Carolina Alonso: "Vox es la excusa y el escudo de Ayuso"

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Carolina Alonso (Gijón, 1980), hija de trabajador del sector naval y auxiliar de enfermería, dio el salto a la arena política madrileña en las elecciones de 2019. Durante su primera etapa en la Asamblea regional, fue la voz de Unidas Podemos en todas aquellas cuestiones relacionadas con la vivienda, la cultura o el turismo. Dos años después, es la cara visible del grupo parlamentario en la Cámara de Vallecas. Tras la salida de Pablo Iglesias e Isabel Serra, ella ha sido la que ha asumido la labor de portavocía. Lo hace con ilusión, pero también siendo consciente de la enorme "responsabilidad" que tiene encima. Y, por supuesto, con una carga de trabajo ingente: "Como somos un grupo parlamentario relativamente pequeño, tenemos muchísimo trabajo. Es todo un poco frenético y tampoco tienes mucho tiempo para agobiarte", reconoce.

En entrevista con infoLibre, la portavoz parlamentaria de Unidas Podemos cree que la izquierda no supo leer bien el momento de cara a las elecciones autonómicas del 4M, en las que la conservadora Isabel Díaz Ayuso pasó por encima de todo el bloque progresista. Tanto es así que la aritmética parlamentaria que terminaron dibujando aquellos comicios hace extremadamente complejo que los tres partidos de la izquierda puedan sacar adelante iniciativas. Todo pasa por Vox. Y con la ultraderecha, dice, no se puede contar. "Han demostrado que están aquí para hacer seguidismo de Ayuso". Con la vista puesta en 2023 cree fundamental trabajar intensamente, comenzar a armar una "alternativa" fuerte, utilizando para ello los ayuntamientos en los que los morados gobiernan. Y hasta ahí puede leer. De caras, por el momento, mejor no hablar.

Unidas Podemos planteó como factor clave para una victoria del bloque de izquierdas en las urnas una participación masiva. Se registró una afluencia histórica, pero Isabel Díaz Ayuso arrasó. Dos meses después, ¿qué diagnóstico hacéis de aquello? ¿En qué fallaron las fuerzas progresistas?

Ayuso, que convocó unas elecciones de manera irresponsable, vio una ventana de oportunidad aprovechando un periodo de cansancio pandémico. Utilizando una campaña llena de mentiras y propaganda lo que hizo fue vender una ilusión a la ciudadanía de salida de la pandemia.

No obstante, yo creo que hay que hacer cierta autocrítica desde el bloque progresista, porque ninguno de los candidatos que se presentaron consiguió batir a Ayuso. Ahora, lo que necesitamos presentarle a la ciudadanía en 2023 es una alternativa de región. No nos podemos quedar solo en una labor de fiscalización y oposición parlamentaria. A la gente se le gana con ilusión y hay que mostrarles que otra forma de gobernar es posible. En la Comunidad de Madrid, hay muchísimas personas que ya viven bajo un gobierno del cambio. Estamos gestionando de manera diferente y eso lo está notando la ciudadanía a nivel local. Y eso es justamente lo que tenemos que mostrar, que aquí y ahora se pueden hacer las cosas de otra forma.

Pero en todos esos municipios en los que estáis gobernando el PP arrasó en las autonómicas, aunque el bloque de izquierdas consiguiese imponerse en votos en algunos de ellos.

Sí, porque creo que ninguna fuerza progresista basó su campaña en eso, en mostrar los logros y en dar una alternativa de región. Nosotras necesitamos ir por ahí, además de denunciar la campaña de mentiras y propaganda. La señora Ayuso lleva utilizando las instituciones madrileñas dos años de manera torticera para medrar dentro del PP y crearse su propio perfil confrontando con el Gobierno del Estado. Y ha usado bien los medios de comunicación. También, porque los financia debidamente. De hecho, esta semana descubrí un patrocinio de 50.000 euros a Okdiario por unas jornadas de un día. Eso no es ni ético, ni estético, ni tiene un pase. Lo único que le faltaba a la señora Ayuso era controlar Telemadrid, y es lo que ha hecho a la primera de cambio.

Las elecciones han dibujado una aritmética parlamentaria compleja. El PP tiene más escaños que todo el bloque de izquierdas junto, suma mayoría absoluta con Vox y controla la Mesa de la Asamblea. ¿Qué margen tenéis a la hora de hacer oposición a Díaz Ayuso?

El que nos deja la institución. Nosotros lo que primero tenemos que hacer, más allá de las aritméticas parlamentarias, es mostrar a la ciudadanía lo que está sucediendo en el Gobierno de la Comunidad de Madrid, cómo están gestionando. Todo eso ha pasado a un segundo plano porque ella ha creado un ambiente diferente donde se hablaba de lo que ella quería. Ha sabido colocarse muy bien en el papel de víctima y desviar la atención de su gestión real.

Sí, pero al final al ciudadano se le convence con políticas concretas. Y con la actual aritmética parlamentaria, todo tiene que acabar pasando por Vox. ¿Estáis dispuestos a abrir vías de negociación con la ultraderecha para lograr sacar adelante determinadas iniciativas?

El papel de Vox es de excusa y escudo de la señora Ayuso. Han demostrado que no están aquí para fiscalizar al Gobierno, sino para hacer total seguidismo de la señora Ayuso sin pedirle prácticamente nada a cambio. Ha evitado que se reabriese la comisión de residencias, ha dejado que Ayuso convierta Telemadrid en Teleayuso... En este sentido, no se puede contar con Vox. 

Comenta que no se puede contar con Vox, que hace “seguidismo” de Ayuso. Entonces, entiendo que la izquierda asume que, a nivel parlamentario, está atada de pies y manos en estos dos próximos años.

Hombre, atada de pies y manos tampoco. Hay mucha labor que hacer. Estamos trabajando intensamente para llevar propuestas y enseñarlo a la ciudadanía, para fiscalizar todo lo que esta señora está haciendo. Y en el momento en el que veamos que algo es susceptible de llevarse a los tribunales, se llevará. No es una legislatura perdida. Hay mucho trabajo que hacer, sobre todo ahora con la llegada de los fondos europeos, que es una cuestión que a nosotros nos preocupa.

¿Cuáles son los principales ejes de oposición en los que se centrará el grupo durante la legislatura?

La primera propuesta que llevamos a la Asamblea de Madrid era para que se cumpliese la sentencia judicial que indicaba que la Comunidad de Madrid tenía que revertir la venta de las casi 3.000 viviendas del Ivima, ilegítima e ilegal. Es evidente que la vivienda es un tema troncal, y ese va a ser uno de nuestros ejes, junto a los fondos europeos, el modelo de región y la defensa de los servicios públicos.

Desde que se convocaron elecciones, las tres principales formaciones de izquierdas apostasteis por la unidad. ¿Es una fórmula que mantendréis a la hora de hacer oposición?

Yo creo que sí. Hacer frente común y aunar fuerzas, aunque seamos partidos con proyectos y estilos muy diferentes, ya era una fórmula que veníamos aplicando en la pasada legislatura.

En las elecciones del 4M, los trabajos demoscópicos indican que Unidas Podemos tuvo una fuga de votos hacia Más Madrid. ¿Teméis que hacer esta labor de oposición en bloque pueda terminar invisibilizando al grupo y haciendo que vuestro trabajo lo acaben rentabilizando los dos partidos más grandes de la izquierda a nivel regional?

Coordinarse no es hacer oposición en bloque ni decir y hacer lo mismo. Nosotros estamos teniendo nuestra propia línea y no vamos a diluirnos en el grupo progresista, ni mucho menos. Además, con respecto a la legislatura anterior traemos mucha más fortaleza. Primero, porque tenemos tres diputados más. Y luego, porque contamos con incorporaciones de la sociedad civil muy valiosas.

La Asamblea de Madrid ya ha dado luz verde a la reforma de la radiotelevisión pública y el Gobierno ha aprobado el nombramiento de José Antonio Sánchez como nuevo administrador provisional. Usted, hace un par de semanas, se mostraba a favor de “luchar” contra lo que tildó de “cacicada”. ¿Cómo piensan hacerlo?

Creemos que ahora necesitamos poner un recurso al Constitucional. Instamos al PSOE, que es el que tiene los diputados y senadores suficientes para hacerlo, a que lo haga.

¿Considera que hay margen jurídico para plantear el recurso? ¿Lo habéis estudiado a nivel grupo?

Es una obligación hacerlo. Luego, los tribunales dirán.

PP y Vox han tumbado la posibilidad de retomar los trabajos de investigación sobre las muertes en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la primera ola de la pandemia. El PSOE, a la vista de lo que ha sucedido, ya ha puesto en marcha una suerte de comisión paralela en forma de jornadas. ¿Qué plan tiene Unidas Podemos para evitar que se termine asentando la idea de que aquellos fallecimientos fueron inevitables?

Nosotros trabajamos para evitar ese desastre, por ejemplo con la denuncia que presentó el Ayuntamiento de Alcorcón para medicalizar las residencias, algo que no se hizo a pesar de que los tribunales nos dieron la razón. La comisión de investigación era una obligación para con los miles de familiares de los fallecidos. Nosotros pensábamos que desde un punto de vista democrático era imposible que no se reabriese. Ayuso y Monasterio se pasaron toda la campaña diciendo que el desastre de las residencias era culpa de Pablo Iglesias. Entonces, ¿qué miedo tienen a que se reabra? Lo que pasa es que tienen miedo a que se descubra la verdad.

Desde Unidas Podemos no nos vamos a rendir. Estamos teniendo muchísimo contacto con las asociaciones para movilizarnos y exigir que continúe, porque es un clamor. Además, hay que recordar que estábamos en un punto álgido de esa comisión: estaban saliendo los protocolos de no derivación a hospitales, la operación Bicho...

¿Os da miedo el hecho de quedar como una oposición no propositiva, como una fuerza antagónica a Vox centrada solo en confrontar con la extrema derecha?

Nosotros no confrontamos con Vox, proponemos una alternativa de región. De hecho, hemos llevado varias propuestas en positivo a la Asamblea de Madrid. Tras el asesinato de Samuel, y viendo que habían aumentado los delitos y las agresiones de odio en la Comunidad de Madrid, hemos planteado que se refuerce el presupuesto de la oficina contra la lgtbifobia, que se creen unidades dentro de la Policía Local especializadas en LGTBI o que se ofrezca formación en la Policía Nacional. Todo un paquete presentado en positivo.

¿Corre riesgo la Comunidad de Madrid de convertirse en un agujero lgtbifóbico?

Sí. Si seguimos poniendo en el punto de mira a colectivos vulnerables, con esos discursos del odio que hemos escuchado en la Asamblea de Madrid por parte de la ultraderecha pero aplaudidos por Ayuso, corremos el riesgo de que eso se transforme en violencia callejera, que es lo que esta sucediendo. Por eso, alertamos de que ese tipo de discursos contra el colectivo LGTBI, los migrantes o las mujeres víctimas de la violencia machista no deberían tener cabida en las instituciones democráticas.

¿Cree que Ayuso se atreverá a tocar las leyes LGTBI?

Yo creo que sí. Ella nunca se ha demostrado defensora de esas leyes. Y seguramente, en su pacto con Vox, entre al trapo de las pretensiones de la ultraderecha.

En menos de dos años, los madrileños volverán de nuevo a las urnas y en Unidas Podemos no hay, por el momento, ningún liderazgo claro a nivel autonómico. ¿Hay tiempo para preparar un perfil fuerte de cara a la contienda de 2023?

Nosotros ahora estamos en la fase de construcción de una alternativa, de fortalecimiento. Hemos crecido mucho en cuanto a militancia e inscritos en los últimos tiempos, se han incorporado muchísimas personas a la organización. Y, en ese sentido, tenemos mucha implantación territorial. Estamos más en esa fase que en la de caras o liderazgo.

¿Hay sintonía dentro del grupo parlamentario, principalmente con la parte de IU?

Sí, sí la hay. La relación es excelente y, de hecho, hemos estado hablando mucho durante los últimos tiempos. No hay ningún problema.

No sentó bien que ninguna de las dos diputadas de IU ocupase un puesto como portavoz adjunta, a diferencia de lo sucedido en la anterior legislatura.

En la anterior legislatura había un acuerdo en el que se especificaba eso, pero en el nuevo para estas elecciones era algo que no se especificaba. La coralidad y la visibilidad no es solo ser portavoz adjunta, sino tener visibilidad dentro de la Asamblea de Madrid. Y, desde luego, las dos compañeras van a tenerla. Vanessa Lillo va a llevar Sanidad y Telemadrid, dos carteras muy importantes en un momento como el actual. Sol Sánchez se encarga de Hacienda y Economía, también claves en un momento en el que se va a hablar mucho de presupuestos y fondos europeos. Imagínate la visibilidad que van a tener. Yo creo que, todo esto, está muy bien compensado.

¿Se ve con fuerzas para presentarse de cara a 2023?

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Estaré donde digan los inscritos y las inscritas. Parafraseando a Pablo Iglesias, un militante tiene que estar allá donde es más útil para la ciudadanía.

Sí, pero al final el partido se decantará o no por usted si da o no un paso al frente. ¿Asumiría esa responsabilidad? ¿Le gustaría?

No estoy pensando en eso, estoy pensando en la Asamblea de Madrid, en el proyecto de Unidas Podemos y en plantar una alternativa a Ayuso. Para las elecciones todavía queda mucho tiempo.

Carolina Alonso (Gijón, 1980), hija de trabajador del sector naval y auxiliar de enfermería, dio el salto a la arena política madrileña en las elecciones de 2019. Durante su primera etapa en la Asamblea regional, fue la voz de Unidas Podemos en todas aquellas cuestiones relacionadas con la vivienda, la cultura o el turismo. Dos años después, es la cara visible del grupo parlamentario en la Cámara de Vallecas. Tras la salida de Pablo Iglesias e Isabel Serra, ella ha sido la que ha asumido la labor de portavocía. Lo hace con ilusión, pero también siendo consciente de la enorme "responsabilidad" que tiene encima. Y, por supuesto, con una carga de trabajo ingente: "Como somos un grupo parlamentario relativamente pequeño, tenemos muchísimo trabajo. Es todo un poco frenético y tampoco tienes mucho tiempo para agobiarte", reconoce.

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