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Varios barones de Podemos piden descentralizar el partido pero marcan distancias con Andalucía

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La demanda de una mayor descentralización en la toma de decisiones de Podemos toma fuerza. Andalucía abrió la veda esta misma semana al declarar su secretaria general, Teresa Rodríguez, que tenía intención de declarar la autonomía de la rama autonómica de Podemos con respecto de la dirección estatal, pero la exigencia de establecer una organización de corte federal a partir del próximo congreso de Vistalegre II está extendida en territorios tan variopintos como Asturias, la Comunidad Valenciana, Cataluña o Galicia.

El modelo organizativo de Podemos que salió del congreso que celebró el partido a finales de 2014 en Vistalegre establece unas estructuras fuertemente jerarquizadas, con una toma de decisiones de carácter bastante vertical y en la que la dirección estatal tiene amplios poderes en comparación con las cúpulas autonómicas, que dependen de ella, por ejemplo, en cuanto a la asignación de parte de sus recursos económicos o también para manejar los censos de afiliados, que obran en manos de los dirigentes estatales.

Ahora mismo, además, al poder interno está fuertemente concentrado en pocas manos incluso dentro de la propia dirección del partido en Madrid. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, tiene la postestad de elegir y cesar discrecionalmente a los miembros de su ejecutiva, que además tiene un tamaño reducido –poco más de diez personas– y que únicamente deben ser refrendados por el Consejo Ciudadano, el órgano de dirección principal, compuesto por 63 personas elegidas por los militantes y por los 17 secretarios generales autonómicos.

Por ello, Rodríguez planteó el pasado martes la necesidad de que la rama andaluza de Podemos se establezca como una "organización autónoma" dentro del partido para ganar margen de maniobra con respecto a la dirección estatal. Según los planes de la secretaria general andaluza, esta nueva organización autónoma tendría "estatutos, CIF [el número que identifica a una persona jurídica] y censo propios", y su creación sería el primer paso para el establecimiento de un Podemos de carácter "confederal".

No todas las direcciones autonómicas del partido tienen intención de llegar tan lejos en su propósito de ganar poder con respecto a Madrid, pero dentro de la formación está ampliamente extendido el propósito descentralizar el poder interno. Antonio Montiel, secretario general de Podemos en la Comunidad Valenciana, explica que el pasado mes de octubre el partido a nivel autonómico acordó por unanimidad "abrir un debate con los territorios" para "proponer en Vistalegre II una hoja de ruta federal".

Federalismo, no confederalismo

"Yo creo que muchas comunidades podrían apoyar un proyecto federal para Podemos, que se base en mantener un proyecto común, pero también en que los territorios tengan más autonomía financiera y política", sostiene a este respecto Montiel, que plantea que "el ejemplo del censo propio" que puso Rodríguez hace unos días es claro para ilustrar el problema que tiene una organización "centralizada" como Podemos. "Yo ahora mismo puedo mandar un correo a todos los afiliados de la Comunidad Valenciana en apenas una hora, pero no sé quiénes son, ni los puedo segmentar, saber si tenemos más mujeres que hombres o qué edad tienen, y esos son datos que a veces los círculos necesitan", relata el dirigente.

Montiel, igualmente, reclama que las direcciones autonómicas de Podemos tengan la capacidad de decidir sobre sus alianzas electorales con otros partidos en los comicios regionales, algo que en la Comunidad Valenciana es especialmente significativo por la presencia de Compromís. "Nosotros no hemos debatido todavía si las listas para las elecciones generales las tenemos que decidir aquí o en el estatal, pero nos parece urgente poder decidir sobre las alianzas autonómicas", señala el dirigente, que admite que "en la etapa anterior, con tantas elecciones seguidas, necesitábamos mucha centralización", pero afirma que lo más "operativo" a partir de ahora es delegar funciones en los territorios.

Eso no implica, no obstante, llegar tan lejos como ha planteado Andalucía apostando por un modelo "confederal", una relación similar a la que mantiene el PSC con el PSOE. "A mí esa no me parece la mejor solución, porque pasar del centralismo en el que estamos ahora a un confederalismo entre varios partidos es un salto en el vacío", opina Montiel, que asegura que no tiene sentido plantear un modelo confederal porque Podemos ya es un actor político consolidado y no son varias organizaciones que, "en el kilómetro cero", busquen unirse para sumar fuerzas.

La descentralización para fomentar el "arraigo"

Por su parte Daniel Ripa, secretario general de Podemos en Asturias, plantea algo similar a su homólogo valenciano: no hace falta tanto un Podemos "muy autónomo" como un partido "muy vinculado al territorio", por lo que se muestra favorable a descentralizar el partido, y en ese sentido hace hincapié en que es necesario para fomentar su "arraigo" en el territorio. "Si Podemos no se arraiga en el territorio, no va a llegar lejos, es una utopía pensar que se puede ser la fuerza hegemónica sin calar en el territorio", sostiene el dirigente.

Podemos Asturias fue uno de los territorios que se manifestó con más fuerza contra la decisión de la cúpula estatal del partido de establecer una circunscripción estatal para elegir a los integrantes de las listas para las elecciones generales de diciembre de 2015, en lugar de que los candidatos de cada provincia se eligiesen directamente en el territorio. Y, en este sentido, Ripa se muestra de acuerdo con la posibilidad de que la cúpula estatal ceda esta competencia a las comunidades autónomas, e igualmente utiliza como argumento principal el "arraigo".

Ripa también coincide con Rodríguez y Montiel al plantear que los censos deberían estar en manos de las direcciones autonómicas, y asimismo habla de descentralizar la financiación de las direcciones territoriales de Podemos. En ese sentido, el dirigente explica que la organización asturiana ha puesto en marcha el programa Proyecto Asturies con el fin de utilizar parte del sueldo de sus diputados autonómicos para financiar proyectos en la comunidad autónoma, un proyecto similar al programa Impulsa que lleva a cabo Podemos a nivel estatal.

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En las comunidades en las que Podemos tiene acuerdos de confluencia con otras fuerzas –además de IU–, el debate sobre la descentralización del partido se une al de la relación que el partido morado debe tener con el resto de las formaciones. Esta disyuntiva es especialmente relevante en Galicia, donde Podemos accedió en el último momento a formar parte del partido instrumental En Marea para las últimas elecciones autonómicas, y en Cataluña, donde desde hace meses ICV, EUiA, Barcelona en Comú y el propio partido morado están negociando la creación de una alianza permanente con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Las direcciones gallega y catalana de Podemos han saludado las declaraciones de Teresa Rodríguez, si bien no se han pronunciado con rotundidad sobre la posibilidad de configurarse como partidos con entidad jurídica propia. La secretaria general del partido en Galicia, Carmen Santos, calificó de "muy positivo" para Podemos el paso de Andalucía, mientras que su homólogo catalán, Albano Dante Fachín, abrió la puerta a seguir los pasos de Rodríguez a partir del próximo congreso de Vistalegre II.

"A nosotros nos afecta directamente el debate sobre la descentralización del partido, pero queremos que la propuesta que lleve Galicia a Vistalegre sea producto de un proceso participativo", sostiene a este respecto Santos, que admite que existen "diferentes visiones" en la ejecutiva sobre esta cuestión pero sostiene que ella, personalmente, no es partidaria de seguir un modelo "confederal" en el que Podemos se diluya en el partido instrumental En Marea para que éste tenga una relación de hermanamiento con el partido morado a nivel estatal. "Trabajar de la mano con Podemos es vital, y no sé si el modelo que están siguiendo en Cataluña es el mejor para Galicia", señala Santos.

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Por su parte, Joan Giner, secretario de Política y número dos de Podemos Cataluña, también apuesta por "descentralizar" Podemos y desgrana algunas propuestas, como la de distribuir algunos de los poderes que ahora mismo están concentrados en la Secretaría General o dar mayor protagonismo en la toma de decisiones a los círculos territoriales del partido. No obstante, "ahora el principal debate" en este sentido, explica Giner, "es lo que llamamos la marea morada, una serie de debates que estamos teniendo con los círculos para decidir qué queremos que sea este nuevo sujeto político que estamos construyendo en Cataluña".

Básicamente, asevera el dirigente, las opciones que se manejan son tres, y al menos dos de ellas implicarían variar el actual esquema de funcionamiento entre la dirección autonómica de Podemos y su dirección estatal. La primera propuesta es la menos ambiciosa, y pasa por seguir con el modelo de En Comú Podem y establecer una coalición para las citas electorales entre ICV, EUiA, Barcelona en Comú y Podemos, manteniendo estrictamente la independencia de los cuatro partidos.

El segundo modelo, por el que apuesta Giner, es la creación de una formación unificada que, no obstante, permita a las cuatro organizaciones mantener sus estructuras –algo parecido a IU, donde por ejemplo el PCE o Izquierda Abierta forman parte de la federación pero también tienen sus propios órganos–. Por último, el diseño que promueve mayor integración es el de la creación de un partido único con las estructuras de los cuatro integrantes disueltas, lo que supondría hacer desaparecer la dirección autonómica de Podemos en Cataluña.

La demanda de una mayor descentralización en la toma de decisiones de Podemos toma fuerza. Andalucía abrió la veda esta misma semana al declarar su secretaria general, Teresa Rodríguez, que tenía intención de declarar la autonomía de la rama autonómica de Podemos con respecto de la dirección estatal, pero la exigencia de establecer una organización de corte federal a partir del próximo congreso de Vistalegre II está extendida en territorios tan variopintos como Asturias, la Comunidad Valenciana, Cataluña o Galicia.

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