y circunstancias concretas: encuestas, cambios internos...

R: Hablo como coordinador de una organización que ha sido coherente. Defendimos la confluencia para el 20-D. Y eso tiene un reconocimiento muy claro, que no se puede discutir, en la persona de Alberto Garzón.

P: IU cosechó en Andalucía el 20-D el 5,77% de los votos, frente al 3,67% a nivel estatal. El 27,7% del voto de IU salió de Andalucía. ¿No merecían alguna cabeza de lista?

R: IU merece sitios de salida, y partimos de cero a una proyección de cuatro diputados y un senador por Andalucía. Matemáticamente está claro. Pero el interés está en que vamos a tener un grupo cohesionado en el Congreso con un discurso de clase.

P: ¿A su juicio lo importante es que sean puestos de salida y el número es simbólico?

R: Bueno, decía alguien con mucho humor: "A mí dadme todos los números dos, dadme, dadme...". Mire, de lo que se trata es de que haya diputados defendiendo un discurso de clase en el congreso. Y Alberto Garzón es nuestro número uno.

P: ¿Garzón es su candidato a la Presidencia?

R: Es el referente de IU en las elecciones. Y va a ser un referente muy importante en la exposición electoral, con toda seguridad.

P: ¿Veremos tanto a Garzón por Andalucía como en las últimas elecciones?

R: Tanto o más. Aquí lo queremos mucho. Le diré algo sobre Alberto. Es una persona que muestra un profundo respeto a la inteligencia de la gente, y eso es fundamental en un momento en que se exige un cambio en la relación del lenguaje político con los ciudadanos. Hay políticos, y políticas, que insultan la inteligencia. La coherencia de Alberto se reconoce en IU, en Podemos y en mucha otra gente.

P: ¿Es el 5 por Madrid un buen puesto en la lista para Alberto Garzón? ¿Hubiera preferido que fuera número 1 por Sevilla o por Málaga?

R: Alberto Garzón, independientemente de dónde vaya, es un número uno en estas elecciones.

P: ¿Se ve en un mitin con Pablo Iglesias o Teresa Rodríguez?

R: Me veo en mítines con toda la gente que vayamos en las listas, por supuesto. Se trata de hacer todos los esfuerzos que sumen, cada uno desde el respeto a la identidad del otro. Nos sentimos cómodos en la apuesta.

P: Va a haber campañas electorales con intersecciones pero diferenciadas, y un programa de mínimos y dos programas de máximos. ¿Tendrá IU que morderse la lengua sobre sus máximos?

R: No vamos a dejar de ser lo que somos. Por un lado, hay un acuerdo, y nos comprometemos a cumplirlo. Por otro lado, todo el mundo se tiene que sentir cómodo. Podemos defiende sus posiciones en determinados aspectos, y en IU defendemos las nuestras. Hay discrepancias, porque somos organizaciones distintas, pero sobre todo hay respeto. Nosotros vamos a defender la república, la salida de la OTAN, la derogación del artículo 135 de la Constitución...

P: ¿Entiende la reacción de la coordinadora de IU en Almería ante la elección del ex Jemad Julio Rodríguez como cabeza de lista por esa provincia?coordinadora de IU en Almería

R: Bueno, vamos a ver... Puede ser comprensible, es evidente que somos una organización que hunde sus raíces en el antimilitarismo y en el pacifismo. Pero el acuerdo es así. Cada fuerza política pone a sus candidatos. También hay que reflexionar otra cosa: si hay un militar que se quiere juntar con los rojos, pues bien: significa que no está incómodo con nosotros...

P: Un gobierno del que formara parte IU, ¿qué es lo primero que haría?

R: Una política de emergencia para la gente que no tiene ingresos. Un desmantelamiento de las normas que han destrozado este país: la reforma laboral, la Lomce, las leyes que empujan a la privatización de la sanidad pública... Y un replanteamiento de la política de de estabilidad presupuestaria.

P: ¿Por qué el muro con el que chocó Grecia con Syriza lo iba a atravesar un gobierno de izquierdas en España?

R: Grecia se encontró, con un 1,8% del PIB europeo, con un bloque enfrentado a ellos. España tiene un 13%. En Europa las políticas de alianzas son fundamentales. O hay más gobiernos amigos de Grecia, o difícilmente se podrán establecer alternativas a las políticas de la UE. Por eso es tan importante España. Estas elecciones pueden determinar un cambio de rumbo en la política europea.

P: ¿Qué balance hace del Gobierno del PSOE con el apoyo de Ciudadanos en Andalucía? ¿Ve desaparecido el legado político de IU en Andalucía?

R: Hay un abandono de las políticas más audaces que impulsó IU en vivienda, en turismo, en consumo... No hay más estrategia que la proyección mediática de la presidenta. Hay una vuelta del PSOE a sus andanzas, con una simple gestión de lo existente sin ninguna voluntad de transformación. El PSOE demostró con la crisis de la Corrala Utopía [en 2014] que nunca estaría dispuesto a hacer cambios reales, y que había usado el gobierno con IU como una forma de mantenerse en el poder pero sin voluntad transformadora. Nosotros en Andalucía aspiramos a ganar, y a convertirnos en la fuerza de la esperanza.

P: ¿El pacto Podemos-IU afecta a los ayuntamientos en los que IU gobierna con el PSOE, como por ejemplo Córdoba?

R: El 26-J inicia una nueva etapa que va a sacudir este país. ¿Eso tiene repercusión en los ayuntamientos? Siempre que se llega a un acuerdo, se debe cumplir y desarrollar hasta el final. Los acuerdos, si no se incumplen, no se tocan. En en el momento en que se incumplan o no haya voluntad de cambio o transformación, evidentemente surgirán problemas.

P: Desterradas por el momento las mayorías absolutas, tras las elecciones serán necesarios pactos. Con su experiencia en Andalucía, ¿ve con reticencias un posible pacto con el PSOE?

R: El PSOE no tiene voluntad de cambio. Si no se siente obligado, no apoyará un cambio. Hay un ala derecha del PSOE que no quiere.

P: Usted suele situar a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en esa "ala derecha". Y también suele anticipar su salto a Madrid.

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R: Es que la veo con un ojo en Madrid. No es cuestión de involucrarme en asuntos que no me conciernen, sí de denunciar una dejación de sus funciones en Andalucía, que necesita un gobierno totalmente centrado en los problemas.

P: En cuanto al 'caso de Ausbanc' y Unicaja. Tras los autos judiciales que detallan cómo Unicaja pagó más de un millón de euros a las empresas de Luis Pineda por librar a Braulio Medel del caso de los ERE. ¿Es sostenible la posición del presidente del banco? ¿No falta una explicación detallada?Unicaja pagó más de un millón de euros a las empresas de Luis Pineda por librar a Braulio Medel del caso de los ERE

R: Debería dar una explicación sobre por qué ha cedido a chantajes mafiosos. Hablamos de un asunto muy grave si se confirma. Y que no sólo afecta a Unicaja, sino a todas las entidades que han entrado en ese juego, que son muchas. El sistema bancario cedía al chantaje y ha estado financiando a gente deplorable. Al margen de conductas absolutamente deplorables, hablamos de gente de extrema derecha, que se conocía lo que eran.

Antonio Maíllo (Lucena, Córdoba, 1966) fue elegido en junio de 2013 coordinador andaluz de Izquierda Unida, lo que lo convierte en el líder de la federación más numerosa, fuerte y organizada de la coalición. Han pasado casi tres años, "muy poco en tiempo biológico, una eternidad en política", afirma. Llegó con los mejores presagios, con la federación al alza en las encuestas y una imagen fresca de profesor de latín versado, elocuente y moderno, muy alejado del estereotipo del aburrido apparátchik comunista. Pero las cosas se le torcieron muy pronto.

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