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Quién es quién en ERC, un partido dividido ante una votación decisiva más allá de Cataluña

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Esquerra Republicana de Cataluña va a vivir una votación clave entre sus bases. Los militantes de la formación no solo decidirán este viernes si avalan a Salvador Illa como president de la Generalitat, sino también si se decantan por un acuerdo con los socialistas que ha levantado ampollas en el resto del territorio nacional y después de semanas de eternas dudas por una situación complicada a nivel interno, con parte de sus filas —y del ala más dura del independentismo— presionando con fuerza para ir a una repetición electoral.

El preacuerdo negociado con el PSC implicaría una salida de Cataluña de régimen común en materia de financiación para materializar un "concierto económico solidario" — un anuncio que ha generado un terremoto en el resto del Estado y que actualmente no cuenta con los votos para ser aprobado en el Congreso— e incluye también carpetas sobre financiación, lengua, resolución política del conflicto y políticas sociales. Sin embargo, muchas voces del partido lo consideran insuficiente y creen que Illa no cumplirá con lo acordado, por lo que abogan por votar 'no'.

Al frente de la negociación con los socialistas estuvo la secretaria general, Marta Rovira, que estos días ha tratado de desplegar pedagogía para que las bases avalen el preacuerdo. Pero a la oposición interna de parte de las bases y cargos públicos se le apareció otro obstáculo: la tibieza del otrora líder del partido, Oriol Junqueras, que se puso de lado. No apoyó explícitamente el texto, consciente de que debe hacer equilibrios entre quienes lo apoyan y los que se oponen si aspira a ser reelegido como líder en el congreso de noviembre.

La incertidumbre sobre el resultado es total y fuentes de la organización así lo trasladan en conversación con infoLibre: "Estará muy ajustado", pronostican. Es más, estas voces no dan por hecho que gane el 'sí' pese a los esfuerzos de la dirección de Rovira y el hecho de que la mayoría de los cargos del partido hayan apoyado el texto. Las asambleas territoriales previas a la votación se han mostrado especialmente divididas ante el preacuerdo y con la 'rama joven' del partido presionando para el 'no', al igual que la corriente interna crítica Primer d'Octubre.

Partidarios del 'sí'

Fue la cúpula de ERC, con Rovira a la cabeza, la que compareció para anunciar el preacuerdo con el PSC. La secretaria general es la que ha asumido en primera persona la tarea de volcarse para lograr el 'sí' de las bases en los medios y también en redes sociales. Este mismo jueves le ha lanzado un mensaje tranquilizador a los militantes de ERC en Catalunya Ràdio, asegurando que han pactado un 'Plan B' con el PSC para garantizar la "financiación singular" en el caso de que el Congreso tumbe la medida.

Junto a Rovira también están defendiendo el 'sí' otras figuras de peso como el propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, las portavoces del partido, Marta Vilalta y Raquel Sans, y su homólogo en el Congreso, Gabriel Rufián. Cuenta también con el respaldo de miembros del Govern como los consellers Natàlia Mas, Meritxell Serret, Anna Simó, Tània Verge o Carles Campuzano. También lo apoya el presidente del grupo parlamentario, Josep Maria Jové y la líder del grupo municipal en Barcelona, Elisenda Alamany, además de figuras de referencia en el partido como el exportavoz en la Cámara Baja, Joan Tardà.

Pero no solo defienden el acuerdo los cargos orgánicos de la formación, un grupo de 25 alcaldes de Esquerra, entre los que están el de Manresa, Marc Aloy, la de Sitges, Aurora Carbonell, el de San Andrés de la Barca, Marc Giribet y la alcaldesa de Tàrrega, Alba Pijuan, entre otros. En comunicado conjunto argumentaban recientemente que era "un buen acuerdo" y aseguraban que "una repetición electoral sería muy negativa para el conjunto del país".

Partidarios del 'no'

Mientras aquellos que defienden el 'sí' lo hacen públicamente, muchos de los que no están de acuerdo con el contenido del preacuerdo no son tan explícitos ya que la dirección del partido lo avala. Sin embargo, sí hay algunas figuras que han mostrado su oposición como la diputada de ERC en el Congreso, Pilar Vallugera, que ya anticipaba en su cuenta de X que no lo apoyaría bajo el hastag #noambelmeuvot —no con mi voto—, utilizado también por otros cargos y militantes.

Le acompañan en esa negativa otros cargos como el alcalde de Olesa de Montserrat, Jordi Parent, el portavoz en Sabadell, Gabriel Fernàndez, el exalcalde de Tarragona Pau Ricomà, el exlíder en Barcelona y exconseller Alfred Bosch, además de exdiputados como Jordi Orobitg Carles Castillo. Tampoco lo apoya el conseller nacional Joan Puig, que ha llegado a presentar una queja ante la Comisión de Garantías contra la formulación de la pregunta ante las bases, argumentando que debería incluirse el nombre de Salvador Illa.

Son contrarios también a la investidura del socialista los miembros del Jovent Republicà. Es más, abogan por que se celebre una reunión extraordinaria una vez se produzca la votación de las bases para decidir el posicionamiento de su representante en el Parlament, la diputada Mar Besses, cuyo voto es imprescindible para que Illa obtenga la presidencia de la Generalitat, al menos en primera votación. Desde el colectivo Primer d'Octubre también ha emitido un comunicado defendiendo el 'no' de los afiliados.

No se posicionan

Junqueras ha optado por estar entre dos aguas, el hasta ahora líder del partido aseguró en X que "respeta" el trabajo realizado por el equipo negociador, así como el "contenido" del acuerdo y que será la militancia de ERC quien tomará la decisión. "Este viernes la militancia de Esquerra Republicana de Catalunya tiene la palabra y decidirá lo mejor para el país y para avanzar hacia la independencia y para acercarnos, cada día más, a nuestros anhelos".

Detrás de todo, se esconde la guerra interna que el partido tiene abierta por el liderazgo. Junqueras ha optado por volver a presentarse a la reelección y lleva semanas recorriendo el territorio para intentar conseguir el aval de la militancia. Rovira, en cambio, defiende una renovación total de la cúpula y ha anunciado que no volverá a presentarse en noviembre.

Pero no es el único que ha evitado posicionarse. Tampoco lo ha hecho la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, ni tampoco lo han hecho los consellers Roger Torrent y Ester Capella, que estuvieron presentes en la reunión del pasado lunes por lo que se presupone su voto favorable, pero han evitado hacer declaraciones públicas.

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Nadie en Esquerra quiere hablar de lo que sucedería si, finalmente, gana el 'no'. La formación todavía lidia con el batacazo electoral de las autonómicas, el dolor por haber sido superados por Junts y las dudas sobre la efectividad de su posicionamiento junto al PSOE en Madrid durante estos años. Mientras en el partido alegan que hace falta tiempo para recuperarse políticamente, la lucha futura en el congreso para renovar la dirección en noviembre obligará a posicionarse con discrepancias internas que se han acrecentado con el caso de los carteles de Ernest Maragall. 

A ello se le suma la posible vuelta del expresident Carles Puigdemont que ya anunciando que volverá, aunque lo detengan, para la investidura. Pero también dirigentes republicanos creen que es un suicidio en las urnas no hacer president a Illa. Además, venden con este pacto que se logra un paso histórico que había reivindicado durante décadas el soberanismo, aunque algunos temen que lo pactado finalmente no llegue a cumplirse.

Lo que suceda en la consulta será también trascendental para la legislatura en el Parlamento nacional. Unas nuevas elecciones en Cataluña volverán a menear el panorama político en un momento en el que Sánchez quiere lograr la investidura de Illa como la guinda del pastel del fin del procés. Pero también la llegada del socialista al Palau puede alterar los planes de Junts, cuya apuesta es ir otra vez a las urnas con la esperanza de hacer president a Puigdemont.

Esquerra Republicana de Cataluña va a vivir una votación clave entre sus bases. Los militantes de la formación no solo decidirán este viernes si avalan a Salvador Illa como president de la Generalitat, sino también si se decantan por un acuerdo con los socialistas que ha levantado ampollas en el resto del territorio nacional y después de semanas de eternas dudas por una situación complicada a nivel interno, con parte de sus filas —y del ala más dura del independentismo— presionando con fuerza para ir a una repetición electoral.

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