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Colegios que segregan por sexo crean ahora algunas aulas mixtas para no perder ayudas de la Xunta

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Miguel Pardo (Praza.gal)

La nueva orden de conciertos educativos de la Xunta asume la imposibilidad legal de mantener las subvenciones públicas a los colegios que segregan al alumnado por sexos. Por ello, aquellos centros que aún mantenían esta segregación en Galicia ya maniobran para aceptar la escolarización mixta y no perder así la aportación de la administración pública durante el próximo curso.

El actual curso escolar 2022-23 es el último en el que están vigentes los conciertos educativos aprobados por la Xunta en 2017. Por aquel entonces, el Gobierno del PP de Alberto Núñez Feijóo aprovechó todas las posibilidades que le daba la LOMCE, conocida como ley Wert, en aspectos como blindar la financiación pública de los centros que segregan al alumnado por sexo e, incluso, fue más allá de lo que requería la controvertida norma en áreas como el financiación.

El pasado mes de enero, el gabinete que ahora preside Alfonso Rueda publicó en el DOG la orden de conciertos que regirá desde el próximo curso escolar 2023-24 y hasta 2028-29. Supone 1.900 millones de las arcas públicas para la escuela privada, más de 350 por cada curso, según un texto en el que la Xunta asumió que tendría que cumplir con los preceptos de la nueva ley estatal de educación —la LOMLOE— que, entre otros aspectos, veta las subvenciones a los colegios que segregan por sexo.

A la espera de que se resuelvan y se detallen los conciertos, los colegios segregacionistas ya han maniobrado para poder acceder a unas subvenciones que, si mantienen la separación por sexo, les serían denegadas. En 2017, estos cinco centros, cuatro de ellos vinculados al Opus Dei (Montespiño y Peñarredonda en A Coruña y Las Acacias, Montecastelo y Aloya en Vigo), formalizaron un total de 58 conciertos. Ahora también podrán optar por ellos después de abrirse para dejar de ser exclusivamente masculinos o femeninos, aunque daquela maneira.

¿Cómo? Según ha podido comprobar Praza.gal, —exceptuando el Aloya de Vigo que desde hace ya tiempo ofrece exclusivamente ciclos de FP mixtos—, el resto de centros que hasta ahora estaban segregados por sexo ya ofrecen la posibilidad de una escolarización mixta. Por el momento solo en primero de Primaria, el curso que marca el comienzo de la etapa de enseñanza obligatoria y en el que ya se incluyen los niños y no hay opción de tener las plazas ya cubiertas. 

En el resto de cursos, según información facilitada por estos centros, la escolarización sigue estando limitada a niños o niñas, según el carácter masculino o femenino del centro. Se amparan en la necesidad de cubrir las plazas de los niños que ya empezaran su etapa educativa en el colegio.

"Ahora también tenemos que aceptar niños en primero de Primaria por el cambio legislativo, pero en los cursos será paulatino", respondió uno de los centros a la pregunta de una familia sobre la posibilidad de escolarizar a un menor. "A partir del próximo curso escolar habrá escolarización mixta, pero sólo en Primero de Primaria", coinciden en otros colegios religiosos que hasta hace nada segregaba al alumnado por cuestión de género. 

Esto supone un cambio, mínimo por el momento, del modus operandi habitual de estos centros educativos tras el impacto de la ilegalización de las subvenciones a aquellos que segregan por sexo dictada por el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos con la ley de educación vigente, la LOMLOE

Después de que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, indicase el pasado mes de septiembre que su Gobierno estaba buscando la "interpretación adecuada" de la ley en esta materia para redactarla, la orden de conciertos asumió que los colegios segregacionistas quedaban fuera, por lo que los centros cambiaron sus normas de matriculación para no quedar excluidos de los conciertos. 

Esa exclusión aparece en el anexo de la orden que establece el modelo de concierto que la Xunta suscribirá con cada colegio privado al que conceda la subvención. En esa cláusula indica que los concertados están obligados "a cumplir las normas de escolarización del alumnado en los centros de enseñanza públicos y concertados privados establecidas en los artículos 84 a 88 de la LOE". Entre los requisitos fijados en dichos artículos está que "en ningún caso habrá discriminación" del alumnado "por razón de nacimiento, origen racial o étnico, sexo, religión, opinión, discapacidad, edad, enfermedad, orientación sexual o identidad de género o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social".

En la ley Wert, ese precepto iba acompañado de un añadido, segundo el cual "no constituía discriminación la admisión de alumnos y alumnas o la organización de la enseñanza diferenciada por género", pero en la nueva ley ese matiz desaparecía. Además, la disposición adicional vigésima quinta de la misma ley especifica que "los centros escolares sostenidos parcial o totalmente con fondos públicos desarrollarán el principio de coeducación en todas las etapas educativas" para cumplir con la igualdad "y no separarán a los alumnos por género".

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La coeducación —clases mixtas de niñas y niños en los que el proyecto educativo incluye criterios de igualdad de género— fue, precisamente, en anteriores órdenes de concierto (en el caso de las de 2009 y 2013) uno de los criterios fijados por la Xunta para dar preferencia a ciertos colegios sobre otros a la hora de asignar conciertos. Ese criterio desapareció en la orden de 2017 y tampoco aparece en la orden de 2023, si bien en este caso cabe deducir que carecería de sentido porque ningún centro que segrega puede optar a un concierto. Si se mantienen otras líneas de preferencia, como las destinadas a centros que atienden a "poblaciones con condiciones económicas desfavorables", realicen "experiencias de interés pedagógico para el sistema educativo", "fomenten la escolarización local" o "estén constituidos y funcionen en régimen de cooperativa".

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Así, el proceder de la Xunta será el contrario al de 2009 cuando obvió la legislación estatal y mantuvo la subvención a los centros segregacionistas, algo que el Tribunal Superior de Xustiza en 2013 y el Tribunal Supremo en 2014 sentenciaron contrarios a la ley. 

Los colegios que quieran acceder a estas subvenciones públicas no podrán ser exclusivamente femeninos o masculinos. Sin embargo, podrán acceder si lo hacen en la mayoría de los cursos, pero ya no podrán vetar en función del sexo a ningún niño que comience la educación obligatoria.

Texto original en gallego.

La nueva orden de conciertos educativos de la Xunta asume la imposibilidad legal de mantener las subvenciones públicas a los colegios que segregan al alumnado por sexos. Por ello, aquellos centros que aún mantenían esta segregación en Galicia ya maniobran para aceptar la escolarización mixta y no perder así la aportación de la administración pública durante el próximo curso.

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