Creadoras de contenido en lugar de putas y usuarios en vez de puteros: "Onlyfans es una puerta a la prostitución"

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A ellas las llaman creadoras de contenido, ellos son sus suscriptores o usuarios. En Onlyfans los roles de género están absolutamente definidos: más de un 97% de los cuerpos expuestos son de mujeres y el perfil del usuario mayoritario es un hombre joven entre 25 y 44 años. Las autoras del informe Onlyfans. Un espacio blanqueado del negocio del sexo, elaborado por la Federación de Mujeres Jóvenes, advierten de que la plataforma funciona como una suerte de modelo híbrido entre la prostitución y la pornografía, e impugnan los términos que blanquean el negocio porque aseguran que el lenguaje es importante: ellas hablan de prostitutas, puteros y proxenetas.

Así lo afirma Laura Barrios, presidenta de la Federación. "El problema con Onlyfans es que mayoritariamente nos encontramos a mujeres jóvenes que entran en estos canales porque les han vendido que son libres para tomar sus propias decisiones", asiente sin titubear la activista en conversación con este diario. "Al final, las mujeres lo que están haciendo es mostrar sus cuerpos delante de unos suscriptores que son los mismos que antes iban a un bar de carretera, pero que ahora tienen lo mismo a golpe de click".

Onlyfans "es una herramienta más del patriarcado y como tal lo que hace es blindar y sostener todo el sistema prostitucional", opina Bárbara Tardón, especialista en violencias sexuales y parte del grupo interdisciplinar de expertas que participó en la construcción del informe. A veces, abunda, es también "una puerta de entrada para la prostitución y para la trata".

Para quien no esté familiarizado con todo el entramado que rodea a esta plataforma digital, Onlyfans nace en 2016 y en un inicio sí tiene la vocación de dar soporte a artistas independientes que quieran promocionar su obra. La cosa cambia radicalmente cuando el empresario ucraniano Leo Radvinsky se pone a los mandos, tan solo dos años después. El también productor de cine para adultos –ahí está la clave– altera por completo el enfoque de la plataforma, hasta convertirla en lo que es hoy en día: una web donde mujeres exponen imágenes de contenido sexual exclusivo para sus fans, quienes acceden a través del pago de una suscripción.

"Su funcionamiento es sencillo: una persona ofrece contenido privado a cambio de dinero. Por supuesto, gran parte del contenido ofrecido en la plataforma es de índole sexual y la gran mayoría de creadoras de este tipo de contenido son mujeres", resume el informe.

Blanqueamiento y viejos debates

El debate que brota en torno a la plataforma no es en realidad nuevo. Los términos que resuenan entre defensores y detractores tienen su eco en las disputas en torno a la prostitución y la pornografía: mercantilización del cuerpo de las mujeres, relaciones de poder y violencia versus decisiones libres y consensuadas por personas adultas. Con las particularidades que atraviesan al plano digital. No existe contacto físico y a las mujeres las salvaguarda, en principio, una pantalla.

Para Laura Barrios las conclusiones son claras. "A las mujeres se les vende una falsa idea de libertad, pero detrás hay una plataforma forrándose", asiente. Onlyfans se lleva un 20% de los ingresos en concepto de comisiones. Pero además, existe un factor que las autoras del informe consideran clave: la precariedad. Durante la pandemia del coronavirus, la plataforma vio incrementados sus ingresos en un 553% y ganó más de cien millones de usuarios, según The Financial Times. "Si las chicas jóvenes tuvieran trabajos y sueldos dignos, esto no pasaría", asiente convencida la presidenta de la Federación.

El informe no sólo cita la precariedad laboral y económica de las mujeres jóvenes como factor de riesgo, sino que también cree determinantes cuestiones como la "cosificación sexual de las mujeres en el sistema neoliberal-patriarcal", basado en una suerte de "patriarcado de consentimiento, donde las mujeres se socializan para perpetuarse como objetos sexuales a partir de su autocosificación". A este cóctel hay que añadirle la "falsa idea del empoderamiento entre las mujeres a partir de su hipersexualización", lo que conlleva un "blanqueamiento" de la plataforma digital, vista por mujeres jóvenes no como "espacios de prostitución, sino como lugares donde vender libremente un servicio". La realidad que retratan las expertas queda de hecho oculta tras una perversa glamurización: la presencia de famosas e influencers –desde cantantes hasta antiguas estrellas Disney– hacen deseable la entrada en el negocio. 

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Onlyfans, abunda el análisis, constituye así "una puerta de entrada que facilita el discurso prostituyente sobre las mujeres y normaliza el pago de dinero por la prestación de cualquier tipo de imagen de índole sexual".

Consecuencias para las mujeres

Para Bárbara Tardón, las herramientas que "existen en cada época para atraer a un perfil determinado de mujeres en todo lo que tiene que ver con la explotación sexual y la prostitución se han ido adaptando a los tiempos", por lo que el plano digital ha sido capaz de construir sus propios códigos para darle continuidad a esa estrategia. "Siempre ha sido así, la diferencia es que ahora existen otras vías adaptadas a los tiempos".

Barrios incide además en un elemento clave: las consecuencias para las mujeres. Quienes se exponen en la red, abunda el informe, sufren un "mayor nivel de acoso, desprecio y prejuicios que los hombres en esta plataforma", pero además "las mujeres prostituidas cargan sobre ellas el peso del estigma y las narrativas violentas de la sociedad", incluso aunque sea exhibiéndose a través de una cámara. La activista lo explica así: aunque en la red sean creadoras de contenido, en los institutos serán "las putas que están en Onlyfans".

A ellas las llaman creadoras de contenido, ellos son sus suscriptores o usuarios. En Onlyfans los roles de género están absolutamente definidos: más de un 97% de los cuerpos expuestos son de mujeres y el perfil del usuario mayoritario es un hombre joven entre 25 y 44 años. Las autoras del informe Onlyfans. Un espacio blanqueado del negocio del sexo, elaborado por la Federación de Mujeres Jóvenes, advierten de que la plataforma funciona como una suerte de modelo híbrido entre la prostitución y la pornografía, e impugnan los términos que blanquean el negocio porque aseguran que el lenguaje es importante: ellas hablan de prostitutas, puteros y proxenetas.

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