La debilidad de Botella reaviva la guerra en el PSM por la candidatura a la alcaldía

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Guerra interna en el PSM. La derrota de Madrid frente a Tokio en la elección de la ciudad que albergará los Juegos Olímpicos de 2020, que ha debilitado mucho la posición de la alcaldesa Ana Botella a la hora de optar a una posible reelección, ha provocado que los socialistas madrileños confíen en poder imponerse en las próximas elecciones municipales de 2015, y esta posibilidad ha reavivado las luchas internas dentro del partido por decidir quién será la figura que lidere la candidatura. Los nombres se reducen a dos: Jaime Lissavetzky y Antonio Miguel Carmona.

La pugna por ver quién será el cabeza de lista que aspire a recuperar un sillón que los socialistas no ocupan desde el año 1989 –cuando Juan Barranco fue desalojado de él por una moción de censura– se enmarca en la lucha soterrada que existe desde hace un año entre las direcciones federal y regional. Esta tensión se personifica ahora enLissavetzky y Carmona: el primero, actual portavoz del partido en el Ayuntamiento de Madrid, es una persona muy cercana desde hace años al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba; el segundo, miembro del Comité Ejecutivo del partido en Madrid, es uno de los principales colaboradores del líder del PSM, Tomás Gómez. Ambos aspiran a presidir el Ayuntamiento.

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Lissavetzky ha afirmado este lunes en la Cadena SER que le gustaría repetir como candidato, algo que desde el aparato federal se ve con muy buenos ojos. El discurso oficial de la dirección del PSOE es de "respaldo al trabajo llevado a cabo por Jaime Lissavetzky y Tomás Gómez al frente del PSM" y de apuesta por la continuidad. Otras fuentes del aparato mantienen la misma línea y resaltan la importancia de mantener "un proyecto de estabilidad", al tiempo que aseguran que "no sería lógica una batalla interna cuando se pueden recuperar tanto el Ayuntamiento como la Comunidad".

No obstante, Tomás Gómez sondeó hace un año al economista Antonio Miguel Carmona acerca de una posible candidatura al Ayuntamiento de Madrid liderada por él. Carmona se mostró dispuesto a encabezar las listas, si bien condicionó su respuesta a "una renovación tanto del equipo como del proyecto" de los socialistas. Sin embargo, fuentes de la dirección del PSM aseguran que se ha pactado con el aparato federal evitar la convocatoria de unas elecciones primarias que pudieran crear división y minar las opciones de victoria del partido.

A pesar de esto, el entorno del propio Carmona asegura que, en unos hipotéticos comicios internos, el candidato superaría ampliamente a Lissavetzky, una predicción que argumentan comparando la capacidad de convocatoria que muestran actualmente ambos dirigentes. Según estas fuentes, el hombre fuerte de Tomás Gómez arrastra mucha más militancia que el actual líder socialista en el Ayuntamiento.

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