Pablo Casado se siente fuerte después de las elecciones madrileñas que ganó Isabel Díaz Ayuso y tras la publicación de dos encuestas en La Razón y El Mundo que por primera vez colocan al PP en cabeza en las preferencias de los electores. Y este lunes quiso dejar claro que hará valer su convicción de que será el próximo presidente del Gobierno dando la batalla para que la Unión Europea eche por tierra el plan de reformas presentado por Pedro Sánchez y de cuya aprobación depende la llegada a España de los fondos europeos de reconstrucción.
“Voy a decir una cosa”, anunció en una reunión de altos cargos de su partido celebrada este lunes en Madrid. “No nos sentimos corresponsables de que un Gobierno esté aprobando” medidas “para el año 2024”, cuando “a lo mejor” ya no estarán en Moncloa. O “pactando la devolución de la deuda hasta el 2058. ¡Oiga! ¿Pero usted quién se cree que es para hablar en nombre de mis hijos?”, se preguntó.
Su voluntad de desmarcarse de los compromisos que el Gobierno de Sánchez ha planteado en Bruselas en el caso de que consiga ganar las próximas elecciones tiene intención de repetirla “en la próxima cumbre europea” del PP, en la que se sientan entre otros la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la canciller alemana, Angela Merkel. “El PP no se siente condicionado por lo que esté pactando este Gobierno", insistió.
“Lo que pido a la Unión Europea y lo que pido a este Gobierno”, añadió, “es que se sienten” y lleguen “a un acuerdo” exclusivamente sobre lo que la coalición de Gobierno de Sánchez “puede garantizar”, y eso es “lo que va a hacer aquí y ahora” y no a partir de 2024.
La estrategia de Casado al trasladar, también en este tema, el debate español a la Unión Europea, como ya ha hecho en el pasado en numerosos asuntos como la justicia, la educación o el inexistente atento del Gobierno de controlar a la prensa a través de un ministerio de la verdad, es presionar a Sánchez para que cambie por completo su proyecto de gestión de los fondos europeos.
En primer lugar, negociando y pactando con el PP el plan de reformas, que según el líder de la oposición incluye un incremento de 90.000 millones en impuestos que van a pagar “las clases medias y trabajadoras”. Un supuesto plan fiscal en el que mezcló impuestos ya tramitados, que afectan a las grandes tecnológicas o las transacciones relacionadas con la compraventa de acciones de las grandes empresas del IBEX 35 —que en nada afectan a la inmensa mayoría de los ciudadanos— con los impuestos ambientales —la reducción de la bonificación al diésel o el gravamen que trata de reducir la utilización de plásticos— o con los debates abiertos estos días en relación con la posibilidad de cobrar peajes en las autovías para financiar su mantenimiento o la eliminación —que el Gobierno asegura no querer implementar— de la posibilidad de desgravar en el IRPF a las parejas que declaren conjuntamente.
Casado sostiene que lo que Sánchez ha enviado a Bruselas en el plan de reformas es un “hachazo fiscal”. “Nos intenta engañar”, acusó, igual que “están engañando a Europa. Lo voy a decir de otra forma para que todo el mundo lo entienda: Pedro Sánchez está pidiendo 70.000 millones de euros a Europa y a cambio nos quiere subir los impuestos 90.000 millones. Y se queda tan fresco”.
“El Gobierno miente”
Sánchez y su Gobierno, insistió, “mienten en la Unión Europea". Según Casado, van a ver a los comisarios y les dicen que “la oposición no tendrá más remedio que aprobar” su plan de reformas. Y eso no va a ocurrir, remarcó. “La oposición no va a aprobar esto. No vamos a apoyar un hachazo fiscal a las clases medias y trabajadoras” para obtener recursos que luego Sánchez va a repartir de forma “clientelar” y “a dedo entre empresas, entre medios o entre amigos sin dar cuenta ni al Parlamento”. Porque Casado sigue afirmando que el decreto que regula los fondos le otorga capacidad para hacer con ellos que le plazca sin ninguna clase de control, a pesar de que la normativa deja claramente la supervisión en manos del la Intervención General del Estado de la Oficina Antifraude.
“No vamos a apoyar sus reformas“, repitió una vez más. “Ni que se repartan a dedo los fondos sin una autoridad independiente. Tiene que quedar muy claro”, pidió a los representantes del PP en el Parlamento Europeo, en el Congreso y en el Senado.
¿Qué propone el PP como alternativa a ese supuesto incremento fiscal? Volver a los ajustes. “Ajustar el gasto público”, anunció Casado. Reduciendo “los ministerios a la mitad, los asesores a la mitad”, acabando “con el gasto superfluo” y enviando “un mensaje a la economía productiva de que los primeros que se abrochan el cinturón son los poderes públicos”.
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El modelo “alternativo” del PP sigue siendo el “plan de choque” que Casado presentó en marzo de 2020.presentó Incluye rebajas de impuestos, que según él están haciendo todos los países europeos, “reducir trabas burocráticas, flexibilizar el mercado laboral introduciendo la mochila austriaca y dando más liquidez para que las empresas no cierren”.
Para defender la política de ajustes que quiere aplicar a España, Casado recurrió a una cita clásica del dirigente comunista chino Deng Xiaoping: “Gato negro gato blanco lo que importa es que cace ratones”. Europa “lo que quiere es que haya un equilibrio presupuestario.Y si se reduce el gasto ineficiente e innecesario del Estado [el plan de reformas] te lo van a avalar igual que una subida masiva de impuestos”, aseguró.
El horizonte económico es malo. “En los últimos días vemos que los ERE [los despidos] están sustituyendo a los ERTE. Y hoy nos hemos enterado de que el déficit estructural de España ya reconocido en los informes remitidos a la Comisión va a ser el más alto de toda la Union Europea”, denunció. “Nos va a tocar ajustar 50.000 millones de euros a partir de que acaben los estímulos del BCE. ¿Cómo lo vamos a financiar?”, se preguntó. No hubo respuesta.
Pablo Casado se siente fuerte después de las elecciones madrileñas que ganó Isabel Díaz Ayuso y tras la publicación de dos encuestas en La Razón y El Mundo que por primera vez colocan al PP en cabeza en las preferencias de los electores. Y este lunes quiso dejar claro que hará valer su convicción de que será el próximo presidente del Gobierno dando la batalla para que la Unión Europea eche por tierra el plan de reformas presentado por Pedro Sánchez y de cuya aprobación depende la llegada a España de los fondos europeos de reconstrucción.