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Partido Popular

Casado se queda sin el núcleo duro de su gabinete

Javier Fernández-Lasquetty, Pablo Casado y José Luis Martínez-Almeida, a su llegada a la Puerta del Sol para la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso.

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, se queda sin jefe de gabinete. Javier Fernández-Lasquetty deja su despacho en Génova, sede nacional de los conservadores, para ser consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid. Así, el que fuera hombre fuerte de José María Aznar y Esperanza Aguirre vuelve a la primera fila de la política de la mano de Isabel Díaz Ayuso

Exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid entre junio de 2011 y enero de 2014 –dimitió después de que los tribunales tumbaran su proceso de privatización de la Sanidad–, Fernández-Lasquetty se pondrá al frente de una consejería clave si se tiene en cuenta que la recién elegida presidenta se ha comprometido a llevar a cabo una "revolución" fiscal.

El efecto inmediato de esta mudanza es que Casado tendrá que hacer movimientos en su gabinete cuando Fernández-Lasquetty no llevaba ni nueve meses en la sede del partido asesorándole. Fue a principios de diciembre cuando el Partido Popular anunció que se incorporaba al equipo del presidente. Su mano derecha en el gabinete, Isabel Benjumea, también tendrá que ser sustituida ya que su sitio está ahora en Bruselas, en el Parlamento Europeo, tras haber obtenido escaño en las elecciones del pasado 26 de mayo.

El líder del PP evita dar pistas

Fuentes del PP consultadas por infoLibre aseguran que Casado tiene previsto cubrir ambas vacantes, pero que la decisión no tiene por qué ser inmediata. Preguntado este lunes, tras asistir a la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso, el jefe de los conservadores no dio una sola pista del perfil de quién sustituirá al nuevo consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid

Pero en el partido ya se alzan voces sobre los requisitos que deberían reunir los futuros integrantes del gabinete de Casado tras esta remodelación que ha venido por la vía de las listas electorales, en el caso de Benjumea, y por la incorporación al Gobierno madrileño, en el caso de Fernández-Lasquetty

"Es un puesto de confianza y debe ser Casado quien decida la persona que debe liderar su gabinete, pero está claro que perfiles como el de Lasquetty van en contra del giro al centro que necesitamos para liderar de forma clara el bloque del centroderecha", valora un líder regional en conversación con este diario.

¿Un perfil duro?

La misma fuente recuerda, no obstante, que lo mismo se pensaba en amplios sectores del partido sobre los requisitos que debía reunir el portavoz del PP en la Cámara Baja y después Casado optó por "el más duro posible", el de Cayetana Álvarez de Toledo.

El aterrizaje del próximo responsable de Hacienda de la Comunidad de Madrid en Génova fue visto con cierto malestar en sectores conservadores. Entendían que su perfil y su proximidad a Aznar y a Aguirre iban a reforzar el giro a la derecha de Casado en contra de la "urgencia" del giro al centro. 

Tampoco hacía mucha gracia a los dirigentes más próximos a Mariano Rajoy que Fernández-Lasquetty y su mano derecha, Isabel Benjumea, hubiesen sido muy críticos con su gestión al frente del PP y del Gobierno. "Esto extendió la sensación de que para ascender en el nuevo PP de Casado puntuaba doble haber cargado contra Rajoy", resume un veterano dirigente.

Tras el batacazo de las elecciones generales, cuando el Partido Popular pasó de 137 a 66 escaños, no pocos dirigentes conservadores dirigieron la mirada hacia Fernández-Lasquetty, culpándole de la "derechización" del mensaje de Pablo Casado. El futuro consejero del Gobierno de Ayuso fue ubicado en el número diez de la candidatura por Madrid, la encabezada por el presidente del PP, pero no obstuvo escaño. Sólo lograron siete asientos en el Congreso de los Diputados, ocho menos que en las elecciones generales anteriores.

En el partido aseguran que el salto de Fernández-Lasquetty de Génova a la madrileña Puerta del Sol, sede del Gobierno regional, es una muestra de la total confianza de Casado en el que ha sido su jefe de gabinete. Díaz Ayuso es una dirigente joven –40 años– que no es nueva en la política, dicen, pero que no tiene experiencia de gestión y necesita rodearse de personas que conozcan muy bien el funcionamiento de la Administración.

Otras fuentes interpretan que Casado, ahora que ya lleva más de un año al frente del partido, tiene las manos más libres para construir un gabinete más a su medida dejando a un lado influencias del aguirrismo y del aznarismo y creen que es lo que podría hacer aprovechando la marcha de Fernández-Lasquetty. "Por eso le ha dejado marchar", interpreta una diputada de la Asamblea de Madrid. Será, recuerdan, el segundo paso después de que hace unas semanas introdujera cambios en la cúpula del partido aprovechando el nombramiento de Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso.

Un "laboratorio" de las políticas del PP

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En declaraciones a los medios tras asistir a la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso, Casado aseguró que la propuesta programática que Díaz Ayuso ha presentado para la región "puede ser la demostración" de lo que el PP quiere hacer a nivel nacional cuando "haya elecciones" y las gane. Para Casado, que el PP gobierne en Madrid es un refuerzo de su liderazgo si se tiene en cuenta que la candidatura de Ayuso fue una apuesta personal suya y que los barones estaban muy pendientes del resultado de las autonómicas y municipales tras el batazaco de las generales.

Gracias al apoyo de Vox, el PP de Casado gobierna –junto a Ciudadanos– en Andalucía, la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia y el Ayuntamiento de Madrid. En Castilla y León les bastó con el apoyo del partido naranja.

Este lunes, en la sede del Gobierno regional estaban los presidentes de Andalucía y Castilla y León. También, el alcalde de la capital. El presidente de la Xunta de Galicia, la única comunidad en la que el PP gobierna con mayoría absoluta, no acudió, como tampoco lo hizo el presidente murciano, Fernando López Miras.

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