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Casado perdió al inicio de la pandemia la confianza de la mayoría de sus votantes y aún no la ha recuperado

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Apenas el 47,6% de los ciudadanos que hace dos años votaron al PP en las elecciones generales de noviembre de 2019 preferiría que Pablo Casado fuese el presidente del Gobierno en estos momentos. 

Este indicador del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que el instituto de estudios de opinión publica mensualmente en forma de barómetro después de preguntar telefónicamente a una cifra cercana a las 4.000 personas, revela que Casado genera menos confianza entre su propio electorado que el presidente Pedro Sánchez en el PSOE (52,9%), que la vicepresidenta Yolanda Díaz entre los de Unidas Podemos (54,1%) y sobre todo que Santiago Abascal entre los electores de Vox (63,87%).

No es una situación nueva. Si se compara la evolución de este indicador desde las elecciones de noviembre de 2019 se hacen visibles las dificultades que Casado está teniendo para ganarse el afecto de las personas que votaron por el PP hace dos años.

El histórico del CIS revela que el líder del PP comenzó la legislatura con cifras muy estimables en relación con la opinión que merecía a sus propios electores: un 74,7% en enero de 2020, un 72% en febrero y un 65,8% en marzo, el mes en el que estalló la pandemia de la covid-19. 

El dato es peor que el de Sánchez por esas mismas fechas (entre un 78 y un 81,1%), pero el líder del PSOE acababa de ganar las elecciones y había logrado desbloquear la situación política después de casi un año de parálisis institucional, lo que le situaba en una posición de ventaja.

El declive de Casado entre sus propios votantes empieza con la pandemia. En abril, habiendo votado todavía a favor de los estados de alarma, aún había un 56,4% de los electores del PP que le preferían como presidente del Gobierno. Pero a partir de mayo Casado se instala por debajo del 50%. El resto del año 2020 se mueve entre el 48,7% de mayo y el 43,9% de noviembre.

Las cifras del CIS demuestran hasta qué punto la confianza de sus votantes está vinculada a las circunstancias electorales y a su capacidad a la hora de trasladar la idea de que es una alternativa de gobierno. 

Un buen ejemplo es lo ocurrido en 2020. En marzo, justo después de desastre electoral sufrido por el PP en Cataluña después de una campaña en la que Casado se implicó personalmente, la confianza tocó fondo: apenas un 38,8% de quienes habían votado candidaturas de su partido en las últimas generales preferían que estuviese en la Moncloa en vez de en la oposición.

Del mismo modo, pero en sentido contrario, Casado obtuvo sus mejores cifras en este indicador en lo que va de 2021 en mayo, impulsado por la victoria de Isabel Díaz Ayuso en las autonómicas de la Comunidad de Madrid, y en octubre, justo después de celebrar en València la convención nacional del PP que le mantuvo en el foco de los medios de comunicación durante una semana. En ambos casos logró superar la barrera del 50%: 52,9% en mayo y 54,9% en octubre aunque, como ha mostrado el barómetro de noviembre publicado hace unos días, al cabo de unas pocas semanas la confianza de sus propios votantes en Casado ha vuelto a caer al 47,6%.

Tampoco Ayuso

Ese barómetro revela que al 17,1% de quienes votaron por el PP en 2019 no le gusta ninguno de los actuales principales líderes políticos españoles para ocupar el cargo de presidente del Gobierno. Ni siquiera Isabel Díaz Ayuso, que sólo es la preferida para el 5,4% de quienes votaron por el PP hace dos años (la presidenta de Madrid tiene ligeramente más partidarios dentro de Vox, un 5,7%).

Por detrás de Casado, el preferido por los electores del PP para presidir el Gobierno en estos momentos es Santiago Abascal, el líder de la ultraderecha. Nada menos que un 10,6% de quienes votaron candidaturas del PP en 2019 preferirían ver al dirigente ultra en la Moncloa y no a Casado.

En tercer lugar se sitúa la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Según el barómetro de noviembre del CIS, a un 6,4% de los electores del PP les gustaría que la líder naranja estuviera ahora mismo al frente del Consejo de Ministros.

El CIS no aclara los nombres, pero sí señala que hasta un 3,2% de los electores del PP de 2019 mencionaron otras preferencias distintas de los principales líderes políticos incluidos en el cuestionario. 

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Al mismo tiempo, a Pablo Casado lo prefieren como presidente del Gobierno el 10,9% de quienes hace dos años votaron a Vox en las generales y el 10,1% de los que eligieron papeletas de Ciudadanos.

Los datos del CIS corroboran las dificultades que el líder del PP está teniendo para consolidar su liderazgo dentro del partido y su dependencia de resultados electorales parciales como el de la Comunidad de Madrid. 

De ahí la importancia que Génova atribuye al calendario electoral que viene como trampolín para las aspiraciones de Pablo Casado: primero en Castilla y León, después de Andalucía y finalmente, en 2023, en las municipales. Las primeras elecciones ya tienen fecha (13 de febrero) y las segundas, si no hay sorpresas, las convocará el presidente Juanma Moreno para junio u octubre. El equipo de Casado cuenta con que el PP obtenga en ambas comunidades un excelente resultado que impulse a su líder hacia las elecciones generales.

Apenas el 47,6% de los ciudadanos que hace dos años votaron al PP en las elecciones generales de noviembre de 2019 preferiría que Pablo Casado fuese el presidente del Gobierno en estos momentos. 

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