La detención de José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, alias Josu Ternera, ha dejado a ETA sin el último gran jefe simbólico que mantenía después de su derrota policial y el anuncio, el 20 de octubre de 2011, del final de los atentados. Su vida transcurrió entre los cargos de representación pública y la clandestinidad, pero siempre al servicio de la organización terrorista en la que ejerció prácticamente todas las funciones.
La detención se ha producido a primera hora de la mañana de este jueves en la localidad de Sallanches, en los Alpes franceses, en una operación bautizada como Infancia robada en la que han participado la Guardia Civil y el Servicio de Inteligencia interior galo, según ha confirmado el Ministerio del Interior. La policía llevaba tiempo siguiéndolo tras localizar su residencia en Saint Gervais les Bains.
Etarra polifacético
Nacido en 1950 en Ugao-Miraballes (Vizcaya), ingresó en ETA con tan solo 20 años y, en 1984, pasó a formar parte de su cúpula directiva, una promoción que se llevó a cabo tras la detención del etarra Eugenio Etxebeste, alias Antxon.
Josu Ternera fue pistolero, jefe de ETA, diputado de EH en el Parlamento vasco —donde llegó a integrar la Comisión de Derechos Humanos— y su último papel de relevancia interna tuvo lugar durante la primera etapa del proceso de negociación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Posteriormente fue relegado por el ya fallecido Francisco Javier López Peña, alias Thierry. Luego vino el atentado de la T4 del aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas que fue determinante para el fracaso del proceso.
La búsqueda de Josu Ternera se remonta a su paso a la clandestinidad en noviembre de 2002, cuando era parlamentario por Euskal Herritarrok, tras haber sido citado a declarar por el Tribunal Supremo por ordenar el atentado contra la Casa Cuartel de Zaragoza en el que fueron asesinadas 11 personas, 6 de ellas menores de edad.
Los Servicios de Información lo situaban en los últimos años en un papel de ascendencia sobre la banda, aunque no desempeñaba labores concretas. ETA había pasado de tener líderes como Garikoitz Azpiazu Rubina, alias Txeroki, y otros que apostaron por un ritmo alto de atentados, a una dirección mermada por las detenciones que se vio forzada a decretar un alto el fuego.
Ternera fue detenido por primera vez en Bayona (Francia) el 11 de enero de 1989 y cumplió condena en el país vecino hasta el 4 de mayo de 1996, día en que fue entregado a España. En las cárceles españolas permaneció en prisión preventiva hasta el 14 de enero de 2000, cuando el Tribunal Supremo lo excarceló al considerar que su condena en Francia por asociación de malhechores incluía las acusaciones que se le formulaban en España por pertenencia a banda armada, dentro del denominado caso Sokoa.
Intentos frustrados de detención
Su último rastro se diluye en julio de 2013. Ese año fue visto en un piso alquilado en Durban-sur-Arize, en el sur de Francia y muy cerca de Andorra y de la frontera española. Hasta aquí se desplazaron de nuevo el 12 de octubre de 2016 agentes franceses de la Brigada de Investigación e Intervención (BRI) y de la Subdirección Antiterrorista (SDAT), contando con información de la Policía española.
Antes de que consiguiera eludir su detención en julio de 2013, los servicios de información situaron a este etarra de la vieja guardia en Oslo (Noruega), donde permaneció cobijado junto a los dirigentes David Pla e Iratxe Sorzábal —los jefes de la banda detenidos en Francia en 2015— tratando de impulsar un proceso de paz. De aquí fueron expulsados en febrero de 2013, después de que no terminaran de concretar la entrega de armas y disolución de ETA. Todavía antes, estuvo otras tantas veces a punto de ser detenido, pero siempre logró eludir a las fuerzas de seguridad. Fuentes de la lucha antiterrorista explicaron en 2013 que Josu Ternera se percató del dispositivo establecido para su arresto por la Policía Judicial francesa cuando se reunía con su pareja y un hijo de apenas unos meses. Aquella no era la primera vez que escapaba el único etarra de la vieja guardia que quedaba en la clandestinidad.
Último acto público
La última aparición pública de Josu Ternera fue el 30 de octubre de 2002, en Ginebra, donde participó junto a Arnaldo Otegi en una reunión con periodistas de la Asociación de Corresponsales Acreditados ante la ONU en la sede de las Naciones Unidas en la capital suiza. Este histórico terrorista se encontraba oficialmente huido de la justicia española desde el 14 de noviembre de ese año 2002, cuando no compareció a la citación como imputado que le dirigió el Tribunal Supremo para declarar sobre su presunta inducción del atentado de la casa cuartel de Zaragoza, en diciembre de 1987. En este atentado murieron 11 personas, entre ellas cinco niños.
El informe de la Guardia Civil sobre aquel atentado concluyó que en el momento de los hechos, Urrutikoetxea formaba parte del Comité Ejecutivo de ETA, ubicado en Francia. La Fiscalía de la Audiencia Nacional consideró que los hechos constituían un delito de atentado terrorista con resultado de muerte; diez delitos de asesinato consumado; 73 delitos de asesinato frustrado y un delito de terrorismo.
Estando todavía en la cárcel, fue elegido diputado en la Cámara Vasca en las elecciones autonómicas de 1998, cargo para el que fue reelegido en los comicios de 2001. También en las elecciones municipales celebradas el 13 de junio de 1999 salió concejal de Miraballes (Vizcaya), localidad en la que Euskal Herritarrok consiguió tres concejales.
Entre los más buscados junto a Bin Laden
Fue incluido en la lista de los 200 fugitivos más buscados por la Interpol. La selección estaba encabezada entonces por Osama Bin Laden, el exlíder de Al Qaeda e inductor del atentado contra las Torres Gemelas. Además, este veterano terrorista fue imputado por su presunta participación en el atentado cometido por el comando Madrid de ETA en la Plaza de la República Dominicana de la capital, el 14 de julio de 1984, en el que fallecieron 12 guardias civiles.
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La Audiencia Nacional lo incluyó en otros cuatro sumarios. En concreto, los que hacían referencia a los atentados cometidos contra Hipercor de Barcelona en el que fallecieron 22 personas; el de la refinería Enpetrol en Tarragona; el asesinato en Bilbao del guardia civil Martín Luengo y el secuestro, también en Bilbao, del empresario Andrés Gutiérrez Blanco. Todas estas acciones terroristas fueron cometidas en 1987.
Diez años después prestó declaración ante el juez Baltasar Garzón en relación con el asesinato del catedrático y exsecretario de Estado con UCD Manuel Broseta, aunque Josu Ternera negó haber ordenado dicha acción terrorista. Su última pena se la impuso la Justicia francesa el 7 de enero de 2010, que lo condenó en rebeldía a cinco años de cárcel por un delito de asociación de malhechores por hechos acaecidos entre 2002 y 2005.
El 6 de octubre de 2015 a quien detuvieron fue a Egoitz Urrutikoetxea, hijo de Josu Ternera, después de sucesivas operaciones que evitaron el relevo de la cúpula de ETA. "Después de descabezar a ETA", comentó el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, "ahora hemos capturado a su mejor relevo". "Quizás el único con algo de pedigrí que pudiera ser reclamado para gestionar lo poco que queda de ETA", subrayó.
La detención de José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, alias Josu Ternera, ha dejado a ETA sin el último gran jefe simbólico que mantenía después de su derrota policial y el anuncio, el 20 de octubre de 2011, del final de los atentados. Su vida transcurrió entre los cargos de representación pública y la clandestinidad, pero siempre al servicio de la organización terrorista en la que ejerció prácticamente todas las funciones.