El Banco de España sabía que antes de 2007 las preferentes se vendían de forma “inadecuada”

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El Banco de España era consciente en marzo de 2012 de que las participaciones preferentes emitidas antes del 1 de noviembre de 2007 por todas las entidades financieras no habían sido comercializadas de forma "adecuada". Esta es una de las conclusiones de un informe del 7 de marzo de 2012 de la institución que entonces presidía Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que consta en el sumario del caso Bankia. Las primeras preferentes fueron vendidas en España en 1999, por lo que las irregularidades en su comercialización se pudieron extender durante al menos ocho años.

En el documento, el Banco de España considera "razonable" defender que la entrada en vigor de la directiva europea sobre mercados financieros (MIFID), en noviembre de 2007, "pudiera servir de punto de corte a la hora de delimitar emisiones adecuadamente comercializadas", según se especifica el escrito. En este sentido, la directiva europea obligaba a los bancos a informar de forma fehaciente a los clientes, exigiendo la elaboración de un test de conveniencia. 

Y el Banco de España acabó autorizando al expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, a recomprar participaciones preferentes un 79% más caras del valor de mercado. En total fueron 1.200 millones de euros. "Todas las preferentes y subordinadas objeto de esta recompra fueron emitidas en 2006 o en años anteriores, casi tres cuartas partes antes de 2003".

"El nerviosismo cunde entre los clientes"

El documento reconoce también lo que era un secreto a voces. El descontento de los clientes que habían comprado las participaciones preferentes. "Los responsables del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, nos comentan, y en algún caso hemos comprobado que es cierto, el nerviosismo que cunde entre los clientes por el retraso en la materialización de la oferta"

En este sentido, el Banco de España considera un factor determinante que las participaciones preferentes se vendieran a través de la red de oficinas de las cajas de ahorros, por lo que la mayor parte de los afectados son clientes calificados como "minoristas".

Y los preferentistas estaban nerviosos porque la mayoría eran clientes de las diferentes cajas de ahorros de edad avanzada. E invertían los ahorros de toda una vida. Tal y como comunicó Bankia al organismo regulador, el perfil de estos clientes era conservador. Con una media de 30.000 euros en preferentes y hasta 60.000 euros en otros productos de la entidad financiera.

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Este perfil coincide con el de un preferentista de Bankia a quien este jueves el Juzgado de Primera Instancia número 71 de Madrid le ha dado la razón, declarando nulo un contrato. Y obligando a la entidad a devolverle 37.000 euros, informa Europa Press.

El demandante, que tenía 65 años cuando compró las preferentes, firmó el contrato de suscripción de participaciones el 7 de julio de 2009. Su perfil de inversor es el de cliente minorista, por lo que, según la Sala, "carece de conocimientos financieros".

Además de las preferentes, el afectado mantenía con la entidad demandada una relación desde el 2 de abril de 1998 y había contratado productos financieros como un bono subordinado Caja Madrid por importe de 30.050 euros, un Fondo de Inversión (Bolsa Activa) por 6.988 euros, un depósito financiero por 12.000 euros y un Depósito 15 por 15.000 euros.

El Banco de España era consciente en marzo de 2012 de que las participaciones preferentes emitidas antes del 1 de noviembre de 2007 por todas las entidades financieras no habían sido comercializadas de forma "adecuada". Esta es una de las conclusiones de un informe del 7 de marzo de 2012 de la institución que entonces presidía Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que consta en el sumario del caso Bankia. Las primeras preferentes fueron vendidas en España en 1999, por lo que las irregularidades en su comercialización se pudieron extender durante al menos ocho años.

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