La “barbarie que se esconde” tras la industria cárnica en España

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La organización Igualdad Animal lleva una década investigando granjas y mataderos de todo el mundo. Ahora, los consumidores tienen la oportunidad acompañarles a través de todo un recorrido por las instalaciones donde miles de animales cohabitan en condiciones "deplorables" hasta ser llevados al matadero. Antes de iniciar el itinerario, los espectadores tendrán la opción de declinar la invitación y torcer la vista, o iniciar un viaje que les permitirá conocer cómo es la vida de estos animales, sacrificados diariamente por el gigante de la industria cárnica.

Con este planteamiento nace la campaña iAnimal iAnimal, una iniciativa puesta en marcha por la asociación animalista este lunes 22 de febrero y que tuvo como primer impulso el documental Factory Farm, presentado en el festival Sundance de Estados Unidos el pasado mes de enero. Se trata de una experiencia para entender cómo viven los animales que consumimos, gracias a la tecnología de inmersión en 360º, una novedosa narrativa audiovisual gracias a la que el espectador experimenta en primera persona todas las etapas de la vida animal hasta llegar al matadero.

infoLibre ha accedido a la fase beta del metraje que durante los próximos meses Igualdad Animal llevará por festivales y universidades para que los espectadores puedan introducirse directamente "en el seno de la barbarie" que esconden los mataderos y granjas industriales.

La realidad virtual que ofrece esta tecnología es, a juicio de los animalistas, una herramienta que puede convertirse en un valioso aliado para el activismo. El objetivo, según señala Javier Moreno, cofundador de la organización y director internacional de la misma, es que “los consumidores tengan acceso a esa investigación que la industria cárnica, una de las industrias más herméticas que existen, quiere ocultar”. Moreno valora la tecnología inmersiva como "un arma poderosísima a la hora de llevar realidades a la ciudadanía y hacer que tengan conocimiento".

El lanzamiento de iAnimal viene precedido por años de actividad que dejan tras de sí toda una serie de investigaciones sobre el funcionamiento de la industria cárnica.

Granjas y mataderos en España

En febrero de 2008 la organización presentó el reportaje Mataderos, producto de un proceso en el que José Valle, director de investigaciones de Igualdad Animal, documentó la actividad en cinco mataderos del norte de España. El documental constata prácticas como las descargas a través de picanas eléctricas y las habituales patadas a animales, paralizados por el miedo. Los terneros, en algunas ocasiones incapaces de levantarse debido a las contusiones, son sometidos a golpes que les generan constantes fracturas.

El vídeo muestra el modo en que corderos son colgados vivos boca abajo y degollados estando aún conscientes. Las lesiones previas provocadas por los operarios les generan secuelas que alteran sus comportamientos, hasta el punto de recurrir, en muchos casos, al canibalismo.

En el año 2010, un total de 60 activistas de Igualdad Animal entraron en 172 granjas de cerdos de las comunidades de Andalucía, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Madrid, Murcia, Euskadi y Valencia. El resultado se plasmó en un vídeo de 44 minutos y unas durísimas fotografías que explican la vida de estos animales, el mayor proyecto de investigación en granjas porcinas de toda Europa. 

Entre un 4% y un 11% de los lechones nacen muertos, y dos de cada tres mueren durante el parto o antes del tercer día de vida. "Los cerdos son sometidos a mutilaciones desde el primer momento", asegura Javier Moreno, "les arrancan los dientes y los castran sin anestesia".

Los lechones, hacinados en jaulas, comienzan a desarrollar "enormes tumores y enfermedades por las que no reciben ningún tratamiento". En la zona de engorde, los cerdos pasan alrededor de cuatro meses viviendo entre excrementos e infecciones, sometidos a un hacinamiento que también les puede llevar al canibalismo. En el 70% de los casos sufren enfermedades infecciosas y problemas respiratorios que derivan en neumonías que les provocan la muerte. Algunos, según narra la organización en el documental, son llevados fuera de la zona de engorde para morir en un pasillo sin acceso a agua ni alimentos, mientras que otros agonizan dentro de cubículos donde son aplastados o agredidos por los demás cerdos. Otros son golpeados hasta la muerte, como muestra esta secuencia fotográfica tomada en una granja de Teruel [advertimos que puede herir la sensibilidad de los lectores].

El transporte al matadero es “una de las fases donde los animales sufren mayor estrés”, por lo que más de 85.000 cerdos, según la organización, mueren cada año en España camino al recinto por paro cardíaco. La matanza de los cerdos se lleva a cabo por desangrado en el pecho, pero la muerte no siempre es inmediata. Para tratar que los animales estén inconscientes durante ese tiempo, se utilizan principalmente dos métodos: el aturdimiento eléctrico, que consiste en "el paso a través del cerebro de una corriente eléctrica", y el aturdimiento por dióxido de carbono, de forma que los cerdos son "introducidos en jaulas y bajados a un pozo con una concentración atmosférica entre 80% y 90% de CO2, durante un tiempo suficiente para mantenerlos inconscientes hasta la posterior muerte del animal por desangrado".

En el año 2012 Igualdad Animal inició una campaña para reclamar el fin de la producción de foi gras, del mismo modo que se ha hecho ya en otros 19 países alrededor del mundo, entre ellos Argentina, Estados Unidos, Alemania, Irlanda o Italia. La demanda se produjo tras una investigación que revelaba las "ilegalidades" cometidas en granjas catalanas de engorde de patos. La campaña, documentada con 350 fotografías, recoge el funcionamiento de once granjas catalanas en las que el proceso de cría y matanza supone "explícitamente formas de maltrato y crueldad prohibidas en multitud de países". 

Los animales se mueven con dificultades debido al volumen del hígado y mueren sin atención veterinaria. En ocasiones llegan conscientes al momento del degüello, que tiene lugar cuando alcanzan los cuatro meses de edad.

Tan sólo unos días después de destapar la industria del foie gras en Cataluña, la ONG denunció una serie de irregularidades cometidas en la granja de Momotegi, situada en Oiartzun, Euskadi. La explotación, proveedora de foie gras al restaurante Mugaritz –considerado tercer mejor restaurante del mundo–, fue denunciada por incumplir "todo tipo de normativas higiénicas y sanitarias". Meses después el departamento de Sanidad y Consumo del Gobierno vasco expedientó a la granja.

Un pato es engordado por un operario en una granja de foie gras

En 2014 la organización visitó más de 70 granjas y cuatro mataderos de 14 comunidades autónomas para documentar “los malos tratos generalizados a los que se somete a los conejos”. Las imágenes tomadas muestran a conejos con heridas abiertas, lesiones, mutilaciones e infecciones, llegando a demostrar la existencia de animales en avanzado estado de putrefacción dentro de las jaulas. De nuevo "las escenas de canibalismo son frecuentes debido al hacinamiento en el que viven y al estrés que sufren".

Este tipo de granjas suele generar sobreproducción de animales, de modo que es habitual tirarlos vivos a contenedores, así como "romper el cuello a los recién nacidos para que mueran asfixiados". En el vídeo, uno de los granjeros advierte al cámara que deje de grabar durante los golpes, porque "es maltrato animal". José Moreno denuncia en conversación con infoLibre que "muchas granjas nos decían que nunca había pasado por allí un inspector".

La investigación más reciente de Igualdad Animal en relación a la industria cárnica data de noviembre de 2015. La asociación se introdujo en granjas españolas de Lleida, Girona, Tarragona y Burgos para obtener imágenes sobre el funcionamiento de las incubadoras de pollos. Siguiendo las prácticas que de forma sistemática se producen en todo tipo de granjas, los pollos son tirados vivos a los contenedores y aplastados con mazas, mientras que a otros les arrancan la cabeza o se les deja morir enfermos. Javier Moreno explicaba entonces que los pollos son "los animales más maltratados por la industria cárnica" y que su vida es "un infierno desde el primer segundo".

Ausencia de regulación y falta de interés

Javier Moreno, en un balance de las investigaciones realizadas hasta el momento, sostiene que el "denominador común es que los animales forman parte de una maquinaria en la que son completamentamente cosificados". El activista lamenta que sean tratados como "un producto, una mercancía de la que hay que obtener el máximo beneficio al mínimo coste", aunque eso suponga el maltrato habitual al que son sometidos.

Asimismo, denuncia la ausencia de "leyes que protejan a estos animales", y destaca que en países como "Suecia, Alemania o Austria, no sólo hay leyes más avanzadas, sino que también hay mucho más interés y más control en el cumplimiento de las mismas". En España, continúa, "la legislación no sólo está muy por detrás en comparación con otros países europeos, sino que apenas hay debate". 

En el caso de la investigación en torno a las granjas de conejos, los animalistas presentaron más de 60 denuncias. Sin embargo, señala Moreno, "nos topamos con una administración que no le da importancia, o no trabaja para solventar esta situación, por lo que al final queda en papel mojado".

El activista cree que "estamos todavía en un estadio en el que el primer paso es la sensibilización social", porque "las personas no son conscientes, o no tienen información real de cómo son las granjas españolas, cómo están los animales y qué prácticas se están haciendo". Confía, para ese primer paso, en la efectividad de iAnimal, su proyecto más revolucionario hasta el momento, una herramienta contundente para visibilizar la realidad de la industria cárnica y contribuir, de este modo, a llenar el "vacío informativo" que la organización lleva años denunciando.

La organización Igualdad Animal lleva una década investigando granjas y mataderos de todo el mundo. Ahora, los consumidores tienen la oportunidad acompañarles a través de todo un recorrido por las instalaciones donde miles de animales cohabitan en condiciones "deplorables" hasta ser llevados al matadero. Antes de iniciar el itinerario, los espectadores tendrán la opción de declinar la invitación y torcer la vista, o iniciar un viaje que les permitirá conocer cómo es la vida de estos animales, sacrificados diariamente por el gigante de la industria cárnica.

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