26M | 'Superdomingo' electoral

Ciudadanos deberá decidir en once capitales de provincia si pacta la alcaldía con la ultraderecha

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, acompañado por los miembros de su equipo.

Ciudadanos se reafirma en su política de pactos. A pesar de la división interna evidenciada en las últimas horas, la ejecutiva del partido liderado por Albert Rivera ha acordado este lunes “por unanimidad” que los acuerdos postelectorales en ciudades y comunidades autónomas los negociará con el PP, su “socio preferente”. Eso sí, dejando bien claro que nada de “mesas a tres” en las que ocupen una silla Vox, Podemos o los nacionalistas. Ciudadanos es consciente de que cualquier intento de conformar un gobierno de derechas en muchos de estos lugares pasa, sí o sí, por el voto a favor de la formación liderada por Santiago Abascal, que ha exigido tanto entrar en algunos ejecutivos como que el partido naranja acepte sentarse a negociar con ellos. Pero los de Rivera quieren evitar a toda costa fotografías estrechando la mano a la extrema derecha. Por eso, sostienen que la única concesión que harán será sentarse junto a Vox pero sólo “para explicar cuál es el acuerdo con el PP, no para negociar”.

El partido presidido por Albert Rivera ha afrontado dividido la semana posterior a las elecciones autonómicas y municipales. En las últimas horas, tanto el eurodiputado Luis Garicano como el candidato de Ciudadanos en Castilla y León, Francisco Igea, se han mostrado en contra de enrocarse en una estrategia de pactos a la andaluza por toda España. Pero no han logrado imponer su posición. La formación liderada por Albert Rivera ha decidido finalmente que en las negociaciones sus socios preferentes serán los conservadores, aunque lleven gobernando décadas, y que sólo en aquellos casos en los que sea imposible alcanzar un pacto con el PP “se pueden intentar excepcionalmente acuerdos con el PSOE”. Pero eso sí, el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha explicado que en esos casos los dirigentes socialistas deberán asumir "las condiciones programáticas” de la formación liderada por Albert Rivera y renegar explícitamente de Pedro Sánchez, líneas rojas que imposibilitan cualquier tipo de entendimiento entre ambas partes.

A doce días de que se constituyan los ayuntamientos, el partido naranja tendrá que decidir a contrarreloj hacia qué lado inclina la balanza en once capitales de provincia en las que los votos de Vox son completamente necesarios para conformar una mayoría de derechas que se haga con la alcaldía. Además de en el Ayuntamiento de Madrid, donde están puestos casi todos los focos, la situación se produce también en Burgos, Palencia, Badajoz, Cáceres, Ciudad Real, Guadalajara, Granada, Jaén, Huesca y Zaragoza. En todas estas localidades, se impuso el pasado 26M el partido liderado por Pedro Sánchez –salvo en Madrid, donde ganó el partido de Manuela Carmena–, por lo que si el bloque de Colón no consigue ponerse de acuerdo para investir a un alcalde, liderará el consistorio durante los cuatro próximos años el que encabeza la candidatura con más votos populares. 

Castilla La-Mancha y Castilla y León

En Castilla y León, Ciudadanos tendrá que decidir si apuesta por un pacto a la andaluza en Burgos y Palencia. En la primera ciudad, las urnas dieron a los socialistas el 36,21% de los respaldos y 11 de los 27 escaños en disputa, frente a los 7 asientos que logró el PP con el 25,93% de las papeletas, los 5 que logró Ciudadanos con el 16,88%, los 2 de Vox y los 2 de Podemos con el 7,17% y 6,64% de los sufragios, respectivamente. Cinco días después de la cita electoral, los socialistas comunicaron que habían trasladado “oficialmente” al partido naranja “su deseo de iniciar negociaciones formales” con el objetivo de “alcanzar un acuerdo para propiciar un cambio de gobierno” en el Ayuntamiento de Burgos – desde 2003 en manos del PP–, que alce a la alcaldía al socialista Daniel de la Rosa y desaloje del ejecutivo municipal a Javier Lacalle, con el que Ciudadanos ha tenido bastantes enfrentamientos durante la pasada legislatura. De hecho, Lacalle fue reprobado el pasado mes de febrero con el voto a favor, entre otros, del partido naranja.

La formación liderada por Albert Rivera también tiene en sus manos la llave del Ayuntamiento de Palencia, gobernado por los conservadores desde 2011. En esta ciudad, donde se reparten 25 concejales, los socialistas se impusieron en las urnas con el 37,86% de los apoyos y 11 asientos en el consistorio, a dos de la mayoría absoluta. A cuatro puntos se quedó el PP, que se tuvo que conformar con 9 ediles, seguido de Ciudadanos, Vox y Ganemos Palencia, con 3, 1 y 1 escaños, respectivamente. En suelo palentino, el partido naranja tampoco ha dejado entrever claramente sus preferencias a la hora de llegar a acuerdos. Veinticuatro horas después de la cita con las urnas, el cabeza de lista de Ciudadanos, Mario Simón, rechazó despejar la incógnita PP o PSOE y recurrió al ya clásico “vamos a hablar con todos”. “El equipo de Palencia está organizado y lo decidiremos principalmente aquí. Siempre vamos a respetar los criterios y las posiciones del partido, pero nosotros lo que vamos a respetar es nuestro programa”, afirmó.

Pocas pistas ha dado también el partido liderado por Albert Rivera en suelo manchego. En esta comunidad, Ciudadanos deberá decidir si une sus votos a los de Vox y el PP para conformar una mayoría de derechas en Guadalajara y Ciudad Real. En la primera ciudad, el PSOE fue el partido más votado, con 10 concejales, mientras que el PP se quedó con 8, Ciudadanos con 3, Vox con 2 y Podemos y A Guadalajara Hay Que Quererla con sólo 1 asiento. En este caso, la suma de los conservadores con el partido naranja y la candidatura local no alcanza la mayoría absoluta que pueda desbancar a los socialistas, que tampoco suman con la lista alternativa y la de Podemos. Por tanto, los votos de Vox son indispensables para conformar una mayoría de derechas. Por el momento, el cabeza de Ciudadanos a la Alcaldía ha preferido no descubrir sus cartas. “Estamos abiertos a dialogar con todas las fuerzas políticas y no descartamos ninguna opción”, señaló en una entrevista pocas horas después de los comicios.

Algo más complicada parece la negociación del bloque de Colón en Ciudad Real, donde los socialistas se quedaron a tres escaños de revalidar la mayoría absoluta: PSOE 10 concejales, PP 9, Ciudadanos 3, Podemos 2 y Vox 1. En esta localidad, tanto los socialistas como los conservadores han ofrecido al partido naranja entrar en el gobierno municipal. Sin embargo, las conversaciones entre el trío de derechas parecen todavía más complicadas, teniendo en cuenta las declaraciones realizadas la pasada semana por el secretario de Organización de Ciudadanos en la comunidad autónoma, Alejandro Ruiz, quien aseguró que su partido “no va a estar en un gobierno de Ciudad Real con un partido homófobo y xenófobo como Vox”. Comentarios que escocieron en las filas de la formación liderada por Santiago Abascal. “No ha dudado en hacer gala de una falta total de ética para justificar lo que parece ser una nueva traición a sus votantes”, aseveró la formación ultraderechista en un comunicado.

Huesca, Zaragoza, Badajoz y Cáceres

Los de Rivera también tendrá que tomar esta decisión en dos de las tres capitales de provincia aragonesas: Huesca y Zaragoza. En la primera ciudad, los socialistas se hicieron con el 33,37% de las papeletas, mientras que los conservadores se quedaron con el 29,8% de los sufragios, seguidos por Ciudadanos –10,79%–, Podemos y Vox, que no superaron el 10% de los apoyos. Así, de los 25 concejales que se reparten en el consistorio, 10 son para el PSOE, 9 para el PP, 3 para el partido naranja, 2 para la formación morada y 1 para los ultraderechistas. En esta ciudad, el candidato de Ciudadanos, José Luis Cadena, ha reconocido que  los posibles pactos obedecerán a los acuerdos que su partido adopte en otras instituciones. Y una semana después de conocerse los resultados, Vox, cuyos concejales son fundamentales para un gobierno de derechas, asegura que nadie se ha puesto en contacto con ellos: “La falta de negociaciones con Vox en Huesca nos hace pensar que, en realidad, tanto PP como Ciudadanos, ya sea por acción o por omisión, pretenden mantener a la izquierda al frente de la Alcaldía de Huesca”.

También tendrá que decidir Ciudadanos hacia qué lado gira su posición como bisagra en el caso de Zaragoza. En la quinta ciudad más poblada de España, de los 31 asientos del consistorio el PSOE consiguió sacar 10, frente a los 8 del PP, los 6 del partido liderado por Albert Rivera, los 3 de Zaragoza en Común y los 2 de Vox y de Podemos. En esta ciudad, que durante la última legislatura ha estado en manos de las fuerzas del cambio, los socialistas se quedaron a un solo escaño de la mayoría absoluta con el apoyo de las otras dos listas progresistas, mientras que el bloque de Colón podría alcanzar la alcaldía siempre y cuando cuente con el visto bueno de los ediles ultraderechistas. El candidato de Ciudadanos a la presidencia del Gobierno de Aragón ya aseguró la pasada semana su preferencia a pactar con “el centro derecha”, mientras que la cabeza de lista para el ayuntamiento, Sara Fernández, ha preferido no decantarse públicamente ni por el PP ni por el PSOE. Eso sí, ha asegurado que no ve lo de entrar en un gobierno con Vox. “Lo tengo clarísimo”, señaló en el Heraldo.

En el caso de Extremadura, las dos capitales de provincia se encuentran en la misma situación. Los socialistas se hicieron en Badajoz con 11 de los 27 concejales en disputa, mientras que el PP, Ciudadanos, Vox, Podemos y Badajoz Adelante se quedaron con 9, 4, 1, 1 y 1, respectivamente. Algo menos contundente fue la victoria del PSOE en Cáceres, donde consiguieron arañar en las urnas 9 de los 25 ediles en liza, seguidos de nuevo por el PP, Ciudadanos, Podemos y Vox, que se tuvieron que conformar con 7, 5, 3 y 1 escaños en el consistorio, respectivamente. De nuevo, el partido naranja tendrá la llave de ambos ayuntamientos. Y, tal y como han confirmado en un comunicado este lunes, ya han iniciado una primera ronda de contactos con “las diferentes formaciones políticas interesadas en la conformación de los gobiernos municipales”, es decir, con PP y el PSOE. Encuentros en los que participarán, además de los representantes autonómicos, los equipos municipales.

“Ciudadanos se sentará a hablar de futuro y no de personas”, ha asegurado el portavoz autonómico del partido naranja, Cayetano Polo, que ha señalado que se analizará cada caso por separado y ha rechazado tajantemente que la ronda de contactos se convierta “en un intercambio de cromos o en ver quién pilla más cacho”. En Badajoz, el PP lleva 24 años en el gobierno, por lo que el PSOE representaría esa suerte de regeneración democrática que tanto ha exigido Ciudadanos. Mientras que en Cáceres, uno de los aspectos positivos para los socialistas es que el cabeza de lista del partido naranja para el consistorio, Francisco Alcántara, fue durante más de una década militante del PSOE, aunque sin ostentar ningún cargo orgánico en el partido, por lo que podría haber sintonía a ambos lados de la mesa de negociación. El principal problema, las propuestas en materia impositiva. Las recetas de los socialistas pasan por incrementar los tributos municipales, mientras que el partido naranja aboga por pegarles un tijeretazo. Y la política de pactos que dicte Rivera desde Madrid, claro.

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Andalucía: Granada y Jaén

La formación presidida por Albert Rivera también tendrá que decidir si apuesta por un pacto en el que participe la extrema derecha en dos de las ocho capitales de provincia. Una de ellas es Jaén, donde los socialistas vencieron en las urnas consiguiendo 11 asientos en la corporación municipal, mientras que el PP se quedó con 8 asientos, Ciudadanos con 4, Adelante con 2 y Vox con otros 2. La otra es Granada, donde las fuerzas en el consistorio se distribuyen de la siguiente manera: 10 ediles para los socialistas, 7 para los conservadores, 4 para el partido naranja y 3 escaños tanto para la marca de Podemos en la comunidad como para la formación ultraderechista. Con este reparto, Ciudadanos está obligado sí o sí en ambas ciudades a entenderse con la extrema derecha si quiere evitar que los socialistas gobiernen durante los próximos cuatro años.

El PP no quiere perder la posibilidad de conquistar estas dos plazas. Por eso, este mismo lunes, coincidiendo con la decisión de Vox de enmendar a la totalidad los presupuestos del Gobierno PP-Cs, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ha decidido poner en marcha una comisión “de gobernabilidad” para atar cuanto antes los gobiernos municipales en estos dos municipios en los que deberá ponerse de acuerdo todo el bloque de Colón. “Ya nadie puede tener miedo a la llamada vía andaluza”, aseveró el líder del Ejecutivo regional, que se mostró convencido de que se podrán conseguir todas estas alcaldías siempre que se antepongan los intereses de los andaluces “a las siglas de los partidos”.

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