Cristina Monge: "Las teorías de la conspiración buscan romper la confianza en la política"

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"Plantar cara hoy a quienes amenazan las democracias pasa por lanzar una ofensiva para avanzar en el desarrollo de los derechos humanos y cuidar la conversación pública". Con estas palabras, la socióloga Cristina Monge, columnista de infoLibre, recogía este lunes el Premio a la Comunicación de la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE).

Fui siempre feminista y fue feminismo lo que practiqué en el Parlamento Europeo. Las corrientes natalistas que defienden ciertas derechas, es medievalizante”, ha sostenido por su parte María Eugenia Rodríguez Palop, también columnista de este diario, tras recibir ex aequo el Premio Nacional Derechos Humanos.

El evento, que se ha desarrollado sobre el escenario del Instituto Cervantes de Madrid, se proponía celebrar la trayectoria y el compromiso de aquellas personas e instituciones que se distinguen por su trabajo en defensa de los Derechos Humanos.

Esta edición, la número 42, ha homenajeado, además de a Monge y Palop, al Colectivo de Madres Buscadoras de Jalisco, a la ambientalista Asunción Ruiz Guijosa, al cantante Miguel Ríos . Tampoco se han quedado sin galardón las Jornadas de Motril sobre Derechos Humanos e Inmigración, que han sido reconocidas con la categoría central del encuentro: el Premio de Derechos Humanos APDHE. Con este galardón, la APDHE subraya su labor en la creación de un valioso espacio de personas, entidades de juristas, organizaciones sociales y sindicales para tratar aspectos clave de los derechos humanos de las personas migrantes.

A continuación, reproducimos el discurso, sobre las tablas, de la galardonada con el Premio Comunicación de esta edición:

Una ofensiva por los Derechos Humanos y el cuidado de la conversación pública

Me gustaría empezar con una felicitación y un agradecimiento. La felicitación, a todas aquellas personas nominadas a estos premios. Que alguien piense que tu trabajo ayuda en la defensa de los derechos humanos justifica muchas horas de sueño perdidas o el sacrificio del tiempo de estar con los tuyos.

El agradecimiento, a todos ustedes: Amigos, amigas… distinguido jurado y a todas aquellas personas que participaron en las votaciones: gracias. Gracias por creer que la defensa de los Derechos Humanos es hoy algo importante que debe ser reconocido.

En estos tiempos de transiciones múltiples y superpuestas, en los que  surgen preguntas por doquier, cuando los debates se acaloran y comprobamos, cada vez más a menudo, que las referencias se van evaporando, ellos están allí. Los Derechos Humanos son hoy la tierra firme sobre la que anclar una imprescindible renovación del contrato social que necesita adaptarse a los nuevos retos. Pero no desde una lógica de resistencia, como guarida del mundo que quisimos que fuera,  sino a la ofensiva. Porque lo que no avanza acaba retrocediendo, y si no avanzamos en el reconocimiento y desarrollo de los Derechos Humanos, estaremos perdiendo terreno.

Son los derechos humanos los que nos llevan a defender los derechos de las mujeres, - las occidentales, las afganas, las sirias…los de todas las mujeres-; los derechos  de cualquier persona independientemente de su opción e identidad sexual; los derechos de los trabajadores y trabajadoras, y de quienes pese a ser también trabajadores no cuentan con las condiciones materiales con que hacer posibles estos derechos. Es también a los derechos humanos a los que apelamos cuando constatamos que necesitamos políticas públicas valientes que ayuden a los que vienen de fuera a superar los obstáculos extra que el proceso migratorio impone y al conjunto de la sociedad a gestionar la transformación que este fenómeno supone. Si así no fuera, como denunció Hannah Arendt, no tendría sentido hablar de derechos humanos, es decir, del derecho a tener derechos. 

Son los derechos humanos los que nos llevan a defender también un planeta en que siga siendo posible la vida, aunque hace sólo dos años que la Asamblea General de Naciones Unidas se manifestó en este sentido unos meses después de que el Consejo de Derechos Humanos declarara el acceso a un "medio ambiente limpio, saludable y sostenible" como un derecho humano universal.

Son también ellos los que deben empujarnos a encontrar las vías que acaben con las guerras, con todas  y cada una de ellas; esas que en Europa llegamos a pensar que eran cosa del pasado, pero que nos han estallado en casa haciendo que nos enfrentáramos a muchas de nuestras contradicciones.

Todo esto es especialmente relevante en la categoría en la que me premiáis, en la de la comunicación, puesto que es el elemento esencial que compone una sociedad. En efecto, una sociedad es un espacio de comunicación. Y una sociedad democrática, es un espacio de comunicación y un proceso de toma de decisiones; ambos sustentados sobre valores y principios democráticos. 

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Al proceso de toma de decisiones le hemos dedicado mucho tiempo: buena parte del derecho y de la ciencia política lo tienen como su objeto de estudio. Al espacio de comunicación, sin embargo, quizá no le hayamos prestado la atención que requiere, y por ahí se están colando elementos tóxicos que buscan -y están empezando a conseguir- contaminar la conversación minando la confianza en lo público, en las instituciones, en la Política, y entre nosotros y nosotras, hasta tal punto que empieza a ser imposible un sano debate, una necesaria deliberación que forzosamente ha de articularse sobre hechos ciertos, hoy cuestionados en la conversación pública. El negacionismo y las teorías de la conspiración buscan romper esa confianza de modo que no nos pongamos de acuerdo ni siquiera en los hechos ciertos, momento a partir del cual la deliberación es imposible y la democracia languidece. ¿Recuerdan aquellos “hechos alternativos”, de los que hablaba Kellyanne Conway cuando era consejera de Donald Trump?

Plantar cara hoy a quienes amenazan las democracias pasa por lanzar una ofensiva para avanzar en el desarrollo de los derechos humanos y cuidar la conversación pública. 

Me tomaré este premio como un mensaje de todos ustedes que me instan a no olvidar, en el día a día de cada artículo, cada tertulia, cada análisis o cada libro, el fin último de todo esto.

"Plantar cara hoy a quienes amenazan las democracias pasa por lanzar una ofensiva para avanzar en el desarrollo de los derechos humanos y cuidar la conversación pública". Con estas palabras, la socióloga Cristina Monge, columnista de infoLibre, recogía este lunes el Premio a la Comunicación de la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE).

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