Crisis en la eurozona
El Brexit es cosa del señor Cameron
Para mí, como socialista de toda la vida, Europa ha sido siempre una paradoja. Fue creada por progresistas y conservadores católicos en la década de 1950 como respuesta a los nacionalismos que destrozaron Europa en la primera mitad del siglo XX.
Desde luego, nunca fue ni ha sido de izquierdas ni socialista. Hoy Europa está totalmente en manos de los conservadores del Partido Popular Europeo, cuyos funcionarios, desde sus cargos, controlan la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI.
A pesar de todo ello, Europa es el único bloque territorial del mundo en el que los derechos de los trabajadores constan por escrito en los tratados que gobiernan Europa y están confirmados por su tribunal supervisor.
En Norteamérica hay un tratado de libre comercio (NAFTA, por sus siglas en inglés) entre EE.UU., Canadá y México. Sin embargo, en sus disposiciones, excluye todo tipo de derechos sociales. Los camioneros mexicanos llevan sus cervezas Corona a la frontera de EE.UU. con México y allí tienen que descargar las botellas en camiones norteamericanos controlados por el sindicato proteccionista Teamsters, con toda su dudosa historia detrás.
A los trabajadores mexicanos no se les permite participar de la prosperidad que hay más al norte y, en consecuencia, se convierten en emigrantes económicos forzados a entrar ilegalmente en EE.UU.. O recurren a la delincuencia de los narcotraficantes porque, a diferencia de Europa, no hay libre comercio ni libre circulación entre fronteras.
No quiero que proliferen los obstáculos a los camiones británicos conducidos por trabajadores británicos, ni a los productos británicos fabricados por trabajadores británicos, que sería una de las consecuencias si Gran Bretaña deja la UE, tal y como muchos diputados conservadores (tories) creen que debería suceder.
No es un secreto que soy un internacionalista convencido. He visto mucho más apoyo del Parlamento Europeo a grandes causas internacionales de derechos humanos y justicia, desde Palestina a Colombia, que de ningún otro parlamento nacional, incluido el nuestro.
Me opongo a la actual ideología de la austeridad que han impuesto los dirigentes conservadores del Partido Popular Europeo, causando privaciones y perjuicios a muchas naciones europeas, y que en el caso de Grecia ha arrastrado a muchos a la pobreza.
A Alemania se le condonó la deuda en 1953 y a Polonia en 1992, e Irlanda recibió de George Osborne [ex ministro de Finanzas de Cameron] 10.000 millones de euros en 2010 para rescatar a los bancos corruptos y deshonestos.
El castigo impuesto a Grecia para satisfacer la ideología de los economistas enamorados del conservadurismo económico austríaco de principios del siglo XX es vergonzoso. Sin embargo, observo que mis amigos del Pasok y Syriza no apoyan la renuncia al Euro, y mucho menos a la UE. Tampoco Podemos en España. Son siempre los trabajadores y los pobres los que sufren cuando se devalúa su moneda, y el precio de los productos y servicios esenciales aumenta.
Puede que el regreso a una Europa de monedas rivales sea el sueño de los especuladores de fondos de inversión libres (hedge funds) que financian el UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido) y de los comités de expertos euroescépticos. Pero no lo es.
Recomiendo a todo el mundo que lea el libro del catedrático Ian Kershaw To Hell and Back. Europe 1914-1949 únicamente para que hagamos memoria de cómo era la Europa capitalista y nacionalista que cerraba sus fronteras, y cómo fueron las guerras y exterminios de la Europa de la primera mitad del siglo pasado.
Quiero una Europa distinta pero, a diferencia de David Cameron y Nigel Farage, no estoy preparado para arriesgar nuestra participación en Europa, desde la UE hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sólo para complacer a aquellos que sueñan con la vieja Europa de los nacionalismos populistas.
Quiero trabajar con los partidos progresistas y socialistas e intelectuales de Europa, dentro y fuera del gobierno, para elaborar un programa que relance un crecimiento europeo basado en la justicia social y las inversiones productivas.
Gran Bretaña puede aprender de los numerosos ejemplos que hay en la UE sobre la obligatoriedad de la formación, los bancos de inversión, la cooperación social, organizaciones sindicales poderosas y otras medidas que promueven la justicia social y disminuyen el codicioso credo que empuja a los tories de hoy.
Y cuando recuerdo la historia de la década de 1930 y escucho a los conservadores del Partido Popular Europeo, como el partido Fidesz de Hungría, negándose a aceptar a los refugiados, me preocupa que el ascenso de una Europa nacionalista y xenófoba que cierra sus fronteras esté más cerca de lo que creemos.
Esta es la razón por la que, a pesar de mis numerosas reservas sobre ciertos aspectos de la gobernanza de la UE, no apoyo la postura de hostilidad perpetua adoptada por el triunvirato Tory-Ukip-Daily Mail hacia EuropaDaily Mail que hemos visto crecer en poder e influencia durante este siglo.
El UKIP es una ramificación del Partido Conservador y todo lo que Nigel Farage dice acerca de Europa ya lo han dicho los conservadores más veteranos en los últimos 15 años.
Si hay peligro de que el Reino Unido salga de la UE –y lo hay– la culpa reside directa y completamente en William Hague, Iain Duncan Smith y David Cameron y la prensa de su propiedad por crear tanta animosidad y aversión hacia la UE en los últimos años.
A Margaret Thatcher le gustaba citar a Clement Attlee, que llamaba a los referéndums “el recurso de los dictadores y demagogos”. El referéndum sobre el Brexit de David Cameron anunciado en 2013 fue una estratagema cínica y oportunista para intentar recuperar los votos anti Unión Europea que habían pasado del Partido Conservador a UKIP.
Ahora Cameron se arriesga no sólo al aislamiento de Gran Bretaña de Europa, sino a crear una nueva Gran Bretaña aislacionista que perderá influencia y autoridad en todos los foros mundiales.
No quiero que eso ocurra. Pero el clamor de la CBI [Confederación de la Industria Británica], la City y otros grupos empresariales por un debilitamiento masivo de los derechos de la Europa Social, tal y como efectivamente existen en el Reino Unido gracias a nuestra pertenencia a la UE, sin duda empujará a muchos millones de trabajadores y a sus sindicatos a votar por dejar la UE.
Si David Cameron regresa de la UE con un acuerdo que incluye la reducción de los derechos laborales, ¿qué hace un partido que representa el mundo laboral?
La pelota está claramente en el campo de David Cameron, que ha ayudado a alimentar las pasiones antieuropeas en Gran Bretaña desde que el Partido Laborista llegó al poder en 1997. Ha reclamado repetidamente el fin o el debilitamiento de la Europa Social en Gran Bretaña. Ha convocado este innecesario y peligroso plebiscito por razones oportunistas. David Cameron está presentando a Gran Bretaña como una de las principales naciones mundiales; eso incluye formar parte de una UE socialmente más justa, centrada en el crecimiento, reformada y moderna.
Si el resultado de la votación del referéndum es el aislamiento de Gran Bretaña, la responsabilidad residirá totalmente en David Cameron. El Partido Laborista apoyará la pertenencia a una UE que defiende la democracia, los derechos humanos, la solidaridad internacional y el juego limpio para los trabajadores.
Este referéndum innecesario ha sido convocado por Cameron y sólo él puede perderlo. El Partido Laborista no puede ganarlo por él. La responsabilidad de mantener a Gran Bretaña en Europa reside en el señor Cameron, en nadie más.
Corbyn rechaza la etiqueta de radical y aboga por una sociedad “más decente y democrática”
Ver más
Traducción: Paloma Farré