La decisión de Luis Bárcenas de retirar su acusación contra el PP por la destrucción de los ordenadores que durante años utilizó como gerente y luego tesorero del PP y cuyas tripas ocultaban -supuestamente- las pruebas de la presunta financiación ilegal del partido ha sumido en la estupefacción a quienes seguían el caso más de cerca. Pero no ha logrado desactivarlo.
El PP como persona jurídica y su tesorera como persona física seguirán procesados. Porque si bien Bárcenas ejercía la acusación particular en calidad de perjudicado -la Fiscalía no ve indicios de delito-, hay cuatro entidades (la asociación de abogados demócratas Adade, el Observatori Desc, Izquierda Unida y la Asociación Justicia y Libertad) que ejercen la acusación popular. Y esas cuatro acusaciones siguen vigentes.
Fuentes jurídicas cercanas al Tribunal Superior de Madrid (TSJM) acaban de confirmar a infoLibre que si la Audiencia de Madrid confirma el paso dado por la juez para iniciar los trámites que conducen a juicio, la vista se celebrará ejerza o no Luis Bárcenas la acusación. Qué gana el extesorero con este movimiento es la gran incógnita. A estas alturas del panorama judicial en los casos que afectan al partido, con especial mención al de los papeles de Bárcenas, el PP no puede ofrecerle teóricamente nada. ¿Y en la práctica? Nadie lo sabe, aunque los expertos que acaba de consultar este diario lo consideran como mínimo dudoso.
En conversación con infoLibre, el entorno del extesorero sostiene que la retirada obedece a razones económicas -"no tiene para pagarle al abogado porque su patrimonio está embargado"- pero no solo: Bárcenas no quiere que se "instrumentalice" contra Mariano Rajoy su acusación en un momento en que la investidura sigue en juego. Y cree "excesivo" que la jueza del caso haya procesado al PP como persona jurídica. Pese a ello, afirman los más próximos al extesorero, no hay pacto porque el PP nada puede darle. Ni a él ni a su esposa, que se sentará también en el banquillo el 4 de octubre para el primer gran juicio de la trama Gürtel.
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Adelantada por el diario digital OK diario, la noticia da un respiro moral al PP, que por primera vez en su historia se ve como partido al borde del banquillo: por delito de daños informáticos y, lo que tiene mayor calado político, por encubrimiento. El PP, sostiene la jueza instructora en el auto por el que en julio inició los trámites para llegar a juicio, habría cometido esas infracciones penales con el objetivo de ocultar pruebas.
De momento, no parece que Bárcenas planee desdecirse de lo que ha ido declarando en la causa. ¿Es factible no obstante la hipótesis de la retractación? Lo es. Pero llevarla a efecto le causaría graves problemas procesales dado podría estar incurriendo en un delito de denuncia falsa.
Además, el escrito que ha enviado al juzgado que instruye la causa, el 32 de Madrid, se limita a comunicar -sin argumentos de ningún tipo- el desistimiento de la acusación con reserva expresa de acciones civiles, lo que indica que el antaño poderoso hombre de los números del PP no planea cambiar de versión.
La decisión de Luis Bárcenas de retirar su acusación contra el PP por la destrucción de los ordenadores que durante años utilizó como gerente y luego tesorero del PP y cuyas tripas ocultaban -supuestamente- las pruebas de la presunta financiación ilegal del partido ha sumido en la estupefacción a quienes seguían el caso más de cerca. Pero no ha logrado desactivarlo.