La falta de transparencia pone bajo sospecha la política española en África en materia de migraciones

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Conocer cuánto dinero público ha dedicado, dedica y planea España dedicar a África, en iniciativas directa o indirectamente relacionadas con el objetivo de frenar la salida de cayucos rumbo a las costas españolas, se ha convertido en una tarea imposible. El Gobierno o no responde a las demandas de información o simplemente afirma no disponer de esos datos. Así que tampoco es posible conocer si esas cantidades de dinero se supervisa de algún modo, para que no acaben en manos de personas o intereses a los que no estaban destinadas. De igual modo, no hay modo de saber si el Ejecutivo dispone de algún mecanismo para evaluar el éxito o el fracaso de estas políticas. Y hay motivos para la sospecha, como denuncian las organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno.

No deben ser cantidades menores. Hace ahora seis meses, en pleno pico de llegadas de migrantes a las costas de Canarias, el presidente Pedro Sánchez anunció más de 300 millones de euros solamente para Mauritania en los próximos años, con el objetivo de frenar el repunte de migración irregular desde sus costas. De esta cifra total, 200 millones se anunciaron para fomentar la inversión de empresas españolas en aquel país durante los próximos cinco años, a través de instrumentos como el Fondo para la Internacionalización de la Empresa Española (FIEM) y la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE). De aquel anuncio nada se ha concretado desde entonces.

En aquel viaje, en el que el jefe de Gobierno español estuvo acompañado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Sánchez anunció 60 millones de euros adicionales para proyectos de desarrollo durante los próximos cuatro años y otros 50 millones de euros de cooperación financiera para este país africano. 

Esfuerzo “adicional”

El presidente aterrizará de nuevo este martes en Mauritania, primera escala de la gira africana que le llevará también a Gambia y a Senegal y que su Gobierno trata de presentar como un esfuerzo adicional para frenar la migración que parte de las costas de África Occidental y se dirige al archipiélago canario.

Sin embargo, el Ejecutivo apenas ofrece información con la que poder evaluar el alcance y el supuesto éxito de estas políticas más allá de sus propias análisis, siempre positivos. Esta vez, la versión oficial anticipa la firma de nuevos acuerdos de migración circular con Mauritania y Gambia, que se añadirán a los que ya existen en Senegal, en Marruecos o en varios países de América Latina, con el objetivo de regular la llegada ordenada y temporal de trabajadores de estos países.

La idea es simple: hacer coincidir la demanda que hay en España de trabajo, sobre todo de temporada en sectores tales como la agricultura o el textil, con la oferta de trabajadores de otros países que reciben formación antes de viajar y, después, regresan a sus lugares de origen. 

Escasos resultados

El Gobierno considera un éxito estas iniciativas, pero las pocas cifras conocidas demuestran lo limitado del esfuerzo. Solamente 141 senegaleses han tenido la oportunidad de beneficiarse del programa de migración circular, del que la Administración Sánchez únicamente ofrece la cifra global: apenas 17.400 migrantes procedentes de Marruecos, Colombia, Honduras, Ecuador, Senegal, Argentina y Uruguay. Y no detalla el dato por cada uno de estos países.

Aunque el Gobierno asegura que transformar el fenómeno de la migración africana hacia Europa va a requerir esfuerzo y tiempo, no duda en relacionar la última visita de hace seis meses del presidente la zona, a la que acudió acompañado por la presidenta de la Comisión Europea, con una “ralentización” de la llegada de migrantes procedentes de África Occidental. 

Fuentes del Ejecutivo admiten la posibilidad de que la llegada de migrantes empeore en los próximos meses, favorecida por las condiciones de la travesía, pero a pesar de ello esperan que la visita de Sánchez contribuya a mejorar la cooperación con los tres países de los que parten la mayoría de los cayucos que llegan a Canarias en estos momentos.

Policía y Guardia Civil

En Mauritania, Gambia y Senegal ya hay presencia de efectivos de la Guardia Civil y del Cuerpo nacional de Policía colaborando con las autoridades locales en la lucha contra el crimen organizado, la prevención del terrorismo islamista y la persecución de los grupos que se lucran organizando los viajes en cayuco. En el primer caso, el país vive la presión de tener aquel atender a más de 200.000 refugiados de Mali que huyen del conflicto que asola el país desde hace más de una década y que se ha recrudecido con la retirada de las tropas francesas y la llegada de mercenarios rusos del Grupo Wagner. Casi todo el Sahel, una vasta región que se extiende a lo largo de una franja de unos 5.400 kilómetros de este a oeste del continente, desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo, vive bajo la presión de la violencia de grupos armados, muchos de ellos yihadistas.

Muchos de estos malienses acaban abandonando los campos de refugiados, al este del país, cruzan el desierto y buscan la costa para embarcarse hacia Canarias. De ahí que España trata de promover en Mauritania políticas que dificulten ese tránsito.

Durante su visita, Sánchez firmará varios documentos con el objetivo reforzar la cooperación policial en la lucha contra el crimen organizado y las mafias de tráfico de personas. También ha previsto suscribir declaraciones conjuntas detallando los ámbitos de cooperación en los que se desarrollarán acciones conjuntas en los próximos meses. El Gobierno, sin embargo, no ha revelado sus contenidos y, en particular, si implican nuevos fondos y el desplazamiento de más policías y guardias civiles a la zona. Se sabe, eso sí, que el presidente viajará acompañado para la ocasión por la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Sáiz, a la que se unirá en Senegal el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.

Sin ruedas de prensa

La gira, durante la cual no está prevista la celebración de ninguna rueda de prensa, comenzará en Nuakchot el martes por la tarde, donde Sánchez se reunirá con el presidente mauritano, Mohamed Uld Ghazuani, y está prevista constitución de un comité empresarial hispano-mauritano al que asistirán representantes del Gobierno canario y empresarios canarios.

El miércoles por la mañana, el presidente se trasladará a Banjul en la que será la primera visita oficial de un mandatario español al país más pequeño del continente. Aquí, además de reunirse con su presidente, Adama Barrow, y firmar con él un acuerdo de migración circular, tendrá ocasión de conocer de primera mano la labor que llevan a cabo los efectivos de la Guardia Civil y la Policía en colaboración con las fuerzas gambianas.

Tras ello, se desplazará a Dakar, donde el Instituto Cervantes, el primero en el África Subsahariana y cuya primera piedra puso Sánchez, acogerá una jornada durante la que se presentará la Estrategia África Avanza elaborada por el Ministerio de Economía y que tiene por objetivo financiar proyectos que permitan fomentar el desarrollo y la inversión en sectores emergentes en estos países para impulsar la capacitación y aprovechar el capital humano existente.

Empresarios

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Ya el jueves por la mañana, Sánchez tiene previsto un desayuno con empresarios españoles con intereses en Senegal para conocer de primera mano su situación e inquietudes. A continuación, tendrán lugar los contactos con la nueva administración del presidente Bassirou Diomaye Faye, elegido el pasado marzo.

Además de reunirse con el presidente, con quien firmará acuerdos, el presidente del Gobierno también se reunirá con el primer ministro, Ousmane Sonko. Las fuentes han resaltado que la relación con el nuevo mandatario senegalés sigue siendo igual de buena que con el anterior, Macky Sall, con quien Sánchez forjó una estrecha colaboración, y las nuevas autoridades ven con buenos ojos.

Sobre proyectos concretos, el Gobierno no ofrece detalles y mucho menos cuantías económicas. Apenas algunas pinceladas, como una iniciativa para llevar Internet, telefonía móvil y conectividad a áreas rurales de Senegal a través de Hispasat, la empresa operadora de telecomunicaciones por satélite controlada por el Estado. Oficialmente, no hay nada en el programa sobre acuerdos de devolución de migrantes irregulares a los tres países que visitará Sánchez, pero el Gobierno tampoco ofrece datos sobre cuántos han sido trasladados de vuelta en los últimos años.

Conocer cuánto dinero público ha dedicado, dedica y planea España dedicar a África, en iniciativas directa o indirectamente relacionadas con el objetivo de frenar la salida de cayucos rumbo a las costas españolas, se ha convertido en una tarea imposible. El Gobierno o no responde a las demandas de información o simplemente afirma no disponer de esos datos. Así que tampoco es posible conocer si esas cantidades de dinero se supervisa de algún modo, para que no acaben en manos de personas o intereses a los que no estaban destinadas. De igual modo, no hay modo de saber si el Ejecutivo dispone de algún mecanismo para evaluar el éxito o el fracaso de estas políticas. Y hay motivos para la sospecha, como denuncian las organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno.

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