El sueldo de los políticos es un recurso que todos los partidos (en mayor o menor medida) han utilizado como reclamo electoral. La llamada nueva política es la que más bandera hizo de ello: tras llegar al Congreso, Podemos y Ciudadanos renunciaron a los privilegios que por tanto tiempo habían acompañado a los cargos institucionales como los coches oficiales, los taxis o la conexión de internet gratuita en sus hogares. En el caso de los morados, establecieron un baremo para que sus cargos no pudieran cobrar más de tres veces el Salario Mínimo Interprofesional.
Siete años después y en un contexto de inflación como el actual, el Ejecutivo central ha pactado con los sindicatos una subida salarial del 3,5% para todos los funcionarios en 2023. Una decisión que se trasladó el pasado jueves a la Mesa del Congreso (el órgano de gobierno de la Cámara), para que se aplique también a diputados, asesores y el personal laboral de la Cámara Baja.
La iniciativa contó con el voto favorable de los representantes del PSOE y la diputada díscola de Unidas Podemos Gloria Elizo y, por lo tanto, salió adelante. Los otros dos cargos de la formación morada, Javier Sánchez Serna y Gerardo Pisarello se ausentaron de la votación. El primero estaba en un viaje oficial en Brasil y, previamente, señaló que su postura era una abstención. Fuentes de la formación morada señalan a infoLibre que propusieron separar el salario del personal laboral del Congreso al de los diputados, pero todo se votó en la misma partida.
Las otras dos formaciones con representación en el órgano, PP y Vox, se opusieron a la subida. El presidente de la formación ultra, Santiago Abascal, lo calificó como “una obscenidad”: “En los tiempos difíciles, cuando la gente sufre miseria y privaciones, en su mayor parte causadas por el gobierno, resulta insultante que los gobernantes aumenten sus retribuciones”, alegó a través de su cuenta de Twitter. La formación liderada por Alberto Núñez Feijóo también criticó la subida, pese a que en el año 2015 dio el visto bueno a un aumento del 1,5%.
Otra de las formaciones que ha criticado este aumento es Ciudadanos. Su portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, asegura que los diputados tienen que "parecerse" a quienes representan y "no ser una élite, una casta". Bal considera que "la política no puede ser una actividad sin remunerar", pero insiste en que está "bien remunerada"., "muy por encima de los salarios medios de nuestro país": "Tenemos que dar ejemplo", resume a preguntas de infoLibre.
La izquierda pide "dignificar" la política frente al "populismo" de la derecha
Esta ejemplaridad es lo que esgrimen desde el PSOE para justificar su apoyo a la medida. El portavoz de los socialistas en el Congreso, Patxi López, considera que es "razonable" la subida salarial acordada y que este tipo de medidas "dignifican" la profesión. "No creo que cobremos mal, pero tampoco creo que tengamos que estar castigando a la política. Si no, se dedicarán a la política aquellos que tengan fortuna para dedicarse a esto. El sueldo de los políticos fue una gran conquista de la izquierda, hasta entonces solo los señoritos se podían dedicar a ella", razona.
Un argumento compartido por el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que considera "interesante y oportuno" que se produzca este debate. "Que la política se pague es un éxito de la clase trabajadora", asegura. En ese sentido, cree que los diputados deben "dar ejemplo" pero sin caer en "demagogias" que conducen a la "antipolítica".
El portavoz del PdeCat, Ferrán Bel, considera que la función pública "debe estar bien retribuida" para "atraer el talento". "Yo llevo unos cuantos años en política y, aunque sea difícil de entender para la gente, el compromiso político debe estar bien retribuido y debe ser competitivo con el resto de mercado laboral", plantea en conversación con este periódico. "La hemeroteca no aguanta populismos como el del PP, que en esto se deja llevar por las posiciones de Vox y eso es un error", lamenta.
Otras formaciones como el PNV también aprueban este aumento salarial, que el pasado jueves se votó en el Senado. La formación jetzale tiene a un representante en la Mesa de la Cámara Alta que defendió el sí de su grupo a la propuesta. Otras formaciones como EH Bildu o Junts Per Cataluña han optado por esquivar la polémica y no han dado su opinión tras las preguntas de este periódico.
Sueldos del Gobierno: más bajos que algunos diputados y lejos de otros países europeos
Es especialmente llamativo el caso de los miembros del Gobierno, cuyos salarios no sólo son inferiores al de sus homólogos europeos, sino que también son menos generosos que los de otros cargos institucionales con menor responsabilidad y exposición mediática en España. Actualmente el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, cobra 86.542 euros brutos anuales, unos 7.000 euros brutos mensuales al no contar con pagas extraordinarias (por lo que, aproximadamente, recibe unos 4.680 euros al mes netos).
En el caso de las tres vicepresidentas la cantidad asciende a 81.341,16 euros brutos anuales. El resto de ministros perciben un poco menos: 76.355,28. El socialista se sitúa, así, en un salario muy inferior al de sus homólogos europeos como el presidente de Reino Unido, Boris Johnson (180.000 euros al año), la canciller alemana, Ángela Merkel (350.000), el presidente francés, Emmanuel Macron (142.000) o el primer ministro portugués, Antònio Costa (91.000).
Algunos de los sueldos de los diputados son más generosos que los del Ejecutivo. Los portavoces parlamentarios, como Concepción Gamarra (PP), Iván Espinosa de los Monteros (Vox), Inés Arrimadas (Ciudadanos) o Íñigo Errejón (Más País), están por encima de los 100.00 euros anuales, según consta en el portal de Transparentia, el buscador de dinero público de Newtral. Todos los diputados perciben un sueldo base de 3.050 euros, a los que se le unen otros 1.959 en concepto de dietas a los parlamentarios que son de fuera de la Comunidad de Madrid. Además, aquellos que son portavoces o forman parte de la mesa de una comisión reciben ingresos adicionales, a partir de 1.134 euros.
Por otro lado, algunos presidentes autonómicos también gozan de un salario más elevado que el de Sánchez. En su caso cada territorio establece la retribución conforme a sus leyes y fija esas retribuciones a través de sus presupuestos. No hay ningún tope salarial, a diferencia de lo que ocurre con los ayuntamientos. En la actualidad seis de los diecisiete altos cargos perciben más dinero anualmente que Sánchez. El president catalán Pere Aragonés (130.000 euros), el lehendakari vasco Íñigo Urkullu (106.000) y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso (103.000), lideran la lista.
El sueldo de los políticos es un recurso que todos los partidos (en mayor o menor medida) han utilizado como reclamo electoral. La llamada nueva política es la que más bandera hizo de ello: tras llegar al Congreso, Podemos y Ciudadanos renunciaron a los privilegios que por tanto tiempo habían acompañado a los cargos institucionales como los coches oficiales, los taxis o la conexión de internet gratuita en sus hogares. En el caso de los morados, establecieron un baremo para que sus cargos no pudieran cobrar más de tres veces el Salario Mínimo Interprofesional.