La XIV Legislatura
La Constitución cumple 41: del deseo de un Gobierno "cuanto antes" a la aplicación del 155... "en sentido inverso"
El año pasado, cuando la Constitución cumplía 40 años, una cifra tan redonda daba pie a un análisis político sobre la salud del texto, los retos pendientes, las posibles reformas, los límites de estas reformas... Este año, ya con 41 a sus espaldas, la Constitución sigue siendo la misma, con los mismos achaques y con retos similares. Pero el contexto político se impone. Y lo que tocaba este viernes en el acto central por el cumpleaños de la Carta Magna celebrado en el Congreso de los Diputados era pensar, debatir, criticar... o desear lo que no tenemos: un Gobierno con plenas funciones.
La estructura de este tipo de actos está tasada desde hace años. Los invitados acceden al hemiciclo a través de una carpa habilitada en el patio del Congreso. Antes de ello, los líderes de los principales partidos tienen la oportunidad de comparecer de forma breve ante la prensa. Luego toca escuchar el discurso del anfitrión, que en este caso le correspondió a una recién elegida Meritxell Batet (PSOE)(PSOE). Y el broche de oro es el cóctel en el que los invitados se saludan entre ellos, se ponen al día y se hacen selfies mientras los periodistas forman corrillos alrededor de los políticos en busca del titular del día.
Este viernes, la cosa estaba bastante clara. El titular buscado era el de la fecha posible de investidura una vez que ya se sabe que el rey Felipe VI iniciará el próximo martes la ronda de contactos con los partidos con representación parlamentaria. ¿Será la investidura la semana del 16 de diciembre? ¿La última semana de año? ¿Podemos irnos ya a enero?
O mucho disimulan en el Gobierno o Pedro Sánchez ya se imagina investido presidente. Otra cosa es mojarse sobre una fecha. "Cuanto antes", coincidían tanto desde el PSOE como desde Unidas Podemos, dos formaciones que, a diferencia del 28A ahora sí se entienden y prácticamente ya tienen cerrados el grueso de la estructura del Gobierno de coalición en el que trabajan. "Habrá novedades", dijo Sánchez en conversación informal con los informadores sobre el próximo Consejo de Ministros que pretende liderar.
Iglesias: "Si tiene que ser en enero, que sea en enero"
"Que sea en enero, a mediados de diciembre o a finales de diciembre creo que al final no será lo crucial. La gente quiere que haya Gobierno pronto y a mí me gustaría que haya Gobierno pronto, pero si tiene que ser en enero, que sea en enero", había dicho una hora antes Pablo Iglesias en declaraciones a la prensa a su llegada a la Cámara Baja.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias insistió en que su formación defenderá que el Gobierno que aspira a conformar con Sánchez regule el mercado de los alquileres para "limitar" los precios "abusivos", así como la actualización de las pensiones al IPC. Y se mostró convencido de que "el mejor antídoto contra la ultraderecha son los artículos sociales de la Constitución".
"La Constitución, con sus límites y cosas mejorables, es un instrumento que a través de sus artículos puede servir para defender a las mayorías de nuestro país. Es muy importante que no hablemos tanto de la etiqueta de constitucionalistas y que hablemos de los artículos sociales de la Constitución, que tiene que ser ele eje del próximo Gobierno de España", reivindicó.
"Ilusionante" relación con Podemos
El optimismo de Sánchez e Iglesias respecto a que el plan en el que trabajan llegue a buen puerto —el presidente en funciones define como "ilusionante" el nivel de colaboración con el partido morado— tiene una incógnita por despejar: ¿se abstendrá Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), protagonista ausente en esta fiesta de la Constitución?
A la espera de que sea la formación nacionalista la que vaya fijando postura, Sánchez dio a entender de su conversación con los periodistas que la reunión del próximo martes 10 de diciembre con ERC, la tercera que mantengan los socialistas, será en Barcelona. Los independentistas catalanes lo confirmaban de forma oficial minutos después. "El gesto no deja de ser importante porque habla de una voluntad de diálogo que nunca antes se ha dado", comentaban miembros del Ejecutivo tras conocerse que las conversaciones se trasladaban a Cataluña.
¿Será la reunión definitiva? "Habrá que ver", añadían. Se impone la prudencia. Los socialistas no quieren que ningún descuido rompa el buen clima que están intentado mantener con la formación de Gabriel Rufián.
El hecho de que Sánchez esté trabajando sobre el esquema de un Gobierno de coalición con Unidas Podemos que salga adelante gracias a la abstención de ERC no es óbice para que desde el PSOE se mire de reojo a Ciudadanos (10 escaños), por si fracasa el esquema inicial.
Así, mientras Arrimadas se esforzaba en recordar que su oferta es que PSOE, PP y Cs se sienten a hablar para evitar que el futuro Gobierno dependa de los independentistas, los socialistas se esforzaban en trasladar la idea de que lo que el partido naranja necesita ahora es ser "responsable" y alejarse de la extrema derecha de Vox, en alusión a sus pactos autonómicos con los conservadores en los que el partido de Abascal ha sido clave.
Casado y la petición de dimisión de Sánchez
Para el PSOE, el Partido Popular ya es otra historia. "¿Cómo va a haber contactos con Pablo Casado si pidieron la dimisión de Sánchez cuando no se habían contado todavía todas las papeletas electorales? Es inaudito. Ellos sabrán el partido que quieren ser y el papel que quieren jugar en el futuro de España", comentaba un cargo socialista.
Pero en el PP saben que, por mucho que el PSOE les llame "irresponsables" y les hagan cómplices de los posicionamientos de Vox, si lo de ERC falla no se van a librar de nuevas presiones.
Por las salas en las que los invitados disfrutaban del cóctel, a metros de los corrillos que Casado mantenía con algunos periodistas, Alberto Núñez Feijóo (presidente de Galicia) y Juanma Moreno (presiente de Andalucía) también eran abordados por los informadores. Porque no es ningún secreto que ambos se han mostrado partidarios de que Sánchez llame a Casado, de que su jefe de filas ponga unas condiciones y, si hay acuerdo, haya también Gobierno sin Unidas Podemos y sin independentistas.
Feijóo y el 155 de los independentistas
Alberto Núñez Feijóo, el único barón del PP que gobierna con mayoría absoluta, hizo una reflexión que todos sus compañeros acabarían alabando. Cree el presidente de la Xunta de Galicia que si cuando gobernaba el PP fue el Gobierno central el que aplicó el 155 en Cataluña, lo que ve venir ahora es justo lo contrario: un 155 a la inversa.
"Nos han aplicado un 155. Habrá Gobierno cuando quieran, elegirán de presidente al que quieran y el Gobierno durará lo que quieran", dijo en conversación informal con los periodistas en alusión a los independentistas. "Es tal cual, el 155 en sentido inverso", le daba la razón un parlamentario conservador al escucharle.
No era este viernes el día de que el PP exhibiera sus diferencias. Pero, por las dudas, desde Génova volvieron a insistir en que Casado sigue en el "no es no" y de ahí no se va a mover.
Para la dirección nacional del PP, Sánchez es "poco de fiar". Pero esta desconfianza se extiende al resto de dirigentes del PSOE. No les valen sustitutos ni recambios.
¿Una abstención? No. Porque a la primera de cambio, el PSOE podría volver a dirigir la mirada a ERC. ¿Un Gobierno de coalición? Ni por asomo. Porque Sánchez, por mucho que estuviera firmado, siempre retendría para sí la capacidad de nombrar y cesar ministros.
Suspensión de la autonomía catalana y prima para el partido más votado
Lo que queda, insistieron las mismas fuentes, son los pactos de Estado que Casado lleva más de un año ofreciendo a Sánchez. Este viernes, los conservadores quisieron poner el foco en dos: reforma de la ley electoral para que gobierne la lista más votada. Y aplicación del 155.
Para ninguna de estas dos medidas, subrayan en el PP, hace falta que eche a andar el Gobierno. Se puede trabajar en ellas desde ya. Porque las Cortes ya están constituidas.
La reforma de la ley electoral es una bandera de los conservadores desde los gobiernos de Mariano Rajoy. Sería aplicable en el supuesto de que se celebrasen unas terceras elecciones y supondría dar un plus de 50 diputados a la formación más votada, lo que conllevaría incrementar el hemiciclo del Congreso a 400 parlamentarios.
El PP y Vox: una montaña rusa
Similar luna de miel a la que parecen vivir PSOE y Unidas Podemos se intuía en los encuentros entre dirigentes del PP y de Ciudadanos. No en vano, el PP intentó que su socio en varias comunidades y en el Ayuntamiento de Madrid no se quedara fuera de la Mesa del Congreso, perjudicando así las opciones de la extrema derecha.
Seis claves que marcarán el funcionamiento del nuevo Congreso
Ver más
La relación del PP con Vox es lo más parecido a una montaña rusa. Un día van de su mano para evitar que reprueben a sus dirigentes o para frenas declaraciones institucionales. Otro, se niegan a negociar con ellos para la composición del órgano de gobierno de la Cámara.
Este viernes tocó criticar al partido de Abascal. "Están pasando de trumpistas a lepenistas", dijeron fuentes de la cúpula en alusión al estadounidense Donald Trump y la francesa Marine Le Pen. A su juicio, están actuando con "gravísima irresponsabilidad" con la inmigración.
Casado, dicen en su entorno, mantiene una buena relación con el líder de Vox —Abascal es exmilitante del PP—, pero no así con otros de sus dirigentes. Y pese a las tensiones de la última semana no teme que la polémica de la Mesa haga que sus acuerdos autonómicos y municipales se tambaleen. "O con nosotros, o con la extrema izquierda". Ese es el eslogan de moda ahora en el PP.