#MadridSeLevanta: una marea ciudadana vuelve el domingo a la calle contra el "destrozo" sanitario de Ayuso
Con el telón de fondo de la reorganización de las urgencias de atención primaria, cientos de miles de personas —200.000 según la Delegación del Gobierno y 670.000 según los convocantes— recorrieron las calles de Madrid para clamar contra los recortes del Gobierno de la Comunidad y defender la sanidad pública hace ahora tres meses. Fue el 13N, una marcha que mostró el músculo de un movimiento social que incluso algunos han comparado con una nueva marea blanca. Este domingo, el 12 de febrero, el movimiento de barrios y pueblos de Madrid reeditará la protesta. Y esperan que sea incluso más multitudinaria. "El 13N ya nos sorprendió a nosotros mismos. Esperamos que este domingo lleguemos a superarlo", dice Alvar Chalmeta, participante en las movilizaciones del centro de salud de Abrantes, en el barrio de Carabanchel.
Las protestas comenzaron en distritos como el suyo. Allí, la asamblea popular del barrio lleva más de dos años movilizándose por su ambulatorio, que da servicio a una zona de 30.000 habitantes con apenas una decena de médicos. "Antes había 16, ocho por la mañana y ocho por la tarde", recuerda, lamentando "el ritmo de destrucción" de la sanidad pública del distrito del sur de Madrid. No es el único. Según recuerda, sus vecinos vieron, en mayo del año pasado, que los vecinos de Villaverde habían acampado frente al centro de salud de la Ciudad de los Ángeles para recuperar su SUAP —su servicio de urgencias—, y decidieron hacer lo mismo. "Fue entonces cuando empezamos a contactar y a coordinarnos", dice. Ahora son más.
En Manoteras, un local de la asociación vecinal sirve, desde el 19 de enero, como lugar de encierro de profesionales y ciudadanos que apoyan la huelga indefinida de la atención primaria que arrancó el pasado 21 de noviembre. De ahí surgió el movimiento SUME (Servicio Urgente de Encierro Médico), que se espera que próximamente llegue a San Fernando de Henares, Hortaleza, La Latina, Vallecas o Carabanchel, el barrio de Chalmeta, donde quieren que un auditorio "con gran capacidad" sirva de escenario para la inauguración oficial del inicio de los encierros.
Todos estos movimientos vecinales, además de los profesionales, son los que este domingo confluirán en el centro de Madrid. "Hay que actuar local, pero pensar en global", defiende el activista, que lamenta la manera en la que los vecinos están perdiendo su "derecho a la salud". "En Abrantes por ejemplo hay muchas casas que no tienen ascensor, por lo que hay gente mayor que vive aislada, sin poder ir a su centro de salud y sin que el médico de allí pueda visitarlos, porque no hay suficientes", denuncia. Por eso salen a la calle convencidos de que la marcha volverá a ser un éxito.
El formato será similar, aunque el itinerario ha cambiado ligeramente: habrá cuatro columnas —Nuevos Ministerios (zona norte), Plaza de España (zona oeste), Hospital de La Princesa (zona este) y Legazpi (zona sur)— que avanzarán por las calles del centro de la ciudad para confluir en una gran concentración en la Plaza de Cibeles bajo el lema Madrid se levanta y exige Sanidad Pública y soluciones al Plan de Atención Primaria.
Como hace tres meses, apoyos no faltan. Organizaciones vecinales, sindicatos, partidos políticos, asociaciones sanitarias y plataformas de trabajadores se han unido para llamar a la movilización. En este sentido, actores como Juan Echanove, Antonio de la Torre, Carlos Bardem o Juan Diego Botto y cantantes como Rozalén han publicado vídeos en sus redes sociales para anunciar su presencia en la marcha. "Si estás con la sanidad pública, te esperamos, te necesitamos. El domingo 12 de febrero a las 12, concentración por la sanidad pública", clamó el actor ganador de un Goya por su papel en El Reino.
Sin embargo, Chalmeta reclama que el protagonismo sea para los vecinos. "Pedimos a los sindicatos y a los partidos que vengan, claro, cuanta más gente mejor. Lo que no queremos es que patrimonializen una reivindicación popular. Que vayan con sus pancartas y sus banderas, pero detrás", pide. "No hay que pensar en votos, hay que pensar en el derecho a la salud que nos están arrebatando. No queremos centrarnos en el 'Ayuso, dimisión', lo que queremos que la gente entienda es que si no hay médicos, si no hay pediatras, los que perdemos somos todos. Lo que nos moviliza es el destrozo y el sufrimiento de miles de personas", sentencia.
Cambios en las causas concretas, mismos motivos
Se repite la ciudad, casi se repite el recorrido y casi se calca el lema. ¿Y las razones? Las de fondo siguen siendo las mismas, pero las causas concretas y el escenario ha cambiado, aunque sea ligeramente. La atención primaria sigue estando en el centro, pero no ya concretamente por la situación de sus urgencias, sino por su desmantelamiento en general, como denuncian los 4.240 médicos de familia y 720 pediatras que están secundando una huelga que, por ahora, no parece que tenga fecha de fin. "Los médicos tienen tan claros los motivos por los que están secundando la huelga que el ánimo está alto", asegura Ángela Hernández, secretaria general del sindicato y portavoz del comité de huelga.
El principal escollo a superar para desconvocarlo es el mismo que les movilizó: las excesivas agendas que impiden al médico o pediatra tener una buenas condiciones laborales y al ciudadano tener una atención de calidad. Según los datos desglosados el mes pasado en el V Informe de La atención primaria en las comunidades autónomas presentado por la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Madrid aglutina el 50,4% de los médicos de familia de toda España que tienen que atender a más de 2.000 pacientes. Además, el 56,8% atiende a más de 1.500, la cifra que se considera límite para ofrecer un buen servicio.
Por eso el comité, como mínimo, reclamaba que se redujeran las agendas a un máximo de 31 pacientes en el caso de los médicos de familia, para permitir dedicar un mínimo de 10 minutos a cada uno de ellos, y de 21 para los pediatras, con un tiempo de dedicación de 15 minutos, aunque según dijo Hernández a infoLibre, los números eran negociables. La Comunidad de Madrid, frente a ello, propuso poner en marcha el pasado 30 de noviembre un plan piloto para 22 centros de salud en los que los médicos de familia empezarían a dedicar 10 minutos a cada paciente hasta llegar a un máximo de 34 al día, mientras que los pediatras podrían disponer de 15 minutos para alcanzar un límite de agenda diaria de 24 personas.
¿Y qué pasa con el paciente 25 o 35? A partir de ahí, explicó la Comunidad, se generaría una bolsa nueva en cada centro para que otros profesionales pudieran dar respuesta a ese exceso de demanda de manera voluntaria en turno contrario hasta un máximo de 4 horas con una retribución de 50 por cada una, es decir, de 200 euros como máximo.
Sin embargo, desde el comité de huelga declaran no estar convencidos de la propuesta porque todavía no está claro cómo se va a canalizar ese "exceso" de pacientes. Además, como explica Hernández, aunque entienden que estos cambios primero hay que probarlos en pocos centros, consideran que el plan de implantación se alarga demasiado en el tiempo. "Ni siquiera se ha puesto en marcha en esos 22, todavía se está viendo cómo hacerlo, pero a nosotros sobre todo nos preocupa cuándo se hará extensivo al resto de centros. Tenemos 264, 425 contando los consultorios. Hay muchos que ya sufren la sobrecarga y decirles que va a haber una solución en septiembre es como ver a un paciente con una hemorragia y darle cita para tratarla una semana después", lamenta.
Este miércoles, de hecho, expusieron estas cuestiones a la Consejería de Sanidad en la décima reunión entre las partes, que terminó de nuevo sin acuerdo pero con el aspecto "positivo" de emplazarse a un nuevo encuentro para el próximo lunes 13 de febrero. "La huelga indefinida continúa pero al menos salimos con el compromiso de una nueva fecha de negociación", declaró Hernández al término de la reunión.
Por su parte, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, aseguró este jueves en una entrevista en Redacción Médica que "en otras comunidades se han desconvocado huelgas con peores ofertas", declaraciones que Hernández lamenta. "A nosotros no nos permiten compararnos con otras comunidades en las reuniones porque dicen que las situaciones son diferentes, pero luego ellos sí utilizan esos argumentos", critica. "Cuando escuchamos al consejero decir estas cosas es cuando decaen nuestros ánimos", confiesa.
Este jueves, la Asamblea de Madrid rechazó, con los votos del PP y Vox, una proposición de ley de Más Madrid para blindar la atención primaria mediante el establecimiento de un suelo de gasto sanitario en los presupuestos, destinando a este área al menos el 20% del gasto sanitario público, un porcentaje que está cinco puntos por debajo de lo que recomienda la OMS.
Ninguna comunidad lo cumple, las protestas se extienden
Madrid aglutina el 50% de los médicos de familia con más de 2.000 pacientes en sus agendas
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Sin embargo, ninguna comunidad en España llega a ese 25%. Y en una gran parte de ellas se han producido también protestas sanitarias. En Galicia, por ejemplo, la Plataforma SOS Sanidade Pública ha convocado una manifestación también para este 12 de febrero en Santiago de Compostela ante "la grave situación que atraviesa la atención primaria" y "el conjunto del sistema sanitario público gallego". Tendrá lugar en la Praza do Obradoiro de la capital gallega.
En Cataluña, Metges de Catalunya desconvocó su huelga el pasado 1 de febrero después de alcanzar un acuerdo con el Govern que incluía medidas dirigidas a la mejora del tiempo y las condiciones de la atención; optimizar agendas; realizar estudios de carga de trabajo; medidas para desburocratizar consultas; y dotar de más tiempo para formación, investigación y docencia, entre otros. En Andalucía y Extremadura, también al llegar a sendos pactos con los gobiernos autonómicos, los profesionales desconvocaron las protestas que habían protagonizado durante el mes de enero.
En la Comunitat Valenciana, por su parte, el sindicato médico de la Comunitat Valenciana (CESM CV) decidió aplazar los paros para el mes de marzo o abril por la "sobrecarga" del sistema.