El dinero oculto en Credit Suisse de los autores de un gran pufo inmobiliario en Calabria

OCCRP / IRPI / The Miami Herald

Antonio Velardo tenía los nervios de punta. Suiza había tomado la decisión de flexibilizar sus famosas leyes sobre el secreto bancario y ahora las autoridades extranjeras podrían rastrear cuentas bancarias vinculadas a la evasión fiscal. "Mira, necesito toda la información sobre Suiza", exigió Velardo a un socio en marzo de 2009. "Realmente no me gusta esto... Estos mierdas [los suizos] se han vendido. Suiza se convertirá en un país de mierda. ... Gilipollas".

Velardo, que recurrió a Suiza para ocultar varios millones de euros, tenía motivos para estar preocupado. Estaba en el punto de mira de una investigación de la policía italiana, bautizada Operación Metrópolis, lanzada en 2008. Sospechaban que Velardo blanqueaba dinero para la 'Ndrangheta, uno de los mayores grupos criminales del mundo.

Al final, sin embargo, la apertura del régimen bancario suizo no fue tan amplia como Velardo temía, y sus secretos financieros se quedaron en eso. Hasta ahora.

Los datos filtrados del banco Credit Suisse, así como de informaciones judiciales italianas y de fuentes internas, desvelan nuevos hechos relacionados con Velardo y su inversión inmobiliaria con Henry Fitzsimons, alias Harry, un militante del Ejército Republicano Irlandés (IRA) condenado por terrorismo. Inversionistas perdieron millones en este proyecto inmobiliario, pero no existe certeza sobre donde terminó el dinero.

Esta información forma parte de la investigación periodística Suisse Secrets, basada en una filtración realizada hace más de un año al periódico alemán Süddeutsche Zeitung por una fuente anónima. Se trata de datos sobre más de 18.000 cuentas abiertas en el banco Credit Suisse. En la investigación han participado 48 medios y 163 periodistas de 39 países, coordinados por la organización OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project) y el Süddeutsche ZeitunginfoLibre es el único medio español que forma parte de este proyecto. [Puedes ver aquí la lista con los medios que participan en Suisse Secrets y las claves del proyecto, leer aquí las motivaciones que llevaron a la fuente a realizar la filtración y consultar aquí la versión oficial del banco].

Parte del dinero de Velardo puede rastrearse en Credit Suisse, donde tenía cuentas secretas. Algunas permanecieron fuera del alcance de las autoridades italianas, incluso después de que incautasen el complejo de apartamentos frente al mar donde Velardo y Fitzsimons eran piezas claves, tras sospechar que se usaba para blanquear dinero sucio de la 'Ndrangheta.

"Los bancos suizos son clave para la 'Ndrangheta", dijo uno de los principales fiscales antimafia de Reggio Calabria. "Los clanes pueden llevar el dinero a las cajas fuertes allí, y nunca lo sabríamos. Esto ocurre desde los años ochenta, cuando los spalloni [carteros] de la 'Ndrangheta iban a Suiza con dinero en efectivo”.

"Ahora ocurre de forma más sofisticada, con transacciones realizadas por holdings financieros de todo el mundo. Pero el concepto sigue siendo el mismo", explicó.

Tras ser absuelto de las acusaciones de blanqueo de capitales y colaboración con la mafia en 2016, Velardo se reinventó como inversor inmobiliario y supuesto experto en bitcoin en América Latina y el Caribe. Presume tener un "máster en moneda digital".

Las víctimas de esta saga, que perdieron millones según un abogado que las representa, dicen que Velardo y Fitzsimons tienen mucho que explicar.

El abogado Simon Chambers representó a decenas de víctimas del caso. Tras años de litigio, sus clientes fueron indemnizados parcialmente (entre el 40 y el 50 por ciento) a través de una reclamación al seguro. Pero si se hubiera conocido el alcance de las cuentas de Velardo en Credit Suisse, afirmó Chambers, el caso podría haber sido diferente.

"Si ese recurso estuviera a disposición de ellos como fuente de posibles daños, [mis clientes] estarían hoy disgustados al saber que Velardo se ha llenado los bolsillos", lamentó Chambers.

"Sabíamos que el dinero había ido a parar a algún sitio: tenía que haber ido a algún sitio", añadió.

Cuando los periodistas de Suisse Secrets plantearon al banco preguntas relacionadas con determinados clientes problemáticos, Credit Suisse respondió que no podía hacer comentarios sobre casos individuales. El banco indicó que "cuenta con estrictos mecanismos de control para combatir las actividades relacionadas con la delincuencia financiera. Estos controles están diseñados para prevenir la exposición de Credit Suisse y sus clientes a los riesgos del blanqueo de capitales".

Cuando Harry conoció a Antonio

Antonio Velardo, de 44 años, nacido en Nápoles, se describe a sí mismo en su perfil de LinkedIn como "capitalista de riesgo".

Condenado por delitos menores cuando era joven, vivió en Estados Unidos y el Reino Unido antes de trasladarse a Cabo Verde, el archipiélago atlántico situado frente a la costa de Senegal, donde los investigadores italianos creen que la 'Ndrangheta tiene presencia.

Allí es donde, unos años después, empezó a trabajar con Fitzsimons, un exmilitante del IRA, que pagó una condena de 10 años por un atentado cometido en 1971. Cuando lo liberaron, declaró a los periodistas que se había salido del IRA, aunque aún apoyaba su causa política. Luego, de la noche a la mañana, se convirtió en un promotor inmobiliario de peso en Belfast.

En Cabo Verde, Fitzsimons le pagó 4.000 libras esterlinas a la semana a Velardo para que le ayudara con sus negocios inmobiliarios.

Los dos empezaron pronto a comprar propiedades en centros turísticos de toda Europa. Según los investigadores italianos, no parecía importarles "el precio de esos bienes, como si tuvieran una cantidad ilimitada de dinero".

En 2006, la pareja constituyó una empresa irlandesa, VFI Overseas Properties Real Estate Agent Ltd., para lanzar proyectos inmobiliarios en el corazón de las tierras de la 'Ndrangheta: Calabria, en la punta de la bota italiana. La ciudad calabresa de Africo no era un destino turístico obvio, dados sus opresivos niveles de crimen organizado. Sin embargo, en marzo de 2007 Velardo y Fitzsimons estaban involucrados en un importante proyecto inmobiliario en el territorio de la 'Ndrangheta.

En marzo de 2007, su empresa firmó un contrato con Antonio Cuppari, que estaba construyendo un enorme complejo de apartamentos en la localidad costera de Brancaleone. Según el acuerdo, VFI vendería apartamentos en el complejo de Jewel of the Sea (Joya del Mar), como se conocería el proyecto de Cuppari. A cambio recibirían una comisión, inusualmente alta, del 31% del precio total de venta por adelantado.

En una feria inmobiliaria en Londres, Fitzsimons y Velardo se pusieron en contacto con el propietario de un bufete de abogados londinense, Giambrone and Law, que empezó a organizar las ventas de Jewel of the Sea a su nombre. Se promocionaron los servicios que el complejo tendría algún día: un centro comercial, un hotel cinco estrellas y su propio campo de golf.

Su discurso de venta fue convincente y cientos de compradores extranjeros adquirieron apartamentos en lo que pensaban sería una lujosa urbanización costera. Pero no sabían que quien la construía era un miembro del clan local más poderoso de la 'Ndrangheta.

Cuppari tenía vínculos con el clan Morabito Tiradrittu, que domina el tráfico de cocaína entre América Latina y Europa y tiene su sede en Brancaleone.

La experta en la 'Ndrangheta Anna Sergi, profesora de criminología en la Universidad de Essex, describió el dominio de los Morabito en la zona: “Los clanes de la 'Ndrangheta en estos pueblos son una red entrelazada que reconoce el poder del ‘más poderoso’, el clan Morabito", dijo. "Los socios de los Morabitos son muchos, pero su historia, su reputación, su apellido, es la única moneda que se necesita".

En mayo de 2007, Velardo compró parcelas junto a las de Cuppari, con la idea de integrarlas en la urbanización Jewel of the Sea. Sabía, según las autoridades, que como trabajaba con Cuppari –un hombre de alto rango de la 'Ndrangheta que se hacía pasar por promotor– estaba protegido.

Mientras Fitzsimons y Velardo oficialmente inyectaron un millón de euros en el proyecto, Cuppari seguía aportando fondos, que luego las autoridades italianas sospecharon que era dinero de la 'Ndrangheta procedente del narcotráfico.

En 2007 y 2008, la policía italiana empezó a investigar a Velardo en dos casos distintos. Sospechaban que blanqueaba dinero no solo para los Morabitos, sino también para los Mancusos de Limbadi, otro clan asentado 60 kilómetros al norte.

Tras años de vigilancia policial sobre Cuppari, Velardo y Fitzsimons, las autoridades antimafia incautaron en 2013 el complejo Jewel of the Sea, que por entonces estaba a medio construir. Cuppari fue finalmente condenado a 10 años de prisión por asociación mafiosa y por formar parte de la 'Ndrangheta de Africo. Velardo y Fitzsimons fueron juzgados y absueltos por falta de pruebas.

Aunque la empresa VFI vendió 450 apartamentos en el complejo, sólo 33 compradores recibieron las llaves de sus propiedades. El abogado Chambers señaló que muchos apartamentos comprados por sus clientes nunca se construyeron. Además del dinero del seguro que recibieron los clientes de Chambers, Giambrone y Law fueron condenados a pagar unos 3,5 millones de euros a 41 clientes como indemnización.

Acercándose a Credit Suisse

Aunque las autoridades italianas que investigaban Jewel of the Sea sabían que Velardo tenía una riqueza oculta –en las intervenciones telefónicas se jactaba de tener casi 40 millones de euros en efectivo en el banco, así como una propiedad de 10 millones de libras en Londres–, tuvieron dificultades para encontrar su ubicación exacta.

Ni Irlanda ni el Reino Unido fueron de gran ayuda con respecto a Fitzsimons y Velardo. Las autoridades irlandesas no transmitieron ninguna información bancaria y la petición italiana de rastrear el dinero de los dos fracasó. En Suiza, las solicitudes iniciales de las autoridades italianas fueron infructuosas.

A pesar de ello, la policía financiera italiana de la ciudad meridional de Catanzaro, en el marco de una operación separada contra Velardo y sus socios, denominada Dinero negro, logró un gran avance en marzo de 2010. Para entonces, algunos compradores de Jewel of the Sea ya intentaban recuperar su dinero.

En la frontera italo-suiza, la policía detuvo a uno de los contables calabreses de Velardo, Ercole Palasciano, justo después de que se hubiera reunido con él. Registraron los archivos financieros que llevaba, y uno de los intereses offshore de Velardo y Fitzsimons quedó al descubierto. Los documentos mostraban que Velardo y Fitzsimons poseían juntos una empresa fiduciaria en Chipre, que parecía ser el lugar al que enviaban los beneficios inmobiliarios –incluido el dinero de Jewel of the Sea– para no pagar impuestos.

Además de poner dinero en el extranjero, Velardo escondía parte en Suiza. Los datos de Suisse Secrets muestran que Velardo tenía una cuenta personal y dos cuentas empresariales en Credit Suisse.

Para 2011, su cuenta personal ya había llegado a su pico, con un saldo de 1,92 millones de dólares y una de sus cuentas empresariales acumulaba 1,81 millones de dólares. Una cuenta más pequeña tuvo 36.931 dólares antes de que la cerraran en 2012. Velardo también tenía otras tres cuentas de Credit Suisse que no aparecen en los datos, según supo después la policía italiana.

Cuando en 2009 las preocupaciones de Velardo por la flexibilización del secreto bancario suizo quedaron grabadas, los funcionarios italianos le pidieron a las autoridades suizas que rastrearan sus activos, pero no tenían datos concretos.

Fiscales que trabajaron en la Operación Metrópolis de 2013, le dijeron a OCCRP que tenían “un rastro que los llevaba a Credit Suisse, pero Suiza solo puede colaborar si ya se conoce el número de las cuentas. Entonces nunca pudimos probarlo realmente”.

Sin esta información, las autoridades suizas dijeron que no podían ayudar. No fue hasta 2014, un año después de las acusaciones de Dinero Negro y Metrópolis contra Velardo, cuando los suizos informaron a los italianos sobre la existencia de estas cuentas.

Las autoridades suizas procedieron tardíamente a congelar dos cuentas personales de Velardo, una de las cuales aparece en el conjunto de datos de Suisse Secrets. Estas cuentas contenían más de 300.000 euros.

Sin embargo, los suizos dijeron que no podían embargar tres de las cuentas empresariales relacionadas con él, porque estaban a nombre de Apax, una empresa de las Islas Marshall, y no a nombre de Velardo. Una de ellas aparece en los datos. La cuenta con 29.300 francos suizos nunca se mencionó a los italianos, posiblemente porque ya estaba cerrada.  

Las dos cuentas más valiosas de Velardo en los datos de Suisse Secrets siguieron abiertas mucho después de que las operaciones Metrópolis y Dinero Negro pasaran por los tribunales.

Según los investigadores calabreses, el rastreo financiero de Fitzsimons y Velardo resultó muy difícil pues el dinero en efectivo se canalizó por varios paraísos fiscales.

"Era imposible demostrar el flujo de dinero", dijo un fiscal a OCCRP.

Para 2013, Velardo se enfrentaba a dos casos separados por presunto blanqueo de capitales. En Reggio Calabria fue absuelto por los cargos vinculados a la Operación Metrópolis. Por la investigación de Dinero Negro, fue condenado en primera instancia por asociación ilícita y evasión fiscal, pero el caso fue archivado en apelación tras haber prescrito. Su socio, Fitzsimons, también fue absuelto tras ser detenido en Senegal y extraditado a Italia para ser juzgado.

Velardo no contestó a las preguntas sobre sus supuestas conexiones con gente vinculada a la 'Ndrangheta. Jamie Diaferia, un portavoz de Velardo, insistió en que no sabía que Cuppari estaba conectado con ese grupo criminal.

Además, aseguró que el dinero que Velardo ganó con VFI fue “fiscalizado por las autoridades italianas y aprobado para ser usado como él deseara” y que las “cuentas bancarias de Velardo fueron congeladas y verificadas” por las autoridades suizas antes de ser liberadas.

Diaferia también señaló que VFI era solo un intermediario en el negocio de los apartamentos Jewel of the Sea y señaló que la compañía nunca había sido demandada por su papel en el desarrollo inmobiliario.

Dan McGuinness, un abogado que representa a Fitzsimons, le dijo a OCCRP que su cliente había sido objeto de un "error judicial inexcusable" y era completamente inocente de todos los cargos. Destacó que la Corte Suprema de Italia lo absolvió de los cargos de blanqueo de capitales. La base de esa decisión fue la falta de pruebas.

El abogado añadió que la riqueza de Fitzsimons proviene de una carrera comercial que se ha prolongado durante 40 años y que ahora está jubilado.

“Ahora soy tunecino”

El disgusto de Velardo por pagar impuestos italianos podría haber sido otro incentivo para esconder su dinero de manera segura en Suiza. Fue grabado en una intervención telefónica en 2009 alardeando de que nunca había declarado impuestos en su vida.

"¿Eres tonto?", le preguntó a un subordinado que le dijo que un concesionario de Ferrari estaba pidiendo ver su declaración de impuestos antes de finalizar la venta de un automóvil. “Dígales… ‘Él no declara una mierda’”.

Al año siguiente, Velardo abrió la primera de sus cuentas de Credit Suisse y declaró que su país de residencia era Túnez, un movimiento que aparentemente hizo con el único propósito de evadir impuestos.

En escuchas telefónicas, Velardo expresó su entusiasmo por la medida.

“¡Un pedo en la cara de ese jodido general de la Policía financiera, se le puede dar por el culo, porque ahora soy tunecino!” se le oyó decir. “¡Me pueden chupar la polla, Francè!”, le dijo Velardo a su abogado.

VFI tenía una sucursal en Túnez, donde Velardo también estableció un negocio llamado Apax Consulting. Cuando un periodista fue a la dirección de Apax Consulting en un barrio de clase media de Túnez, no encontró ningún edificio de oficinas.

OCCRP y sus socios también hallaron rastros de Velardo en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, donde empresas vinculadas a él y a otros tres socios compraron más de 130 viviendas en Florida a partir de 2012. La mayoría se compraron en efectivo, después de que Velardo fuera acusado por el Jewel of the Sea.

Velardo también apareció en el Caribe, donde promociona su experiencia comercial en un sitio web, una página de LinkedIn y un blog personal de Medium. Se describe como la cabeza de una firma llamada Real Capital Caribe que invierte en bienes inmuebles en República Dominicana.

Pero hay señales de que los lazos de Velardo con Calabria siguen siendo fuertes. En 2018, le otorgó un poder a Francesco Colacino para manejar cuentas bancarias de Real Capital Caribe. Colacino también fue acusado en el caso Dinero Negro y fue un apoderado que Velardo usó a menudo en Italia

Real Capital Caribe vende apartamentos en dos condominios hoteleros en Santo Domingo. Promociona uno de ellos en su sitio web como “una gran oportunidad de inversión en el corazón del Caribe”, proyectando rendimientos de hasta el 11 por ciento para quienes inviertan.

El complejo Jewel of the Sea, mientras tanto, está abandonado. La construcción nunca se reanudó después de que el Estado italiano la confiscara en 2013. Solo se alcanzó a completar una parte de los pisos planeados.

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Un grupo de 33 personas que compraron apartamentos lucha desde 2013 por rescatar el proyecto. Algunos pagaron propiedades que nunca se construyeron, mientras que otros recibieron apartamentos que ahora valen poco, pues el desarrollo nunca se terminó y las autoridades locales prevén demoler una buena parte.

Un representante del grupo indicó a OCCRP que le habían hecho mantenimiento a las áreas comunes para evitar que se derrumbara mientras el proyecto seguía en el limbo.

“Si hubiera sabido [cuando compré el departamento] lo que sé ahora, me hubiera subido al avión más rápido del planeta y me hubiera ido”, lamentó el propietario, quien pidió el anonimato por temor a represalias. “Es una joya del mar, pero se ha convertido en una absoluta pesadilla para nosotros”.

Antonio Velardo tenía los nervios de punta. Suiza había tomado la decisión de flexibilizar sus famosas leyes sobre el secreto bancario y ahora las autoridades extranjeras podrían rastrear cuentas bancarias vinculadas a la evasión fiscal. "Mira, necesito toda la información sobre Suiza", exigió Velardo a un socio en marzo de 2009. "Realmente no me gusta esto... Estos mierdas [los suizos] se han vendido. Suiza se convertirá en un país de mierda. ... Gilipollas".

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