Menos hablar de Ana Rosa y más batalla cultural contra la derecha: el 'mea culpa' de Podemos tras perder el 28M

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El adelanto electoral anunciado por Pedro Sánchez un día después del fracaso de la izquierda en los comicios autonómicos y municipales ha forzado a todos los partidos a afrontar una nueva campaña electoral sin haberse recuperado de la anterior y sin acabar de digerir los resultados del 28M, que vuelven a teñir de azul el mapa de poder territorial. En este contexto, el ajustado margen que tiene Podemos —y el resto de partidos a la izquierda del PSOE— para negociar con Sumar la futura coalición electoral les ha servido para esquivar el debate público — y la asunción de responsabilidades— sobre los errores que les han llevado a esa contundente derrota.

Aunque el PSOE perdió todos sus gobiernos autonómicos a excepción de Castilla-La Mancha, Asturias y Navarra, la verdadera debacle se produjo por su izquierda. Podemos e Izquierda Unida, que concurrían conjuntamente en 10 de las 12 autonomías en juego, han pasado de tener 49 escaños a 18 en los parlamentos regionales. De los seis gobiernos autonómicos que aspiraban a revalidar, solo pueden conservar Navarra —y podrían entrar en Asturias—, al tiempo que han desaparecido de la Comunidad de Madrid, de la Comunitat Valenciana y de Canarias. En el ámbito municipal también se perdió la simbólica alcaldía de Barcelona, aunque IU capeó mejor el temporal y logró mantener algunos de sus bastiones, como Zamora o Rivas (Madrid).

La dirección de Podemos asume que se trata de un "mal resultado" que les deja en una posición de debilidad dentro de Sumar, el proyecto encabezado por la vicepresidenta Yolanda Díaz. Los morados siempre han reivindicado que son el "motor" de ese espacio, pero saben que ahora no tienen mucho margen para negociar. Ante la nueva convocatoria electoral, distintas voces de la dirección de Podemos consultadas por infoLibre señalan que aún no "ha habido tiempo" de analizar en profundidad sus errores, pero sí dan algunas pistas de lo que creen que no ha funcionado de la campaña del 28M.

Unidad

La falta de unidad ha perjudicado las opciones de la izquierda. Ese es uno de las principales conclusiones tras el 28M. Podemos sí alcanzó acuerdos con IU en la mayoría de territorios y, aunque tanteó a formaciones como Compromís y Más Madrid, ambas lo rechazaron. Una situación que perjudicó especialmente a los morados al no sobrepasar la barrera del 5% allí donde competían con estas fuerzas. ¿Y cómo se explica Podemos que no hayan logrado superar esa barrera? Las explicaciones difieren en función del interlocutor —y no faltan las alusiones al papel de los medios — aunque hay un consenso generalizado en que ha pesado el hecho de que sus candidatos fueran menos conocidos que sus rivales y, en el caso del Ayuntamiento de Madrid, creen que ha faltado un trabajo de oposición como sí ha hecho Rita Maestre los últimos años. Asimismo, creen que gran parte del electorado no les ha percibido como una opción "útil" por estar precisamente en esa barrera del 5%.

De cara al 23J, Yolanda Díaz quiere que todos los actores a la izquierda del PSOE confluyan en su proyecto. Si esto ocurre, Sumar podría sortear los efectos antiproprocionales de la ley electoral y luchar por la tercera plaza con Vox. "En números globales la derecha no tiene mayoría absoluta", reflexionan voces del espacio, que creen que Cataluña y Euskadi podrían jugar un papel decisivo para lastrar el avance de Alberto Núñez Feijóo.

Batalla cultural

La batalla cultural será, a todas luces, uno de los elementos de la campaña del 23J. Fuentes de la dirección de Podemos admiten que en el 28M han hecho una campaña "muy defensiva" que no les ha beneficiado y que han perdido la capacidad de marcar el "debate nacional". "Hemos dejado los marcos a la derecha, que ha apostado muy fuerte por el debate nacional y ha conseguido colar consignas como ETA, fraudes electorales y derogación del sanchismo", explican. En ese sentido plantean que hay que tener un "proyecto claro e ilusionante" para contrarrestar el discurso de las derechas.

"El 15M y sus efectos unificaron a todas las dispersas fuerzas de la izquierda, después, como casi siempre ocurre, vinieron las divisiones. Me temo que los análisis están sesgados por los puntos de vista de cada fragmento, olvidando lo que realmente ocurre", señala el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, en conversación con este periódico. Monedero cree que, como resultado de esta división, la derecha tiene más claridad ideológica que la izquierda y acierta en el diagnóstico. "Con motivo de la pandemia, la derecha decidió dejarle a la izquierda, en palabras de Miguel Ángel Rodríguez, 'todo lo feo', mientras que ellos solo iban a hablar de lo luminoso. Y ahí nos encontramos con la izquierda hablando de eutanasia, muertes, residencias, confinamientos, colas del hambre, mientras la derecha hablada de cervezas, terrazas y bocadillos de calamares. En esa batalla cultural, entendieron mejor qué necesitaba la gente. Y como no tienen escrúpulos, se lo dieron. Aunque dejaran morir a los ancianos en las residencias", explica Monedero.

Vender gestión en positivo

En Podemos creen que el resultado del 28M ha demostrado que no solo vale con gestionar para conseguir apoyo. La política, creen, ya no se rige por las decisiones sino por las emociones. "Nos estamos jugando que las medidas que se han conseguido en el Gobierno de coalición se puedan perder", lamentan desde el espacio. Por ese motivo creen que sí hay que apelar la gestión, pero haciendo una campaña "en positivo" porque "el miedo a Vox" ya no funciona.

Así lo explica Monedero: "Hay que revertir el relato. Son las encuestas donde la gente dice que le va bien o muy bien en lo económico y, sin embargo, el país se hunde", lamenta. El cofundador de Podemos cree que "pesa más el odio a la izquierda" que "las barbaridades que haga la derecha" y por eso no se ven las consecuencias de votar al PP y a Vox. "Hay una alienación que no se puede desmontar racionalmente porque es emocional. De manera que la campaña tiene que ser emocional: la gente que no se ha tirado por la ventana, quien ha podido hacerle un regalo a sus hijos, la pareja que se iba a separar al no poder pagar el alquiler y siguen juntos, el matrimonio que puede seguir pagando la hipoteca, el viejo que puede ayudar a sus nietos, el ser querido cuidado en el hospital con cariño", expone.

Críticas a los medios

Podemos no escatima sus críticas a los medios de comunicación, a los que atribuyen gran parte del desgaste electoral que lleva sufriendo el partido desde 2016. En la campaña electoral del 28M, esas críticas se multiplicaron hasta el punto de que una de las promesas del candidato a la alcaldía de la capital, Roberto Sotomayor, era "quitarle la medalla" de oro de Madrid a la presentadora de televisión Ana Rosa Quintana. Otro de los periodistas que se sitúa en su radar es el presentador de Al Rojo Vivo y directivo de laSexta, Antonio García Ferreras. En uno de los últimos mítines de la campaña, Pablo Iglesias centró gran parte de su intervención en criticar a Ferreras y al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Algunas voces apuntan a que esta estrategia no funciona y solo interpela a los más afines.

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Sobre esta cuestión, Monedero cree que "convencer a la gente de que quien te habla todos los días te está mintiendo es muy difícil": "Sale mal casi siempre porque el desequilibrio es brutal. Porque mienten al tiempo que dicen verdades y son la pantalla al mundo. Es el último samurai con la katana frente a los cañones del ejército imperial", ironiza.

Desgaste por 'institucionalizarse'

Todas las fuentes consultadas aseguran que entrar en el Gobierno de coalición ha sido una buena decisión, pero algunas de ellas reconocen que hay un "desgaste" evidente por ello que pagan en las urnas, especialmente con las leyes de Igualdad. Aseguran que la derecha ha tratado de "ridiculizar" al máximo a la ministra Irene Montero hasta el punto de hacerle parecer "incompetente". Una situación que se ha acrecentado con la ley del solo sí es sí y el goteo de revisiones a la baja, lo que les ha hecho "mucho daño". "Ahora que el PSOE ha reformado la ley con el apoyo del PP hemos dejado de ver titulares diarios del tema", señalan.

Reconocen también que la convivencia con el PSOE ha sido complicada y que la derecha ha utilizado los reproches a los ministros socialistas como "un arma" para atacarles. Aun así, están convencidos de que el futuro solo pasa por otro Ejecutivo de coalición en el que esperan tener "más fuerza". Asimismo, consideran que es vital que se impulse una agenda progresista desde los movimientos sociales y combinar ese rol con el de la institucionalidad.

El adelanto electoral anunciado por Pedro Sánchez un día después del fracaso de la izquierda en los comicios autonómicos y municipales ha forzado a todos los partidos a afrontar una nueva campaña electoral sin haberse recuperado de la anterior y sin acabar de digerir los resultados del 28M, que vuelven a teñir de azul el mapa de poder territorial. En este contexto, el ajustado margen que tiene Podemos —y el resto de partidos a la izquierda del PSOE— para negociar con Sumar la futura coalición electoral les ha servido para esquivar el debate público — y la asunción de responsabilidades— sobre los errores que les han llevado a esa contundente derrota.

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