La estrategia del PP
Feijóo pasa de burlarse de la llamada al ahorro de Sánchez a exigir límites en aire acondicionado y calefacción
Del blanco al negro. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha tardado apenas una semana en pasar de burlarse del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por anticipar la necesidad de poner en marcha medidas a ahorro energético en España a exigir un plan para limitar el uso que los ciudadanos hacen del aire acondicionado y de la calefacción y para que los ayuntamientos reduzcan el gasto en alumbrado público.
Lo que entonces ridiculizaba como un intento de Sánchez de trasladar a los ciudadanos su propia responsabilidad, ahora se ha convertido, según sus propias palabras, en una exigencia ética.
“Tenemos que decir la verdad”, declaró en respuesta a las pregunta de los periodistas en un acto de partido organizado en un centro de integración social de Cáritas en València. “Debemos establecer un plan de ahorro energético en España, es imprescindible. Me parecen bien los programas de ahorro energético que señalan límites para activar aires acondicionados y para activar en invierno la calefacción”.
“Debemos bajar el consumo energético innecesario” y eso incluye, para Feijóo, “pactar con los ayuntamientos un ahorro en alumbrado eléctrico nocturno para prepararnos ante eventualidades, cortes o disminuciones de energía”. Un plan de ahorro energético “responsable y serio”, añadió, que según el líder del PP hay que “transmitir” a los españoles porque "las eventualidades de este invierno las desconocemos”.
La paradoja es que hace apenas una semana, en su réplica al discurso del estado de la nación de Sánchez, Feijóo le acusó de pedir “a los ciudadanos que asuman el 100% de las responsabilidades que elude el Gobierno”. Y le reprochó pedir a la población que consuma menos energía.
Lo que el presidente del Gobierno planteó en el Congreso fue controlar el gasto energético para prevenir los problemas de abastecimiento que se pueden producir si Putin corta el suministro de gas a Europa y España se ve obligada a ayudar a los países más afectados compartiendo su energía. Fue en ese contexto en el que Sánchez dijo que “deberemos adoptar medidas de ahorro energético. Habrá que impulsar medidas como incrementar el teletrabajo, fomentar el transporte público, bajar un poco la temperatura de nuestra calefacción o subirla en el aire acondicionado. Nada que atente contra nuestro modo de vida, pero sí acciones que nos permitan defender nuestros valores y nuestro modo de vida cuando se ve atacado”.
“Insulto a las familias”
Entonces Feijóo tomó esas referencias para acusar al presidente de reconvenir a los ciudadanos por consumir demasiada energía. “La única solución” que propuso el presidente, según el líder del PP, “es una llamada general a apretarse el cinturón. Con la excepción del Gobierno, que sigue dispuesto a mantener el Ejecutivo más caro de la historia de España”. Es “un insulto a las familias“, remachó.
Para Feijóo, las prioridades ante un desabastecimiento energético pasan primero por las empresas, después por los hospitales y en tercer lugar por los hogares. Al llevar a cabo ese plan de ahorro energético que propone, prosiguió el líder del PP este jueves en València, “debemos de preservar prioritariamente los lugares de trabajo” porque “no podemos perder el empleo porque las industrias no tienen energía o no la pueden pagar.” En segundo lugar, hay que “priorizar hospitales y centros de mayores y todos aquellos que necesitan energía para poder funcionar sin limitaciones”. Y, en tercer lugar, “los hogares”.
El cambio de postura de Feijóo en apenas una semana no le impidió acusar al Gobierno de “improvisar la política energética” y calificar de “disparate” las relaciones con Argelia o que España esté “incrementando las compras de gas ruso”. Los españoles sufren un “enorme desasosiego que trae causa de la enorme frivolidad de la política energética del Gobierno”.
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Es verdad que España aumentó en mayo las compras de gas ruso (de 3.278 GWh el mes anterior a 4.357), según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolífero (Cores actualizados al 13 de julio, pero sigue representando un porcentaje muy pequeño del total (11,8%). De hecho, el 82% del gas que compró España en mayo procede de África (sobre todo Argelia, con 25% del total, y Nigeria, con un 13,4%) y de Estados Unidos (35,4%), que ya es nuestro principal suministrador de este combustible.
Con su reacción, Feijóo trata de hacer ver que el Gobierno ha pasado de plantear “acelerar la transición ecológica a no querer hacer recortes en el consumo de gas. “Esto no es muy serio”. En realidad el Ejecutivo no ha cambiado de postura. A lo que se opone no es a la puesta en marcha de mecanismos de solidaridad entre países, que es algo que hasta Sánchez planteó en el Congreso, sino a que su diseño lo haga la Comisión Europea sin consultar a los países miembros, entre ellos España.
En cualquier caso, remató el líder del PP, el principal partido de la oposición seguirá reclamando utilizar todas la fuentes energéticas posibles, incluyendo “las centrales térmicas de carbón” en línea con Alemania y Polonia y “mantener y ampliar la vida útil de nuestras centrales nucleares como energías de respaldo ante eventualidades de corte de suministro”.