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Barberá utiliza El Cabanyal como arma para garantizarse su futuro

Corría la campaña de las autonómicas y municipales de 2011 y Rita Barberá, que se postulaba de nuevo para ser alcaldesa de Valencia, insistía en los mítines en que con Mariano Rajoy en el Gobierno, que se presentaría a las generales seis meses después, ella llevaría adelante el plan del barrio de El Cabanyal. Tres años después, y a tenor de sus palabras, la regidora municipal con más poder dentro del Partido Popular, parece haber convencido al Gobierno de Mariano Rajoy para que sus pretensiones hacia este barrio salgan adelante. Así lleva vendiéndolo desde la semana pasada cuando, el viernes, hizo público un acuerdo con el Ministerio de Cultura que adapta el plan especial de reforma interior (Pepri) para ajustarse a la orden ministerial que lo declaraba expolio en 2009. Llegó a decir incluso que el acuerdo para prolongar la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar, lo tenía apalabrado tanto con la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, como con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Y con José Ignacio Wert, titular de Educación.

Tras un par de días de escepticismo de los grupos políticos de la oposición respecto al anuncio del acuerdo entre el Ejecutivo de Mariano Rajoy y el consistorio, este martes, el ayuntamiento insistió en la existencia de un escrito que sella el pacto. La opinión del PP es unánime: Barberá ha hecho de El Cabanyal uno de los ejes de su carrera política y mucho de lo que ocurra en los próximos meses –Génova tiene que decidir las candidaturas a la vuelta del verano– tendrá una ramificación en lo que ha ocurrido en este tradicional barrio de pescadores. Es, coinciden las fuentes consultadas, su principal herramienta para garantizarse un futuro político. Su forma de vender que ella no sólo manda en Valencia, sino también en Madrid.

Antecendentes inmediatos

Uno de los primeros pasos que conducen a este anuncio se produjo en octubre de 2013, cuando el Gobierno de Rajoy anunció la retirada anunció la retirada del recurso ante el Tribunal Constitucional que interpuso el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y que impedía ejecutar el plan de El Cabanyal. "Empieza a deshacerse el nudo", mantenía la alcaldesa por estas fechas. Deshacerse el nudo implicaba el desbloqueo de un plan que afectaba a 1.600 viviendas.

Los antecedentes se remontan a diciembre de 2009, cuando una orden del Ministerio de Cultura –del PSOE– PSOEdeclaró ilegales los derribos al considerar que se trataba de un expolio del patrimonio. La zona fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1993. Pero los conservadores, gracias a su mayoría absoluta en Les Corts, dieron luz verde a una ley en 2010 que acabó de un plumazo con la calificación de BIC. Esto condujo a que ese mismo mes, se derribaran una decena de casas. Pocos días después, el TC paralizó cautelarmente las obras. Lo hizo a instancias del Ejecutivo.

El futuro de Barberá

Rita Barberá es uno de los puntales del PP valenciano. Alcaldesa de la ciudad desde 1991, durante años, hasta su marcha tras el escándalo de los trajes, formó tándem electoral con Francisco Camps. Con ellos, la formación conservadora se convirtió de uno de los principales feudos del ahora partido de Gobierno. Mayoría absoluta tras mayoría absoluta.

A pocos meses de que Rajoy elabore las listas, y siempre que se confirme el guión que apunta a que el Gobierno ha cedido a sus pretensiones, Barberá saldría reforzada puertas adentro del PP, sobre todo del valenciano. "Rita es mejor valorada fuera de la Comunidad Valenciana que en la Comunidad Valenciana", valora un diputado.

¿Implica esto que la alcaldesa vaya a repetir en las listas? Sus compañeros de partido se muestran convencidos de que Rajoy la escuchará y será candidata si ella quiere. Y que ella tomará la decisión definitiva en base a encuestas electorales. Lo que sí se ha garantizado es tener esa puerta abierta. Y es que hay en el PP quien se muestra convencido de que Barberá, en todo este proceso, ha llegado a amagar con no volver a repetir al frente de una candidatura si el Gobierno no engrasaba su proyecto.

Corría la campaña de las autonómicas y municipales de 2011 y Rita Barberá, que se postulaba de nuevo para ser alcaldesa de Valencia, insistía en los mítines en que con Mariano Rajoy en el Gobierno, que se presentaría a las generales seis meses después, ella llevaría adelante el plan del barrio de El Cabanyal. Tres años después, y a tenor de sus palabras, la regidora municipal con más poder dentro del Partido Popular, parece haber convencido al Gobierno de Mariano Rajoy para que sus pretensiones hacia este barrio salgan adelante. Así lleva vendiéndolo desde la semana pasada cuando, el viernes, hizo público un acuerdo con el Ministerio de Cultura que adapta el plan especial de reforma interior (Pepri) para ajustarse a la orden ministerial que lo declaraba expolio en 2009. Llegó a decir incluso que el acuerdo para prolongar la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar, lo tenía apalabrado tanto con la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, como con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Y con José Ignacio Wert, titular de Educación.

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