El Congreso ha ratificado, de manera definitiva, la tercera reforma universitaria en democracia. La Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) sustituirá a la Ley Orgánica de Universidades (LOU), aprobada hace más de dos décadas por el Gobierno de José María Aznar. La nueva norma pretende frenar el aumento de precio de las tasas, fomentar el uso de las lenguas cooficiales en el ámbito universitario y promover la estabilidad laboral de los docentes, para pasar de una tasa de temporalidad del 40% al 8%. También modifica los requisitos para acceder al rectorado y reconoce el derecho al paro académico ―las denominadas huelgas― por parte de los estudiantes. Asimismo, sitúa como meta subir un 0,3% la financiación de la universidad hasta alcanzar el 1% del PIB.
Esta norma, que comenzó bajo el mandato del exministro Manuel Castells y ha finalizado con la tutela de Joan Subirats, también introduce un cambio significativo en lo que respecta a los la segregación por sexo. Durante el trámite parlamentario de la ley, Más País-Equo logró introducir una enmienda para impedir a los colegios mayores adscritos a la universidad pública segregar por sexo. Con la aprobación de esta norma, los centros tienen tres posibilidades: cambiar su modelo a uno mixto, adscribirse a una universidad privada o perder la condición de colegio mayor para convertirse en una residencia sin adscripción a ninguna universidad.
Esta última posibilidad les implicaría perder las exenciones fiscales ―los donativos, donaciones y aportaciones que no gravan la renta o actividades que celebren sin fines lucrativos― o incluso las cesiones del suelo público. Actualmente los colegios mayores son tratados fiscalmente como la universidad pública a la que están adscritos. La enmienda presentada por la formación que lidera Íñigo Errejón incluyó que "aquellos convenios que se encuentren vigentes a la entrada en vigor de esta Ley, podrán mantenerse hasta su vencimiento, pero no renovarse". Los convenios duran cuatro años y si hay acuerdo entre la universidad y el colegio se reanudan por otros cuatro.
Esta norma afectará a más de la mitad de los colegios mayores que hay en España. Según los cálculos del Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España, de los 110 colegios mayores adscritos, 59 de ellos segregan por sexo. La Comunidad de Madrid lidera el ranking con 42 centros de este tipo. Dentro del mundo de las universidades, la Complutense es la que más colegios mayores privados tiene adheridos, con un total de 28.
El precedente del Elías Ahuja
La inclusión de esta enmienda no es casual, se incorporó tras los cánticos machistas del colegio Elías Ahuja del pasado octubre. "La segregación produce monstruos, la segregación produce clasismo, produce racismo y la segregación produce un machismo que después se acaba manifestando en bromitas sobre violar a las mujeres que no tiene la menor gracia. Como la segregación produce comportamientos misóginos y violencia contra las mujeres, nosotros queremos verle fin", aseguró Errejón tras registrar la propuesta, que después se incluyó en la ley tras el visto bueno del ministro Subirats. Errejón explicó que lo ocurrido en el Elías Ahuja no fue una "anécdota" sino que forma parte del comportamiento típico de "una élite".
¿Y qué es lo que ocurrió exactamente? Un denigrante espectáculo con insultos machistas jaleado por decenas de universitarios. "¡Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas", gritó desde la ventana del colegio mayor un joven, al que le siguieron el resto de compañeros del colegio. "Sois unas putas ninfómanas, os prometo que vais a follar todas en la capea, ¡vamos Ahuja!", continuaba, mientras el resto de los jóvenes abrían las persianas de sus habitaciones. Se dirigían a las chicas del colegio femenino Santa Mónica, situado justo enfrente. El vídeo, difundido inicialmente a través de la red social TikTok, corrió como la pólvora y despertó una oleada de críticas unánime de los partidos políticos, que prometieron actuar con contundencia frente a este tipo de episodios. Es más, la Fiscalía de Madrid anunció que investigaría este incidente por la presunta comisión de un delito de odio.
El Sindicato de Estudiantes pidió a la Complutense que rompiese el acuerdo con el Ahuja, pero la universidad madrileña hizo caso omiso. Es más, el alumno que fue el cabecilla de los cánticos machistas fue expulsado y, semanas más tarde, readmitido por la orden de San Agustín, encargada de administrar el centro. Según explicaron desde el propio centró, recibió una sanción de 40 días y, una vez cumplida, le permitieron volver a su habitación.
Los pasillos del colegio mayor han sido testigos de toda una serie de abusos que se han reproducido durante décadas hasta enquistarse. El episodio misógino, camuflado bajo el disfraz de la "tradición", no es en absoluto un hecho aislado: se trata de un ritual que anida en las propias entrañas del centro. El presidente del Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España, Juan Muñoz, admitió que había visto ese tipo de vídeos en alguna ocasión. “Esto no es específicamente ni de un colegio mayor ni de los colegios mayores. Es un problema de la juventud y también de los adultos”, argumentó.
Es más, Muñoz también justificó la segregación por sexos alegando que la ley lo permitía: "Hay una parte de la sociedad que sigue demandando esto. Creo que es mejor que haya colegios mixtos, pero hay parte de la sociedad que lo demanda y somos reflejo de la sociedad. No hay nada raro que nosotros estemos creado", señaló en declaraciones a la Cadena Ser. Sin embargo, con la nueva normativa aprobada este jueves, ni el Elías Ahuja ni ningún otro centro que segregue por sexo podrá seguir manteniendo ese modelo si quiere seguir adscrito a una universidad pública. Los jóvenes que realizaron el vídeo, sin pretenderlo, han contribuido precisamente a que se apruebe esta normativa.
El colegio mayor mixto, ¿un espacio seguro para las mujeres?
Ver másEllas más feministas y ellos más reaccionarios: la realidad de la juventud más allá del Elías Ahuja
¿Es positivo que estos colegios mayores estén obligados a ser mixtos? Marian Moreno, experta en coeducación, explica a infoLibre que el debate es más complejo de lo que parece. "No tengo claro que lo que se ha aprobado sea positivo, tengo dudas, argumentos a favor y en contra. A favor, porque siempre he estado a favor de la escuela pública que no segrega. Pero también tengo claro que la escuela cuenta con figuras de autoridad muy concretas y con tiempos y espacios muy concretos", expone.
En ese sentido, cree que el caso de los colegios mayores no es el mismo que el de los centros educativos "porque hay más convivencia": "No tengo claro que puedan ser espacios seguros para las mujeres, no son las mismas dinámicas, ni la misma presencia de autoridad que en la escuela. Si se deja de segregar, lo que sí es seguro es que haría falta un trabajo y una planificación anterior que asegurara que esos espacios son espacios seguros, sobre todo para las mujeres", analiza.
Para explicar esta idea, la experta se fija en lo ocurrido en Elías Ahuja. "Imagina que esos mismos gritos en vez de producirse en la ventana del edificio de enfrente, se producen en la puerta de tu habitación", reflexiona. "Nuestra socialización es una socialización violenta para las mujeres, así se comportan. Para revertir eso habría que trabajar mucho previamente en la coeducación y en la convivencia en igualdad", zanja.
El Congreso ha ratificado, de manera definitiva, la tercera reforma universitaria en democracia. La Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) sustituirá a la Ley Orgánica de Universidades (LOU), aprobada hace más de dos décadas por el Gobierno de José María Aznar. La nueva norma pretende frenar el aumento de precio de las tasas, fomentar el uso de las lenguas cooficiales en el ámbito universitario y promover la estabilidad laboral de los docentes, para pasar de una tasa de temporalidad del 40% al 8%. También modifica los requisitos para acceder al rectorado y reconoce el derecho al paro académico ―las denominadas huelgas― por parte de los estudiantes. Asimismo, sitúa como meta subir un 0,3% la financiación de la universidad hasta alcanzar el 1% del PIB.