Lo negocios del rey emérito

Corinna asegura que el rey emérito se reunió con ella en Londres 11 días después de la carta que desveló a Felipe VI los fondos de Panamá

Corinna, junto al rey en un acto en Barcelona en 2006.

Tres días después de que la Zarzuela difundiese que los abogados de Corinna zu Sayn-Wittgenstein informaron hace un año a Felipe VI de que su padre poseía un fondo opaco en el paraíso fiscal de Panamá, el caso ha dado otra vuelta de tuerca. A través de sus portavoces, la empresaria ha asegurado este miércoles que 11 días después de aquella primera carta remitida el 5 de marzo de 2019 a la Casa del Rey, se reunió con Juan Carlos de Borbón. "El rey emérito –sostiene el texto– viajó a Londres para ver a Corinna el 16 de marzo después de llamarla e insistir para un encuentro". Tras aquella primera misiva a Zarzuela, cuya difusión ha llevado al jefe del Estado a romper con su padre, Corinna dice que envió otras para pedir "diálogo" y no para "un chantaje". El bufete contratado por el padre de Felipe VI para "el ejercicio del derecho a la defensa", no respondió tras el correo electrónico ni tras la llamada con que infoLibre buscaba obtener su versión de lo sucedido.

El comunicado inicial con que el abogado de Corinna, Robin Rathmell, del bufete Kobre & Kim, puso sobre la mesa la existencia de ese nuevo encuentro encierra un aviso poco soterrado de que la antigua "amiga entrañable" piensa sacar a la luz más documentos. Porque el comunicado relata que tras aquella cita en Londres los representantes de Corinna enviaron "varias cartas de seguimiento, sin hacer demandas, pero nuestras solicitudes de buena fe para un diálogo quedaron otra vez sustancialmente sin respuesta" E introduce a renglón seguido lo siguiente: "Nos sorprende que ciertas personas afirmen ahora que hubo algún tipo de "chantaje" u otro propósito inapropiado. Eso no solo es absurdo sino que las cartas hablarán por sí mismas".

En conversación con este periódico, una portavoz de la agencia de comunicación Tancredi Group, que presta servicio a Corinna y sus abogados, afirmó que al encuentro londinense entre el padre de Felipe VI y su antigua amiga íntima asistió el hijo adolescente de esta, Alexander. Para más información, remitió a lo ya publicado el pasado 29 de febrero por el tabloide británico Daily Mail. En efecto, ese día el Daily publicó que, una vez cursada a la Casa Real la carta que un año después ha colocado en el disparadero a Juan Carlos de Borbón, ocurrió lo siguiente: "El sábado 16 de marzo, este voló a Londres en un jet privado y se encontró con Corinna y su hijo, Alexander. Las autoridades británicas no fueron informadas".

El texto agrega una breve declaración del vástago de Corinna: "Alexander, de 17 años, confirmó que el encuentro había tenido lugar". Y dijo: "No puedo entrar en detalles sobre este encuentro privado salvo para decir que el rey emérito estaba muy preocupado con el interés mediático por este asunto". 

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El texto divulgado por Rathmell en nombre de Corinna describe las intenciones de su clienta remarcando que solo persigue "el fin de la campaña de acoso contra ella y salvaguardar la seguridad de ella y sus hijos". "Nunca –agrega– se han hecho demandas indebidas (financieras o de otro tipo) a la Casa Real; de hecho, nuestra clienta quería que la Casa Real tuviera todos los hechos relevantes para hacer su propia evaluación de su posición en estos serios asuntos". Se entiende que esta es una referencia directa al papel de Juan Carlos I como beneficiario de la fundación panameña Lucum. Hay una segunda fundación, esta de Liechtenstein, igualmente vinculada al monarca emérito: Fundación Zagatka. De la investigación abierta por la Fiscalía suiza –el dinero circuló por un banco de ese país, el Mirabaud– ya ha trascendido que en algún momento al menos manejaron 100 millones de dólares.

La antigua aristócrata –la familia de su exmarido mantiene que dejó de serlo tras su divorcio– ocupa un lugar destacado en las investigaciones abiertas tanto en Suiza como en España sobre las supuestas mordidas por la adjudicación del AVE a la Meca a un consorcio de empresas españolas. La mujer que en 2012, en pleno fragor de la crisis económica, se fue con el entonces rey a Botsuana a cazar elefantes abrió la caja de Pandora en el verano de 2018. En los audios grabados por el comisario Villarejo aseguraba que Juan Carlos I  había cobrado parte del dinero del AVE a la Meca. Y que la había utilizado como testaferro. 

Ahora y en riesgo de verse penalmente imputada en España o en Suiza, Corinna afirma que el hallazgo de un ingreso de 65 millones de euros efectuado a su nombre en 2012, fue "un regalo no solicitado" por el "cariño" que le profesaba el rey. Fiscalistas consultados entienden que una donación de tal magnitud puede encerrar en realidad una operación de camuflaje en la que Corinna jugaría el papel de testaferro.

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