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Podemos busca marcar perfil propio en la precampaña alertando del 'riesgo' de un pacto PSOE-Ciudadanos

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Las elecciones generales no están aún convocadas oficialmente –el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, disolverá las Cortes el 5 de marzo–, pero desde que se anunció que los comicios se celebrarán el 28 de abril los partidos han activado ya sus estrategias de precampaña. Y, en el caso de Unidos Podemos, esta estrategia pasa por marcar diferencias con el PSOE, a quien hasta ahora apoyaba en el Congreso, y con algunos de sus socios de esta legislatura, como Compromís, con quien la coalición morada chocó este miércoles a raíz de las críticas de la formación valenciana por su posición en la comisión del Pacto de Toledo.

El anuncio de Pedro Sánchez de que convocará elecciones, hecho público el viernes pasado, ha sido el pistoletazo de salida para que comiencen las hostilidades entre partidos que, hasta hace apenas unas semanas, eran aliados más o menos formales. Ha ocurrido en la derecha, donde PP, Ciudadanos y Vox llevan ya días buscando banderas exclusivas o señas de identidad que les permitan exhibir sus diferencias después de una foto, la de la manifestación en Colón, en la que mostraron una unidad de acción poco conveniente de cara a rascar votos en las elecciones. Y también ha comenzado a ocurrir en la izquierda.

El pasado viernes, Unidos Podemos ya ofreció los primeros trazos de la dirección que va a seguir su discurso de precampaña. La coalición morada afirma desde hace días que las medidas sociales implementadas por el Gobierno de Sánchez en los escasos ocho meses en los que ha estado en la Moncloa, entre ellas la subida del salario mínimo a 900 euros o el fallido proyecto de Presupuestos Generales del Estado, solo han existido porque Podemos ha tirado del PSOE a la izquierda, ya que los socialistas "nunca hubieran implementado por voluntad propia" medidas de carácter social.

Irene Montero, número uno provisional del partido morado durante el permiso de paternidad de Pablo Iglesias, está siendo la máxima encargada de defender este discurso para marcar perfil propio de cara a las próximas elecciones. Lo hizo el pasado viernes, en la rueda de prensa que convocó para valorar el adelanto de las elecciones al 28 de abril. Lo hizo, asimismo, el pasado domingo, en una entrevista en La Sexta Noche. Y lo volvió a hacer este miércoles, en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, en la que subió un tono el nivel de sus críticas al Ejecutivo y lo acusó de no ser "de fiar".

La intervención de Montero ante el pleno fue un perfecto resumen de los mensajes que Podemos está tratando de promover en los primeros días de precampaña. "Lo más importante que ha ocurrido en estos meses son unos Presupuestos que ustedes jamás habrían presentado en solitario, nosotros les hemos arrancado cambios muy por encima de sus posibilidades", aseguró la portavoz de Unidos Podemos, que insistió en que "todo el mundo sabe en este país, hasta quien no nos vota, que si tiene que haber un Gobierno que mejore la vida de la gente y [que sirva para que] ninguna de las tres derechas de Colón gobierne, ese voto útil es el voto a Podemos".

"Todo el mundo sabe que, si usted lo necesita, va a volver a pactar con estos señores" de Ciudadanos, denunció igualmente Montero, que acusó a Sánchez y el PSOE de no ser "de fiar" por la limitación impuesta por el Gobierno a los ministerios, por la cual, al haberse prorrogado los presupuestos, tienen que pedir permiso a Hacienda si su gasto excede el 50% de lo destinado a su departamento. "Ustedes han traído los recortes por la puerta de atrás a este país", porque "cuando creen ustedes que nadie les ve se comportan como el PP del señor Montoro, exactamente igual", sostuvo la portavoz.

La pelea con Compromís

Pero Unidos Podemos no solo tiene que marcar perfil propio ante los socialistas, con quienes competirán en toda España y ante los que Montero quiere extender el mensaje de que la coalición morada es imprescindible para que el PSOE no se escore hacia la derecha. La ruptura de las confluencias gallega y valenciana con las que Unidos Podemos se presentó a las generales de 2015 y 2016 parece más próxima que nunca, por lo que Podemos –junto a IU y Anova– tendrá que competir con la En Marea controlada por el exjuez Luís Villares en Galicia e, igualmente –y si las cosas no cambian en las próximas semanas–, concurrirá en una candidatura separada a la de Compromís en la Comunitat Valenciana.

Las relaciones con el partido valencianista llevan siendo algo frías desde el inicio de la legislatura, cuando Compromís decidió que sus diputados se integrasen en el Grupo Mixto en lugar de en el de Unidos Podemos después de que la coalición À la valenciana no pudiera conformar un grupo parlamentario propio. Pero en los últimos días la ruptura de la alianza, al menos la electoral, ha quedado escenificada en el choque que han mantenido Unidos Podemos y Compromís a raíz de la decisión de la coalición morada de presentar votos particulares en todas las recomendaciones que se estaban negociando en la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, en lugar de seguir negociando el borrador que se estaba discutiendo.

Fue Ignasi Candela, diputado de Compromís, quien abrió la espita al criticar en Twitter que "algunos", en referencia a Unidos Podemos, "deberán explicar por qué rechazan IPC, garantizar pensiones dignas acorde a la Carta Social Europea, terminar déficit de la SS en 2025" o acabar con la "brecha salarial". La portavoz parlamentaria adjunta de Unidos Podemos, Ione Belarra, respondió acusando a Candela de "ser el recadero del PSOE" y de "mentir", mientras que Pedro Honrubia, responsable de Discurso de Podemos, aseguró que al diputado se le "va la pinza de las manos". Montero, por su parte, aseguró que el movimiento de Unidos Podemos en la comisión del Pacto de Toledo se debió a que el borrador que se estaba negociando no garantizaba los derechos de los pensionistas y apoyarlo sólo tendría por objetivo "hacerse una foto electoral".

"La gente tiene memoria"

Fuentes del equipo de Discurso de Podemos explican que, de cara a la precampaña, la formación morada va a intentar que se visualice un escenario alternativo al de que las elecciones son una batalla entre el bloque de la derecha y el conformado por el PSOE y Unidos Podemos. "Ese es el marco que le interesa al PSOE, pero con él pueden hasta llegar a un pacto con Ciudadanos y venderlo diciendo que es un frente contra la ultraderecha", sostiene un dirigente, que afirma que el discurso de Podemos tratará de reflejar que existe un "doble peligro" de que se "cierre la ventana de oportunidad abierta el 15-M: un gobierno de las tres derechas, pero también uno PSOE-Ciudadanos".

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"La gente tiene memoria, y el PSOE no va a tener tan fácil que se olvide lo que ha representado en los últimos años y, especialmente, en la última década", apuntan estas mismas fuentes, que sostienen que el discurso de "que vienen las tres derechas" no puede ser óbice para que Podemos no critique durante la precampaña y la campaña las "contradicciones" del PSOE. No obstante, los dirigentes consultados entienden que esta estrategia no va a ser especialmente perjudicial para Podemos, ya que el PSOE "ha adoptado la actitud de no responder" a las críticas de la formación.

Sin embargo, Juan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencias Políticas de la Universitat de València, no hace una lectura tan positiva para los intereses de Unidos Podemos. "Tienen una mala posición para hacer campaña hagan lo que hagan, la verdad", sostiene el experto, que asegura que los ocho meses del PSOE en la Moncloa le han servido a Pedro Sánchez para hilvanar un relato en el que él es el protagonista del cambio de Gobierno. "Y, además, se ha empezado a apropiar de parte de la agenda económica de Podemos", lo cual perjudica a la formación morada.

"Al parecer que ahora es más factible la vuelta de la derecha al Gobierno, el PSOE puede reclamar la concentración del voto, y ante eso intentar distinguirte" criticando a los socialistas "crea dudas" entre el electorado, considera Rodríguez Teruel, ya que "si Unidos Podemos no garantiza en campaña un gobierno del PSOE, se puede transmitir la idea de que su actitud beneficia a la derecha". "La principal esperanza de Unidos Podemos es que las encuestas desinflen durante la campaña el riesgo de victoria" del bloque conservador, afirma el experto, porque entonces las posibilidades de que el PSOE apele al voto útil con éxito disminuyen. "Y ahí Unidos Podemos sí podría reclamar un voto de afirmación de la izquierda" de manera más efectiva, plantea.

Las elecciones generales no están aún convocadas oficialmente –el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, disolverá las Cortes el 5 de marzo–, pero desde que se anunció que los comicios se celebrarán el 28 de abril los partidos han activado ya sus estrategias de precampaña. Y, en el caso de Unidos Podemos, esta estrategia pasa por marcar diferencias con el PSOE, a quien hasta ahora apoyaba en el Congreso, y con algunos de sus socios de esta legislatura, como Compromís, con quien la coalición morada chocó este miércoles a raíz de las críticas de la formación valenciana por su posición en la comisión del Pacto de Toledo.

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