A poco más de un mes para las elecciones generales del 10 de noviembre, la situación de Podemos dista mucho de ser ideal. Pero, aunque aún tiene otras heridas abiertas, este sábado el partido morado consiguió suturar una de las que más le amenazaban de cara a los comicios, ya que la dirección andaluza que lidera Teresa Rodríguez decidió aparcar el pulso que mantenía con el secretario general, Pablo Iglesias, y aceptó presentarse con la marca de Unidas Podemos. La formación intentará centrarse ahora en su discurso de precampaña y campaña, del que Iglesias ya dejó alguna pista este sábado al reivindicar Podemos como la única izquierda real frente a PSOE y Más País.
El Consejo Ciudadano Estatal de Podemos -su máximo órgano entre congresos- se reunió este sábado en mitad de una de los momentos más difíciles del partido desde su fundación. A la ruptura de las negociaciones con Compromís para reeditar la coalición que se firmó en las generales de 2016 se sumó hace unos días la decisión de la militancia de Equo de salir de Unidas Podemos para presentarse el próximo 10 de noviembre en las listas de Más País, un movimiento que ha provocado la fractura de la formación verde. Y Podemos no solo se ha resentido en lo relativo a sus alianzas, ya que uno de sus barones críticos, el murciano Óscar Urralburu, anunció el viernes que también dejaba el partido para unirse a la nueva candidatura que presentará a las generales Íñigo Errejón.
Pero quizá el principal frente abierto antes de la reunión de este sábado era el pulso que mantenía la cúpula estatal con Teresa Rodríguez. La tensión entre las direcciones nacional y andaluza de Podemos no son una novedad, casi siempre a raíz de la exigencia de mayor autonomía por parte de Rodríguez. Pero se habían recrudecido en las últimas semanas a causa de la intención de Podemos Andalucía de que las listas para el próximo 10N en esa comunidad estuvieran encabezadas por la marca Adelante Andalucía y no por la de Unidas Podemos, además de la exigencia de una representación propia dentro del grupo parlamentario de Unidas Podemos al estilo de la que disfruta En Comú Podem y celebrar nuevas primarias para elegir las listas, actualmente copadas por afines a Iglesias.
A pesar de las dudas que generaba el plan en IU -la otra pata de la coalición Adelante Andalucía-, especialmente por el poco tiempo con el que se planteaba, Rodríguez ha mantenido el pulso durante toda la última semana e incluso amplió su oferta a Más País para conformar una candidatura unitaria a la izquierda del PSOE. Pero, finalmente, este sábado tuvo que recular y aceptar los planteamientos de Iglesias. No lo hizo ella personalmente, ya que quien acudió al Consejo Ciudadano Estatal por parte de la dirección de Podemos Andalucía fue su número dos, Pablo Pérez Ganfornina. Pero el mensaje fue inequívoco: ante la "callada por respuesta" que ha ofrecido Iglesias, la dirección andaluza hará "campaña por Unidas Podemos".
Ganfornina, además, anunció que Podemos Andalucía aplazará hasta después de las elecciones la conferencia política que tenía programada para el fin de semana que viene, un encuentro en el que se iba a discutir la nueva hoja de ruta política de la formación. Eso no significa que Rodríguez renuncie a sus planteamientos: de hecho, Ganfornina sostuvo que "el camino del bloque del cambio debe ser confederalizador, federalizador", pidió "más competencias en los territorios" y se quejó de que la falta de respuesta de Iglesias a su propuesta "ha impedido conocer "por qué no se está de acuerdo con la propuesta: si es por el programa transformador, por el grupo propio o porque las listas se hagan en Andalucía y no en Madrid". Pero sí que implica que, al menos hasta después del 10N, el partido morado se garantiza la tranquilidad interna en Andalucía.
Iglesias ubica a Podemos como la única izquierda real
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Porque esa fue, al menos según la versión de la dirección estatal, la tónica general en la reunión de este sábado: pese al abandono de algunos aliados y las desavenencias internas -además de Rodríguez, al Consejo Ciudadano faltaron otros barones críticos como el aragonés Nacho Escartín-, la prioridad es centrarse en el 10N. De hecho, el discurso con el que Iglesias abrió el encuentro, que habitualmente analiza claves tanto internas como de actualidad, tuvo en esta ocasión un marcado carácter preelectoral y en él defendió, básicamente, dos ideas: el líder del PSOE, Pedro Sánchez, es el culpable de la repetición electoral y quiere volver al bipartidismo, y los poderosos no han dejado a Unidas Podemos gobernar porque supone una fuerza incómoda para sus intereses.
Está por ver si esa será la línea que seguirá Unidas Podemos durante la campaña electoral. Pero lo cierto es que el partido ha iniciado la precampaña reivindicándose como la única fuerza que se enfrenta de verdad a los poderes económicos, un mensaje con el que pretende culpabilizar al PSOE de la repetición electoral pero con el que Iglesias también busca protegerse ante la irrupción de Más País. "Si nosotros estamos en un Gobierno las alfombras se van a levantar y la corrupción del bipartidismo se va a investigar, va a ser difícil decir una cosa en campaña y hacer otra en el Gobierno, si llega una recesión los recortes se harán por arriba y no por abajo, los alquileres y la factura de la luz tendrán que bajar aunque para ello haya que intervenir el mercado del alquiler", enumeró el líder de Podemos.
Por ello, Iglesias aseguró que quiere realizar "una campaña para hablar de la gente y decir que lo que se juega el 10N es que baje el precio de los alquileres, por el empleo estable, para blindar los servicios públicos, contra el cambio climático y para luchar contra la violencia machista". Pero ese objetivo, sostuvo en referencia velada a PSOE y Más País, no está garantizado con "quienes plantean estas elecciones como un intento de restauración bipartidista", y tampoco con "quienes no vienen a transformar la realidad sino a adaptarse a ella". Para Iglesias, Podemos es la "pieza de caza mayor" en los próximos comicios. Y ante eso, la receta de Iglesias es clara: "Decir la verdad le duela a quien le duela" y "mirar a los ojos al poder".
A poco más de un mes para las elecciones generales del 10 de noviembre, la situación de Podemos dista mucho de ser ideal. Pero, aunque aún tiene otras heridas abiertas, este sábado el partido morado consiguió suturar una de las que más le amenazaban de cara a los comicios, ya que la dirección andaluza que lidera Teresa Rodríguez decidió aparcar el pulso que mantenía con el secretario general, Pablo Iglesias, y aceptó presentarse con la marca de Unidas Podemos. La formación intentará centrarse ahora en su discurso de precampaña y campaña, del que Iglesias ya dejó alguna pista este sábado al reivindicar Podemos como la única izquierda real frente a PSOE y Más País.