La celebración de la Diada, que coincide este año con la primera jornada de la campaña electoral de cara a las elecciones catalanas del próximo día 27, comenzó en la mañana de este viernes con la tradicional ofrenda floral ante el monumento de Rafael Casanova. En el acto, de carácter institucional, estuvieron presentes miembros de Junts pel Sí, PSC, Catalunya Sí que es Pot y Unió, mientras que los representantes de Ciudadanos, PP y las CUP decidieron ausentarse.
El president de la Generalitat y candidato a repetir en la Presidencia por la lista de Junts pel Sí, Artur Mas, fue el encargado de encabezar la ofrenda. Mas asistió acompañado de la vicepresidenta catalana, Neus Munté, y de sus consellers, al monumento situado en entre la Ronda de Sant Pere y la calle Ali Bey, el lugar donde Rafael Casanova, conseller en cap de Barcelona, fue herido durante la Guerra de Sucesión en 1714. El cabeza de lista de Junts del Sí, Raül Romeva, participó igualmente en la ofrenda.
También asistió la presidenta del Parlament catalán, Núria de Gispert, quien pidió a los ciudadanos que vayan a la marcha independentista de la Diada organizada por la ANC para reivindicar un "nuevo país" y les instó a manifestarse de forma festiva, cívica y reivindicativa. "Somos mayores de edad y queremos decidir nuestro futuro", subrayó de Gispert, para quien la marcha "no es un acto de campaña".
Críticas al acto central
El acto central de la celebración de la Diada será la manifestación que tendrá lugar en la tarde de este viernes. Organizada por Ara és l'hora –entidad integrada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural–, la movilización se desarrollará en la avenida Meridiana de Barcelona.
A falta de saber si el presidente de la Generalitat y número cuatro de Junts pel Sí, Artur Mas, acudirá a la movilización –no lo hizo los tres últimos años–, sí está confirmada la asistencia del cabeza de lista pro independencia, Raül Romeva, así como de dirigentes de la CUP como su número uno de cara al 27-S, Antonio Baños, y el diputado autonómico David Fernàndez.
El candidato de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, declinó finalmente asistir a la marcha por considerarlo un acto electoral. En la mañana de este viernes Rabell lamentó tener que ausentarse por la "manipulación" de la campaña por parte del presidente del Govern, Artur Mas, aunque envió un abrazo a los ciudadanos participantes porque el propio Rabell también defiende, según djo, los derechos sociales y nacionales que piden.
Tampoco acudirán los representantes de PSC, PP, Ciudadanos y Unió. Todos ellos coinciden en señalar que es una marcha electoralista. El primer secretario y candidato del PSC, Miquel Iceta, señaló que la Diada es la fiesta de "todos los catalanes" y pidió que no se fomente la división. El líder socialista admitió que hubiera preferido que la campaña electoral no coincidiera con la Diada y apeló, en todo caso, a "no añadir elementos de división" porque "lo que necesita Cataluña es la unidad". "Cataluña somos todos", zanjó.
Por su parte, el candidato del PP a las elecciones del 27-S, Xavier García Albiol, consideró que la de este año es la Diada "más triste" porque se ha expulsado a los que no defienden la independencia de Cataluña y se ha apartado la bandera catalana, la senyera, que engloba a todos, sustituyéndola por la estelada. Albiol afirmó que Artur Mas tiene voluntad de "dividir la sociedad entre catalanes buenos y patriotas", entre quienes apuestan por "la ruptura" y los partidarios de "seguir viviendo con naturalidad un sentimiento compartido" entre Cataluña y España.
La cabeza de lista de Ciudadanos, Inés Arrimadas, aseguró en un acto en Tarragona que “cuando gobierne Ciudadanos, el 11-S será la Diada de todos los catalanes y saldremos a la calle a celebrarlo con la señera”. Arrimadas criticó que “los separatistas" se hayan "apropiado" de esta jornada festiva, pero prometió "girar la tortilla política de Cataluña si el 27-S" si se llenan "las urnas de ilusión y sensatez”.
Finalmente, el candidato de Unió, Ramon Espadaler, reiteró tras la ofrenda floral a Casanova que la Diada es de todos los catalanes y apostó por "transformar desde el diálogo el desencuentro con el conjunto del Estado", de forma que Cataluña sea reconocida como nación en la Constitución, si bien subrayó que el catalanismo de Unió no es "rupturista".
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Según los datos de los organizadores, hay más de 480.000 inscritos y 1.700 autobuses registrados para la denominada Via Lliure, con lo que aspiran a superar las cifras de movilización del año pasado, cuando se inscribieron medio millón de personas. En palabras del presidente de la ANC, Jordi Sánchez, el objetivo es lograr la "movilización más multitudinaria" de la historia de Cataluña.
La apuesta pasa por llenar de personas los cinco kilómetros de la avenida Meridiana, que se presentará dividida en 135 tramos –tantos como escaños en el Parlament–. A las 17:14 horas se creará un gran mosaico blanco que progresivamente se teñirá de una decena de colores en representación de los diez puntos clave que, a juicio de los organizadores, debería considerar una futura República catalana.
Estos temas son la regeneración democrática, el bienestar y la justicia social, la diversidad, la solidaridad, la igualdad, la sostenibilidad, el equilibrio territorial, la educación y la cultura, la innovación y una Cataluña abierta al mundo. Para proyectar los colores que corresponden a cada uno de ellos, cada participante empleará un puntero de color.
La celebración de la Diada, que coincide este año con la primera jornada de la campaña electoral de cara a las elecciones catalanas del próximo día 27, comenzó en la mañana de este viernes con la tradicional ofrenda floral ante el monumento de Rafael Casanova. En el acto, de carácter institucional, estuvieron presentes miembros de Junts pel Sí, PSC, Catalunya Sí que es Pot y Unió, mientras que los representantes de Ciudadanos, PP y las CUP decidieron ausentarse.