Alberto Núñez Feijóo la pide por “responsabilidad” y porque quiere protagonizar el ritual completo de un candidato que aspira a la investidura por encargo del rey, aunque sepa de antemano que, al menos en estos momentos, no tiene ninguna posibilidad de conseguir la mayoría del Congreso. Y Pedro Sánchez la acepta por “respeto institucional”, en palabras de la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez.
La “normalidad democrática” acaba ahí, porque ninguno de los dos interlocutores espera nada de la reunión que ambos mantendrán este miércoles a partir de las diez de la mañana en el Congreso de los Diputados. La tercera que mantienen cara a cara y en privado desde que, hace 17 meses, Feijóo sustituyese a Pablo Casado al frente del principal partido de la oposición. Desde entonces, y a pesar de que las buenas maneras hacían pensar otra cosa, la relación entre ambos no ha hecho más que empeorar. Y la interlocución, que nunca fue fluida, es desde hace mucho tiempo inexistente.
Así las cosas, nadie en el PP ni en el PSOE espera otra cosa que una cita de trámite en la que constatar diferencias e intercambiar reproches. Feijóo quiere utilizarla para denunciar que Sánchez no reconoce su victoria y el presidente en funciones aprovechará para subrayar la pérdida de tiempo que supone la investidura fallida del líder del PP.
Dureza
La dureza con la que ambos encaran la reunión es evidente. El portavoz de la dirección del PP, Borja Sémper, no ahorró este lunes críticas hacia Sánchez, al que acusó de estar “dispuesto a todo con tal de satisfacer sus intereses particulares, incluso a subastar el cumplimiento de la ley”, remarcó. El suyo es un modelo político “tóxico” en el que “vale todo con tal de ser presidente”.
La réplica se la dio este martes la ministra Isabel Rodríguez, también con toda crudeza. Feijóo, aseguró, tiene una “actitud dilatoria. Se ha pedido un mes para ganar tiempo, no se sabe para qué, a sabiendas de que va a perder. Es una investidura que se sabe fallida. ¿Para qué hacernos perder el tiempo?”, se preguntó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
La investidura de Feijóo “parece un paripé, con todo el folclore, sabiendo que es mentira, que está mintiendo a los españoles”, añadió. Y su insistencia en gobernar porque la del PP fue la lista más votada es una falta de respeto “institucional a la Constitución” y “al sistema parlamentario”, que exige “conseguir una mayoría parlamentaria. Respeto es no mentir a España. Feijóo no tiene más que 172 diputados, eso implica que no tiene mayoría, eso es lo que expresaron las urnas. Lo que está haciendo el candidato es hacer perder el tiempo a España”, que lo que necesita es tener “cuanto antes” un Gobierno en plenas funciones. “El proyecto derogatorio que planteó el PP fue rechazado por una mayoría social en las urnas. Nosotros no tenemos aún la mayoría, pero a diferencia de Feijóo, sí tenemos la capacidad de lograrla”.
Tiempo de sobra
Pase lo que pase en la reunión de este miércoles, todo indica que a Feijóo le sobrará tiempo de aquí a la sesión de investidura. No tiene intención de participar en las reuniones que el PP organizará en el Congreso y que, como mucho, no serán más de cinco. Y eso solamente si los socialistas aceptan un encuentro después de la cita con Sánchez y si los nacionalistas gallegos acceden a verse con el PP, porque los conservadores no quieren hablar con Bildu y Esquerra ya ha dicho que no participará en la ronda de contactos organizada por Génova. Lo que es evidente es que el PP no tiene prisa. De momento no hay constancia siquiera de que hayan solicitado las reuniones anunciadas.
Para colmo, ya hay al menos tres presidentes autonómicos que han desmontado el intento del candidato de abrir una inédita ronda de contactos con las comunidades autónomas, algo que no está previsto en la Constitución ni en ninguna norma del sistema político español. Son Iñigo Urkullu (PNV), el lehendakari, Pere Aragonès (ERC), el presidente de Cataluña, y Adrián Barbón (PSOE), el jefe de gobierno del Principado de Asturias.
Entretanto, el líder del PP sigue sin despejar las incógnitas que pesan sobre su futuro. Nadie, ni siquiera él, confirma que tenga intención de permanecer como líder de la oposición parlamentaria si Sánchez consigue la investidura. El pasado domingo, en una entrevista publicada por el diario El Mundo, Feijóo respondió de manera ambigua, hablando del PP y no de sí mismo cuando le preguntaron si se quedaría en el Congreso. “El PP está preparado para hacer oposición”, respondió. “Y si después de ganar las elecciones el presidente es un diputado que tiene menos votos que el líder del PP, haremos la oposición que nos corresponde”.
Compromiso
“¿Se compromete a agotar la legislatura al frente del PP?”, le insistieron. “Intento cumplir lo que digo. Yo dije que si no ganaba las elecciones, no seguiría al frente del PP. Y ahora que hemos ganado, voy a cumplir mis compromisos. Un señor que gana las elecciones al presentarse por primera vez y que tiene el partido con mayor poder territorial en la historia, ¿no lo merece?”, se preguntó.
Esa misma ambigüedad la utilizó el domingo en Soutomaior (Pontevedra), en un acto de partido al que había sido convocada la plana mayor del PP. Allí defendió su decisión de presentarse a la investidura para convertirse en el presidente del Gobierno. Pero después, hablando de la posibilidad de no conseguirlo porque le faltan tres votos en el Congreso, aseguró que será el PP quien lo logre en el futuro, sin excluirse, pero sin hacer referencia alguna a sí mismo.
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“Vamos a presentar nuestra candidatura a la presidencia de Gobierno y, aunque no saliese por cuatro votos, lo que sí os puedo asegurar es que las ideas, las propuestas y el programa que voy a exponer en el Congreso de los Diputados tendrá vigor durante los siguientes años. Y aunque no sea una investidura a corto plazo, sí será la primera piedra del próximo Gobierno de España, porque os aseguro que estoy absolutamente convencido de que ahora o después el próximo gobierno de España será un gobierno del Partido Popular”.
Y como no hay dos sin tres, este mismo martes, en una entrevista en Onda Cero, su vicesecretario y portavoz, Borja Sémper, no fue capaz de zanjar la incertidumbre que plantea el caso de que Feijóo no consiga ser presidente del Gobierno, que es “a lo que ha venido a la política”, remarcó, y “lo que está intentando”. “El otro puente lo cruzaremos cuando lleguemos a él”. No duda que tenga “capacidad y preparación para desempeñar un papel y otro”, pero “todavía no hemos descartado la posibilidad de que sea presidente”, añadió.
Las dudas sobre el futuro de Feijóo mantienen en una expectativa permanente a los presidentes autonómicos mejor situados para sucederle en el cargo, en particular la madrileña Isabel Díaz Ayuso y el andaluz Juanma Moreno. A apuntalar su autoridad no está ayudando tampoco que el presidente del PP catalán mantenga su desafío al criticar públicamente la decisión de Feijóo de sentarse a hablar de la investidura con Junts.
Alberto Núñez Feijóo la pide por “responsabilidad” y porque quiere protagonizar el ritual completo de un candidato que aspira a la investidura por encargo del rey, aunque sepa de antemano que, al menos en estos momentos, no tiene ninguna posibilidad de conseguir la mayoría del Congreso. Y Pedro Sánchez la acepta por “respeto institucional”, en palabras de la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez.