El furor por La Roja tiene la misma intensidad que la polémica que rodea al Mundial de Catar. Una competición deportiva que arrancó el pasado domingo envuelta en la sombra de la corrupción, los muertos en la construcción de los estadios y por la falta de derechos humanos y de respeto a las mujeres y al colectivo LGTBi. Un espíritu diferente al que siempre se ha intentado evocar en las grandes competiciones universales. Dinero y discriminación.
En medio de boicots por parte de personalidades y de reclamaciones de organizaciones humanitarias, el rey Felipe VI acudió este miércoles al primer partido de la selección española, con el que inició su periplo frente a Costa Rica. Se sentó en el palco del estadio Al Thumama, en Doha, junto al presidente de la federación española, Luis Rubiales. Como amuleto: una corbata roja. Y de esta manera se convierte en la monarquía europea que ha ido más lejos hasta el momento, dejándose ver en la primera intervención de la selección nacional. No le acompañó, sin embargo, la reina Letizia, que protagonizó un acto en Barcelona sobre salud mental.
Otros cuatro países del continente con sistema similar están en la competición: Reino Unido, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca. Ninguna de esas monarquías ha confirmado si irán representantes al Mundial -previsiblemente sí, si avanzan a la fase final- y no han comunicado su intención de hacerlo en esta primera fase.
Y es que Felipe acudió este miércoles a un partido de la fase de grupos. Nunca lo había hecho de una manera tan temprana desde que accedió al trono de la Zarzuela. El Mundial de 2014 en Brasil coincidió justo en el mes de la abdicación de Juan Carlos I y su proclamación, por lo que no se trasladó allí. Tuvo un gesto con la selección (eliminada en la primera fase) al colocar una réplica de la copa en su primer despacho con el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
En 2018, el rey sí se trasladó hasta Rusia para animar al combinado nacional, pero lo hizo ya en los octavos de final (no en fase de grupos como ahora en Catar). Acudió a ver al equipo que dirigía Fernando Hierro, amigo suyo, en el estadio Luzhniki, en Moscú. ‘La Roja’ cayó ante los anfitriones y se quedó muy pronto sin aspirar a la gloria. Allí vio cómo perdía la selección acompañado en el palco por el entonces presidente del Gobierno de la Federación Rusa, Dimitri Medvédev, y los presidentes de la federación española, Luis Rubiales, y de la FIFA, Gianni Infantino.
Estos dos últimos están ahora en pleno centro del huracán de la polémica. El primero por el negocio de la Supercopa y su salario pagado por la federación. El segundo intentó defender la celebración del Mundial en Catar e incendió más los ánimos durante una rueda de prensa el pasado fin de semana en Doha. Dejó frases como: “Por lo que los europeos hicimos por el mundo en los últimos 3.000 años, deberíamos estar pidiendo perdón otros 3.000 años antes de empezar a dar lecciones morales a la gente”, “esta lección moral, unilateral, es sólo hipocresía” y “hoy tengo sentimientos muy intensos, hoy me siento catarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento un trabajador inmigrante”.
El rey se ha dado prisa para ir al Mundial. Pero su idea fue rechazada, en cambio, por otras personalidades y artistas célebres. Por ejemplo, la cantante Chanel, que ha sacado el tema Toke con motivo de este torneo, decidió no acudir por la situación de los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBi. Tampoco irán artistas que habían sido invitadas como Shakira y Dua Lipa.
Respaldo de Moncloa al rey
El monarca viajó a Catar con el respaldo del Gobierno de Pedro Sánchez. El propio presidente lo apoyó este miércoles en una rueda de prensa tras la cumbre con Rumania en Castellón: "No hay mejor delegación que pueda representar a España en un evento deportivo o de cualquier otro símbolo y significado que nuestro jefe del Estado". Con este mensaje: “Está fuera de toda duda el compromiso del Gobierno con la defensa, promoción y reconocimiento de los derechos y libertades del colectivo LGTBi y de los derechos laborales de todos los trabajadores”.
La ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, respaldó también a Felipe VI tras la celebración del Consejo de Ministros del martes. Para ella, es “correcta” su presencia porque coincide con el “sentir” de la ciudadanía. Con este argumento: "No son tantos los elementos que logran esa unanimidad de apoyo y unión de la población". Trasladó, además, el deseo del Ejecutivo de que los jugadores "tengan un buen campeonato y unos buenos resultados para poder celebrar una victoria". El Gobierno está representado en esta primera fase por el secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Franco. Fuentes de La Moncloa apuntan a que Pedro Sánchez podría ir al Mundial si España llega a la final.
Zarzuela, a una hora de empezar el partido en Catar, anunció también que en el marco de este viaje -planteado para ir al Mundial- el rey tendrá “un encuentro con un grupo de empresarios españoles” que trabajan allí.
Críticas en las izquierdas: "Lamentable"
La idea de este viaje no es precisamente compartida por otro miembros de los partidos que conforman la coalición. La portavoz federal de IU, Sira Rego, criticó la presencia porque, en su opinión, demuestra que es “obvia” la conexión de la casa real con regímenes antidemocráticos en Oriente Medio. "Volvemos a constatar, sin ninguna sorpresa, donde se sitúa la monarquía española acudiendo a este evento", lamentó en una rueda de prensa.
En un estilo similar se pronunció Gerardo Pisarello, de los comunes y secretario primero de la Mesa del Congreso. Para él, se trata de una “dictadura” que vulnera los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBi y que ha provocado la muerte de 6.000 trabajadores en las obras para acoger el campeonato, según las ONG. Por lo tanto, es “lamentable” la presencia del actual rey español. Diputados del PSOE mostraron en el Pleno del miércoles lazos y brazaletes con el arcoíris (algo prohibido por la FIFA en los partidos), con Patxi López a la cabeza, pero no lanzaron mensajes contra la presencia del rey.
Felipe VI fue invitado personalmente al Mundial por el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, que visitó oficialmente el pasado mes de mayo España. Se lo trasladó precisamente durante una cena de gala ofrecida en el Palacio Real de Madrid en su honor y el monarca, a su vez, le regaló una camiseta de ‘La Roja’. El mandatario árabe es un gran forofo del balompié.
Durante aquellas horas en Madrid, el emir de Qatar hizo el anuncio de que su país invertirá en España en los próximos años 4.720 millones de euros. Proclamó entonces: "Todo ello es prueba de nuestra confianza en la fuerza de la economía española. Hoy mismo he dado instrucciones para incrementar las inversiones en 5.000 millones de dólares, que tendrán un valor añadido a nuestras exitosas inversiones ya existentes en España, teniendo en cuenta que Catar es considerado uno de los mayores inversores árabes en España". Se le dieron los más altos honores y se alojó en el Palacio de El Pardo, no se producía una visita oficial de un emir catarí desde 2011.
El emir fue recibido también por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el palacio de La Moncloa durante esa visita. Según comunicó el Ejecutivo, los dos acordaron elevar “el nivel de las relaciones bilaterales a la categoría de asociación estratégica, profundizando los lazos económicos y políticos entre ambos países”.
La Moncloa informó de que se adoptó también una “histórica Declaración Conjunta, que crea un marco de diálogo político periódico y estructurado sobre la agenda común de los dos países en asuntos regionales y globales”. “Catar mantiene este tipo de diálogo estratégico con muy pocos países –EEUU, Francia, Italia, Reino Unido, Japón, Turquía y China–, lo que, unido al actual contexto geopolítico tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, redobla la trascendencia para España, atendiendo a criterios de seguridad energética. Catar es el segundo mayor productor mundial de gas natural”, destacó el Ejecutivo tras la reunión.
A la cena de gala ofrecida en el Palacio Real por las autoridades al emir de Catar, acudieron, entre otros, los presidentes del Congreso y del Senado, Meritxell Batet y Ander Gil, respectivamente, los ministros José Manuel Albares (Exteriores), Reyes Maroto (Industria) y Miquel Iceta (Cultura) y el entonces presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes.
También fueron la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra; el portavoz de Vox en la Cámara Baja, Iván Espinosa de los Monteros; el portavoz adjunto de Cs, Edmundo Bal; el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y la exministra de Cultura Ángeles González Sinde. Del mundo empresarial, acudieron Ignacio Galán (Iberdrola), Rafael del Pino (Ferrovial), Ana Botín (Grupo Santander), Esther Alcocer Koplowitz (FCC), José Manuel Entrecanales (Acciona), Ricardo Domínguez (Navantia), Marc Murtra (Indra), Marta Álvarez (El Corte Inglés) y Antonio Llardén (Enagás), entre otros.
Cómo son las relaciones entre los dos países
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Según los datos del Ministerio español de Exteriores, en el ámbito de las relaciones comerciales bilaterales, “éstas son buenas, pero están por detrás de países de nuestro entorno UE”. El año pasado, Catar fue el proveedor 56 de España y el cliente número 68 para el país. “Podemos decir, sin embargo, que Catar es un socio estratégico español debido a los suministros de gas natural licuado a nuestro país. Dentro de la UE, según datos de Eurostat, en el año 2021 España fue el sexto proveedor de Catar tras Italia, Alemania, Francia, Países Bajos y Bélgica y su cuarto cliente tras Italia, Bélgica y Polonia”, apunta el Ejecutivo español.
En 2021 el comercio bilateral, recoge Exteriores, se recuperó parcialmente tras la caída en 2020 como consecuencia del covid, aunque sigue lejos de las cifras de 2019. El valor total del comercio entre España y Catar alcanzó en 2021 los 990 millones de euros, siendo las exportaciones españolas de 349 millones de euros (-4% respecto a 2020), mientras que la importación española creció hasta los 641 millones de euros (+70% respecto a 2020). El número de exportadores habituales a Catar alcanza las 926 empresas.
Exteriores detalla que la exportación española por sectores está muy diversificada. Los principales capítulos en 2021 fueron: máquinas y aparatos mecánicos (15%), prendas de vestir de punto, por la importante presencia de Inditex, Cortefiel y Mango (15%), muebles, sillas y lámparas (7%) y aparatos y material eléctricos (6%). Las importaciones procedentes de Catar están fuertemente concentradas en un 82% en el capítulo de combustibles (fundamentalmente GNL) siendo prácticamente el 18% restante derivados del petróleo, como manufacturas plásticas y productos químicos orgánicos e inorgánicos.
El furor por La Roja tiene la misma intensidad que la polémica que rodea al Mundial de Catar. Una competición deportiva que arrancó el pasado domingo envuelta en la sombra de la corrupción, los muertos en la construcción de los estadios y por la falta de derechos humanos y de respeto a las mujeres y al colectivo LGTBi. Un espíritu diferente al que siempre se ha intentado evocar en las grandes competiciones universales. Dinero y discriminación.