El futuro de IU tras las elecciones generales del 20 de diciembre divide al comité de campaña de Alberto Garzón. Según explican fuentes cercanas al candidato, las dos diferentes concepciones sobre cómo enfocar la campaña electoral –resaltando las diferencias con Podemos o planteando un escenario más alejado de la confrontación–, que ya han provocado la dimisión de dos miembros del equipo, tienen como trasfondo la división que existe con respecto al rumbo que debe tomar la federación una vez pasadas las elecciones.
Las dimisiones de Ramón Luque y Lara Hernández, ya excoordinadores del área de estrategia del comité de campaña de IU, se conocieron ambas este jueves, pero tienen motivaciones diferentes. El secretario de Política Electoral argumentaba, fundamentalmente, su malestar por el supuesto intento del PCE de presentar una candidatura alternativa en Cataluña a la coalición En Comú Podem, a la que EUiA –la marca catalana de IU– se ha sumado. Por contra, los motivos de Hernández tienen mucho más que ver con las diferencias con otros miembros del equipo a la hora de configurar la estrategia de campaña, que para la dirigente no debe buscar el choque con Podemos.
Fuentes de la dirección de IU, en cualquier caso, niegan que la campaña para las generales esté diseñada "como un enfrentamiento con Podemos". "Quien diga eso simplemente miente, porque con quien nos queremos enfrentar es con el PP y sus políticas", así como con las políticas neoliberales llevadas a cabo por el PSOE, sostienen estas fuentes, que aseguran que "si hasta este momento se ha mencionado a Podemos en los actos de IU ha sido a preguntas de periodistas, pero ningún dirigente tiene interés en ir contra ellos". El secretario de Organización de IU, por su parte, se negó a realizar declaraciones: "Los temas internos de mi organización los soluciono en mi organización", se limitó a contestar a infoLibre.
En este sentido, la Presidencia Federal de IU –su órgano intermedio de dirección– aprobó el pasado 26 de octubre por unanimidad las líneas básicas a seguir por la federación en la campaña electoral para las generales; la decisión del órgano contemplaba realizar una campaña en clave propositiva, realzando las diferencias programáticas de IU con sus contrincantes pero sin caer en la competición directa con Podemos. La apuesta de futuro, según se aprobó en esta Presidencia Federal, debía de estar centrada en mantener abierta la posibilidad de una confluencia de la izquierda más a largo plazo, tras las generales.
La "vieja guardia" toma el control de la estrategia
No obstante, fuentes cercanas a Garzón sostienen que esta hoja de ruta, en realidad, no se estaba cumpliendo. Según critican, la ejecutiva que tuvo lugar el pasado 13 de octubre incluyó a miembros de la "vieja guardia" dentro del equipo de campaña, entre los que se encontraba el exeurodiputado Willy Meyer como uno de los integrantes del área de estrategia o el secretario de Economía, José Antonio García Rubio, como responsable de elaborar argumentarios. Y, a partir de ahí y siempre según estas fuentes, se comenzaron a tomar decisiones relativas a la campaña dejando de lado a los coordinadores de la estrategia: Hernández y Luque.
Estas decisiones, sostienen, caminan en la dirección contraria a la que establecía el diseño inicial de la campaña, ya que promueven como líneas básicas abordar temas que incidan en la identidad de IU como máximo exponente de la izquierda en España –estas fuentes ponen como ejemplo que un tema central para los defensores de esta interpretación es la salida de la OTAN–. "Pero al final, lo que a la gente le importa es que hables de paro o de vivienda", protestan.
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Estos posicionamientos tendrían como intención tomar posiciones para el debate interno que tendrá lugar después de las elecciones. En este proceso se deberá decidir el rumbo que seguirá IU de cara al futuro, y ante ese dilema existen dos opciones, según sostiene el entorno de Garzón: o bien buscar un bloque de confluencia con otras fuerzas como Podemos y Equo que se establezca como una alianza estable, o bien tomar un camino diferente que implique no converger con otras organizaciones.
Con esta interpretación coincide en parte otra fuente próxima al candidato, que sostiene que "hay un debate latente sobre lo que habrá qué hacer después del 20-D más allá de lo electoral". De igual forma, este dirigente también señala que "ahora mismo existe una tendencia" en el comité de campaña a realizar "discursos sectarios e identitarios sobre la izquierda" que conducen a "aislarse en uno mismo", y afirma que los dirigentes afínes a estas tesis se encuentran en todas las familias de IU y no se circunscriben a un ala concreta.
Por ello, la renuncia de Hernández –mano derecha de Garzón, al menos hasta el momento– a permanecer en el equipo de campaña cobra sentido ya que, según fuentes próximas al candidato, la secretaria de Convergencia de IU –que no va a abandonar su puesto en la ejecutiva– no quería continuar participando en el diseño de una campaña en la que no cree. Lo mismo ocurre con el exresponsable del área de Juventud de IU, Carlos Martínez, que se encargaba de coordinar las relaciones de IU con la plataforma Unidad Popular hasta su dimisión el pasado martes y que señaló en Facebook el pasado martes que "el nivel de contradicciones asumidas durante todo el último año y medio ha llegado al límite, sobre todo en estas últimas semanas".
El futuro de IU tras las elecciones generales del 20 de diciembre divide al comité de campaña de Alberto Garzón. Según explican fuentes cercanas al candidato, las dos diferentes concepciones sobre cómo enfocar la campaña electoral –resaltando las diferencias con Podemos o planteando un escenario más alejado de la confrontación–, que ya han provocado la dimisión de dos miembros del equipo, tienen como trasfondo la división que existe con respecto al rumbo que debe tomar la federación una vez pasadas las elecciones.