El 20 de julio de 1936, un grupo de golpistas llegó hasta Sos del Rey Católico, en la frontera noroeste entre Zaragoza y Navarra. En esta pequeña localidad, famosa por su arquitectura medieval y su arte románico, la población había sido advertida por sindicatos y partidos republicanos de la llegada de los fascistas y les recibió a tiros mientras la Guardia Civil, favorable al levantamiento, se atrincheraba en el cuartel. Cuando Saturnina Arbea, de 56 años, fue en busca de sus hijos pequeños, dos disparos provenientes del cuartel de la Guardia Civil acabaron con su vida.
“Al día siguiente por la mañana, vinieron (a casa) y se la llevaron. Ya no hemos sabido ni dónde la enterraron ni dónde está”. Quien habla en un vídeo con voz pausada es la hija de Saturnina, Expectación Morchón, que a sus 91 años recuerda todo lo que sucedió aquel día que vio morir a su madre. 77 años más tarde, el pasado lunes, comenzaron los trabajos para exhumar el cuerpo de Saturnina y el de Mariano Legarre, otro vecino del pueblo que también fue asesinado durante el asalto. Gracias al tesón de familiares y asociaciones y, sobre todo, al dinero conseguido a través del crowdfundingcrowdfunding, Saturnina y Mariano podrían tener por fin un entierro digno.
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“Todo comenzó en 2012 cuando la bisnieta de Saturnina Arbea se puso en contacto con nosotros”, explica Mari Carmen Ríos, presidenta de la Asociación La Charata de Uncastillo. Así empezaron los trabajos coordinados con A.R.I.C.O.A.R.I.C.O para localizar el paradero de los dos cuerpos. Finalmente, el historiador y arqueólogo Javier Ruiz encontró una pista clave: un documento de la época en el que un juez indicaba con precisión el lugar del cementerio en el que habían sido enterrados anónimamente.
“Con este documento, se pidieron autorizaciones y se concedieron, pero no hubo ninguna subvención”, relata Ríos. Fue entonces cuando Miguel Ángel Capapé, presidente de A.R.I.C.O., propuso el crowdfundingcrowdfunding como una solución, que al final no pudo ser más exitosa: la donación a través de internet, con más de 200 contribuyentes, superó los 7 mil euros. El éxito de la iniciativa supone además la primera exhumación en Aragón en los últimos dos años en los últimos dos años tras los recortes por la crisis.
Al segundo día de excavación, el arqueólogo Javier Ruiz se muestra “optimista”. Junto a dos arqueólogos más, dirige un equipo de unas doce personas que tras retirar más de un metro de tierra de la zona halló los restos de lo que podría ser un cuerpo de mujer. “Lo fundamental es saber dónde pueden estar”, afirma Ruiz. “Muchas veces sólo hay fuentes orales, pero ahora tenemos algo fiable. Las perspectivas son buenas”. El proyecto de excavación durará tres o cuatro días y los restos humanos que se encuentren serán enviados posteriormente a Valencia para su identificación.
El 20 de julio de 1936, un grupo de golpistas llegó hasta Sos del Rey Católico, en la frontera noroeste entre Zaragoza y Navarra. En esta pequeña localidad, famosa por su arquitectura medieval y su arte románico, la población había sido advertida por sindicatos y partidos republicanos de la llegada de los fascistas y les recibió a tiros mientras la Guardia Civil, favorable al levantamiento, se atrincheraba en el cuartel. Cuando Saturnina Arbea, de 56 años, fue en busca de sus hijos pequeños, dos disparos provenientes del cuartel de la Guardia Civil acabaron con su vida.