Carlos Martínez, un alcalde de récords y la voz contra la despoblación para disputar la hegemonía del PP
“No voy a ser muy original, porque si digo ahora que no, fíjate la que liamos”. Carlos Martínez, cinco veces alcalde de Soria, se ha presentado este miércoles como candidato a liderar el PSOE de Castilla y León exhibiendo la cercanía que nadie le niega. Fue el alcalde más joven de una capital de provincia con 34 años, el único regidor socialista con mayoría absoluta en una capital de provincia en 2023 y el segundo alcalde español, después de Pascual Maragall, en pronunciar un discurso en el Plenario de las Naciones Unidas en Nueva York como presidente de la organización mundial CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos). Carlos Martínez Mínguez (Soria, 1973) es un municipalista que desdeña lo que llama “nacionalismos de campanario”, en referencia a los nuevos partidos localistas como Soria Ya. Defiende la vocación internacional de la izquierda y que el futuro de los lugares pequeños se juega en la gestión de los fondos europeos que se dirime en Bruselas y Madrid.
“Es un alcalde viajero que ha conectado internacionalmente. Una persona que se dio cuenta de que difícilmente se podía actuar bien a nivel local si no se comprendía la política territorial europea. En la superación constante que le caracteriza ha comprendido que el desarrollo, sea municipal o autonómico o estatal, no puede prescindir de un contexto internacional cada vez más complejo, que hay que hacer de lo local algo trascendental, sin localismos”, explica a infoLibre Mercedes Molina Ibáñez, catedrática emérita de Geografía Humana en la Universidad Complutense de Madrid y “soriana militante” que trabaja con Martínez en la lucha contra la despoblación desde hace una década en foros internacionales.
La puesta de largo del alcalde como previsible nuevo líder del PSOE de Castilla y León este miércoles fue un libro abierto sobre quién es este político: la hizo desde la sede del partido en Soria, habló con claridad y sorna, y se refirió en varias ocasiones a “los medios nacionales” para pasar cuentas. El socialista habló más de visibilidad que de victorias electorales. Dijo que quiere ver a Castilla y León y sus problemas “en las páginas pares de la prensa”. “Cuando estoy diciendo que el PSOE de Castilla y León tiene que, de alguna forma, aparecer en el ámbito nacional y en el ámbito europeo, estoy diciendo que Castilla y León necesita aparecer en el escenario nacional y europeo. Donde se está jugando gran parte del futuro de Castilla y León es en Europa y en cómo se desarrollan los fondos europeos desde Madrid, y Castilla y León no está asistiendo a esos debates”, dijo.
Martínez aspira a disputar la hegemonía de casi 40 años del PP en la Junta de Castilla y León con apenas un año de margen hasta las próximas autonómicas y sin moverse de la alcaldía. Tendrá que hacer oposición a Alfonso Fernández Mañueco sin ser procurador en Cortes y liderar el Partido Socialista de la Comunidad más extensa del país desde la agrupación provincial más pequeña. Según su analogía, todas estas piezas encajan: “Soria es a Castilla y León lo que Castilla y León es a España”. El cambio de signo político que pide para Castilla y León, sin embargo, no lo quiere para Soria ciudad tras casi dos décadas de su gobierno socialista: “Aquí no lo veo, no”, fue una de sus respuestas rápidas e irónicas en la rueda de prensa.
Su perfil de político de izquierdas capaz de gobernar una ciudad de tradición conservadora como Soria es una de sus bazas como futuro candidato al Gobierno de una autonomía con ese perfil sociológico. “Cualquier candidato socialista sabe que la batalla aquí no se gana por la izquierda, sino arrebatando votos del centro. En ese sentido, el PSOE presenta con Martínez un candidato ganador, capaz de convencer en una tierra de conservadores”, indica a infoLibre, Álvaro Sánchez, politólogo e investigador de la Universidad de Salamanca. La otra cara de su perfil que le beneficia es su conocimiento y militancia en el asunto crucial de la despoblación. “Presentan a una persona muy bien preparada en una cuestión fundamental en esta Comunidad y que preocupa a la sociedad. Se le considera un experto en políticas de despoblación”, valora el académico. Y añade una tercera ventaja de Martínez: “A Tudanca se le criticó por ser cercano al leonesismo y, por lo pronto, este candidato se posiciona más en la unión de la Comunidad en torno a preocupaciones comunes como despoblación y desindustrialización y no tanto en temas identitarios o culturales”.
“Ni pedrista, ni sanchista, ni tudanquista”
A Martínez es difícil clasificarlo en clave interna del partido. Con humor, llegó a decir de sí mismo en su momento que es “gafe” porque nunca apuesta a caballo ganador: primero con Carme Chacón frente a Alfredo Pérez Rubalcaba y después con Susana Díaz frente a Pedro Sánchez. “Yo no entiendo que sea el candidato de Ferraz ni de nadie, no soy pedrista, ni sanchista, ni tudanquista; soy socialista”, afirmó en su presentación. Y también dijo que se postulaba sin haber hablado con el presidente del Gobierno. No abundó en discrepancias pero sí la dejó caer: “Hemos pasado de ser los críticos a ser los favoritos”.
A Luis Tudanca le agradece haber facilitado todo echándose a un lado y la lealtad que se han tenido a pesar de “haber estado en diferentes trincheras en los diferentes procesos orgánicos”. El socialista burgalés se fue sin reproches y el soriano llega sin críticas, pero también sin ambages: habla de “revulsivo”, de “giro”, de “cambio de rumbo” y de “rearme ideológico” para conseguir “el préstamo de confianza” de una sociedad conservadora como la de Castilla y León. Cree que es posible exportar el hito y el modelo de Soria al conjunto de las nueve provincias. “Pesa la responsabilidad y la magnitud del reto, pero no me quiero resignar, ni quiero que la sociedad de Castilla y León se resigne a ese mantra falso, que ya oímos tantas veces en la Soria de antes, de que Castilla y León es de derechas. Ni Soria es de derechas, y lo está demostrando, ni Castilla y León es de derechas si somos capaces de poner un proyecto político que consiga ilusionar a la ciudadanía y ganar su confianza”.
La cercanía y la polémica del papamóvil
El PSOE revoluciona sus liderazgos en Andalucía y Castilla y León para el nuevo ciclo electoral
Ver más
“Cuando Carlos Martínez habla se le entiende, y ese es un gran valor en política. Su cercanía es indiscutible”, comenta Fernando Pablos Romo, procurador socialista por Salamanca que conoce al candidato desde que comenzó como alcalde en Soria. Natural de La Barriada, un barrio popular, Martínez nunca ha delegado la responsabilidad de Festejos en el Ayuntamiento desde que debutara con esa cartera en la política municipal en 1999. En las fiestas de San Juan una estampa típica es verle manteado.
Esa cercanía, sin embargo, le jugó una mala pasada el pasado verano, cuando durante las fiestas del pueblo de Tardelcuende se subió sobre un turismo en el que estaba instalado un sillón con una carpa blanca a modo de papamóvil y se puso a bendecir a los presentes con una escobilla de baño. A raíz de esa escena, recuperada ahora por la derecha con motivo de su salto a la política autonómica, Abogados Cristianos le llevó ante los tribunales por “escarnio o vejación de los sentimientos religiosos”. Martínez pagó 100 euros de multa por infracción contra la seguridad vial, pidió disculpas y dijo que no supo calibrar en ese momento la repercusión.
A partir de ahora deberá equilibrar la cercanía que le ha dado tanto rédito como alcalde con la lupa pública que tendrá encima como la nueva apuesta del socialismo en Castilla y León. Y su dedicación a Soria con componer su proyecto para el partido en toda la Comunidad y seguir siendo una voz contra la despoblación como vicepresidente de la comisión de internacional de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).